|CAPÍTULO 17

163 43 13
                                    

Si cada vez que me vaya a dormir tu estarás presente en mis sueños, dormir será mi nuevo pasatiempo.

Ethan Smith.

Ethan.

Me encuentro sobre mi cama sosteniendo la flor mirándola como si aún ella estuviera aquí, pensado en el dialogo que acabo de tener con la intrusa, nos reímos un montón hasta que se fue como siempre se va o como supongo que siempre nos separamos.

Me bajo de la cama bajo a la cocina por una soda y tomo un vaso de cristal, regreso en nanosegundos, voy al lavamanos del baño echo agua al vaso coloco la flor salgo y la ubico al lado de mis pinturas, me quito la camisa pongo la soda en la mesita de noche al mismo tiempo que abro la gaveta tomando el diario de mi abuelo, me recuesto en la cama y comienzo a leer.

Primera nota.

Pensé que estaba loco, que la depresión por parte de mi esposa me había dejado secuelas donde cada noche según yo la escuchaba diciéndome que estaba bien, a medida que iba saliendo del proceso de la depresión seguía escuchando las palabras: "No te preocupes o todo estará bien", donde iba cayendo en cuenta que esa no era la voz de mi esposa, porque si le hubiera importado no me habría dejado.

Seguía escuchando y cada que me iba a dormir veía partes hermosas de una chica, también se hacían presentes cuando me enojaba cuando no entendía el comportamiento de mi hijo que iba creciendo muy rápido.

Mi cabeza era un lío, mi corazón estaba agrietado y tenía la meta de que debía salir adelante solo por mi hijo, pero era doloroso, muchos me aconsejaban que no era nada del otro mundo y comenzaba a hacerles caso con la esperanza de que el dolor se iría, pero no sucedió. Si no has pasado por ahí no des un consejo que no estás seguro de si va a funcional, recomienda, pero no aconsejes lo que nos has probado.

La sonrisa de mi hijo ayudaba, pero necesitaba a alguien más para no sentirme solo.

La había escuchado y visto por partes. Un día mi hijo salió con unos amigos, me encontraba en mi despacho pensando en mi esposa los recuerdos pasaban por mi cabeza, pero no los alargué. No vale recordar el pasado si fue doloroso. Entonces pensé en lo que había sido bueno en mis últimos días, en las cosas irreales que me habían pasado y comencé a pensar en las palabras que habían salido de esos labios y las cosas que provocaban y calmaban, y sucedió fue como si mi pensamiento la hubiera invocado porque apareció por primera vez sin rodeos delante de mí, acelerando mi corazón, lo que me provocaron sus ojos a través de su mirada confusa y penetrante, su belleza me devolvió el aliento pero su abrazo inesperado me devolvió la vida.

Comienzo de los que muchos llamaran inaudito o más bien una locura.

Firma: Magnus Smith.

Cierro el diario quedándome con el último párrafo en mi cabeza, bajo de la cama voy al baño mojo mi cara, limpio mis dientes y me meto a la cama sumiéndome en un completo y profundo sueño.

Abro mis ojos despacio soltando un sonoro bostezo, sin asombrarme porque estoy sobre la cama de la intrusa. Me quedo mirando la carita de ángel que posee, me acuesto sobre mi brazo izquierdo y con el otro muevo las hebras de cabello que están sobre su cara, las coloco detrás de sus oídos y ella suelta una sonrisa de boca cerrada como si estuviera consciente de que estoy en frente de ella.

― Justo empezaba a soñar contigo ― habla sin abrir los ojos y no respondo, estoy siendo consumido por su belleza.

Las pestañas alargadas sobre sus ojos son como olas, sus labios delicados son como un panal de abejas repletos de miel, tentando un oso.

― ¡Hey!  No me mires como un chocolate o como supongo que te gusta la pintura, no me mires como una lata de pintura Standox ― no me había percatado de que me estaba mirando, se da la vuelta enojada y comienza a mirar el techo, yo hago lo mismo. Tenía que haberse quedado dormida, pienso.

― Eres más que una barra de chocolate o una lata de pintura, supongo que no hay nada para llamar a la mirada que te daba ― digo mientras miro el techo de su habitación. Está con poca luz, pero los colores neón ayudan a ver su rostro.

Nos quedamos varios minutos en silencio.

― Es raro que, para estar tan negativa, pienses y sueñes conmigo ― hablo con la vista en el techo.

― Ahora tú estás de intruso metido en mi cabeza, no quieres irte así que pensaré en ti ― dice dando la vuelta.

― No lo harás, si me piensas mucho te enamorarás de mí y si te enamoras no dejaras de pensar en mí ― digo y intento darme la vuelta, pero me detiene.

― No lo hagas, quiero verte, pero no quiero que me mires.

― Vez intrusa en todo el sentido de la palabra, es egoísta también.

― Si no me miras podré detallarte bien, Ethan.

Permanece mirándome con ojos tímidos y curiosos.

Luego de varios minutos se pone de pie y camina hasta su ventana, me sostengo con mis antebrazos sobre la cama observándola caminar.

― Sabes el punto bueno de todo esto es que podré verte cuando quiera sin necesidad de llamarte, o bueno si mentalmente ― habla mirando la luna con sus antebrazos puesto en la ventana.

― ¿Pensando en las cosas a futuro, Colette? ― le digo y voltea a mirarme.

― ¿Cómo alguien se resistiría a semejante locura? Y yo no estoy tan cuerda para rechazarla.

― Eres una diosa hasta en pijamas ― digo dándome cuenta de sus pijamas rosas de blusa y pantalones cortos.

― En ese caso, Ethan, estoy segura de que la luna me mira con coquetería esta noche ― dice tímidamente.

― Entonces tendré celos con la luna, que te verá cada noche y no quiero tener celos con la luna porque me gusta tanto como tú ― mis palabras la dejan sin habla y vuelve a poner la vista en la ventana.

Hablar con ella es de otro nivel, verla observar la luna como una adolescente bipolar es encantador, por las caras y gesto que hace es como si piensa en vos alta y se lo vive.

― Hasta mañana, Ethan― dice caminando hacía la cama.

― Pero si ya estamos durmiendo, o al menos nuestros cuerpos si están descansando, cosa que nuestro cerebro no quiere hacer.

― Tengo que despertar temprano ― se acerca a la cama.

― Entonces cuando despiertes sigue soñando ― tomo su mano en un gesto sutil.

― No te prometo eso ― dice nerviosa observando mi mano por lo bajo.

― Al menos has el intento.

LUGARES DIFERENTES © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora