|CAPÍTULO 13

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Omnisciente

La fantasía suele ser algo interesante para quien le interesa; a Colette y a Ethan no se les hacía difícil la tarea, (Colette es fanática de los cuentos de hadas, princesas o seres naturales y Ethan ya sabemos cómo lo ve), pero Colette no se esperaba que fuera a experimental algo así, ella puede creer lo que le está pasando, pero no quiere hacerlo porque tiene miedo del resultado, no todo es tan perfecto como en los cuentos de hadas. Por otro lado, está Ethan, es algo intenso que a como dé lugar quiere disfrutar del famoso amor de Romeo y Julieta que escribió Shakespeare, obviamente no quiere el final trágico solo sentir ese sentimiento que muchos no pueden expresar, que muchos ven como un juego o que muchos lo vuelven tóxico. El día que escuchó esas palabras su vida se llenó de una completa paz que no dio tiempo a lo que estaba sucediendo solo quería volverlas a escuchar.

Ahora estaban estos chicos con una larga distancia, pero si ellos querían podían estar uno frente al otro en una milésima de segundo, pero antes tienen que saber que son y porqué pasa y que la quisquillosa de Colette lo acepte.

Cada uno se encontraba en su habitación pensando en el otro, era como amor a primera vista, pero en este caso amor en el primer sueño. ¡Hay la ironía!

En fin...

El atardecer de Ethan llegaba a paso lento, mientras que el chico seguía sobre su cama sintiéndose inquieto por el suceso experimentado. Es que no sabía lo que estaba pasando, pero sí le estaba gustando.

De paso la noche llego y el chico seguía en la misma posición, estaba pasando un estado de hipnosis y el silencio de la casa le ayudaba, al parecer sus padres aun no llegaban a casa. Mientras que a 7661km de distancia Colette se encontraba en la misma posición haciendo un ovillo en la cama con su cuerpo, ni siquiera tenía idea de porque se sentía melancólica, se supone que lo que pasó no es real, decía para sí misma, pero lo que sentía su cuerpo le hacía quedar como una mentirosa porque a pesar de que a simple vista lo que sucede es imposible a Colette le había gustado.

Ethan se baja de su cama retirando el abrigo de su cuerpo, volviendo a la cama para acostarse a mirar el techo y como si tuvieran una rutina sincronizada Colette se da la vuelta para quedar en la misma posición. La agonía era algo que ambos estaban experimentando al parecer tendrían una noche de insomnio.

En Francia la noche estaba fría y debido a que la casa de Colette quedaba algo retirada de las otras casas la noche estaba en completo silencio como si el mismo Jabberwocky anduviera en las calles de Francia por orden de la reina roja buscando a quién era la siguiente persona que perdería la cabeza. Lo siento es mucha fantasía, pero así se sentía la gran propiedad de los Dominique y para completar Colette estaba a punto de perder la cabeza o al menos eso ella creía.

Sus cabezas eran una laguna, Colette quería callar su subconsciente y tratar de hacerle olvidar para no realizar preguntas estúpidas, pero su subconsciente se negaba, porque estúpidas no eran; por algo pasaban que ella no quisiera saberlo no lo hacía estúpido. Ethan no lo ve como algo estúpido incluso piensa que si es un boleto de tren para escapar de la realidad obviamente no lo dejará pasar.

Pero de todos modos ambos estaban inquietos por saber si eran seres sobrenaturales.

¿Acaso era algo sobrenatural lo que le estaba pasando?

Ambos bufaron ante la misma pregunta que se habían formulado, pero es extraño ellos deben tener algo, Colette apareció justo cuando una grieta estaba empezando a abrirse en el corazón de Ethan para consolarlo inconscientemente.

Ambos estaban incomodos de dar vuelta en la cama sin poder conciliar el sueño.

― ¡¡Maldita sea sal de mi cabeza!! ― chilla Colette en su habitación, cada encuentro se repetía en su cabeza como una necesidad de estar junto a esa persona cosa que era difícil porque Colette le huye al amor y Ethan lo persigue.

No podía soportar semejante tortura, (eso pensaba ella), pero Ethan no, estaba inquieto por volver a tocarla por sentir sus dulces, delicados y suaves labios sobre los suyos. A él no le importaban lo que eran solo quería tenerla sentía la necesidad de hacerlo, pero tenía que saber cómo pasaba para poder repetirlo y rápidamente su cabeza trabajaba en el punto clave de todos los encuentros.

¿Necesidad de tranquilizar algún sentimiento?

¿Sería esa la respuesta que tanto Ethan buscaba?

El primer encuentro la iniciación de todo esto él estaba pasando por un mal momento, en el segundo también y en tercero llegó al limbo con la belleza de su rostro que fue algo impactante para Colette también.

Esa intrusa de sueños como él la llamaba se había metido en su cabeza de manera surreal y ahora la sentía en todas partes de su cabeza como algo real.

¿Besarlo había sido un error?

Se preguntaba Colette del otro lado como si besarlo había sido saltar al precipicio, pero ella no pensó que sería rescatada, intento acabar fantasía con fantasía sin percatarse de que hasta los imanes tienen su lado opuesto.

Lo besó sin temor alguno y sintió cosas que nunca había sentido por otro chico y eso era su miedo "Enamorarse", era para ella una palabra de terror como si te asustaras que Pennywise este justo detrás de ti ahora mismo y te espera para mutilarte. Pennywise puede que no te asuste, pero perder una parte de tu cuerpo que estuvo ahí desde que naciste y ahora ya no la tendrás, (da miedo tan salo imaginar que no tendré mis brazos para escribir), así mismo era esa situación para Colette de pensar en una palabra que inicie con la letra "E o A" ya le asustaba. Lástima para ella que Ethan llevaba la primera en el inicial de su nombre.

No podría enamorarse de un sueño cuando no podría soportar un daño de la realidad. Ahora ya no quería dormir porque tenía miedo de verlo en sus sueños.

De tanto pensar no se dieron cuenta que estaban en el mismo lugar que se vieron a la cara la primera vez, ¿Por qué ahí? Es algo que les diría, pero es mejor que nos los cuenten luego los protagonistas.

Es como un lugar que se crea o ellos crean, anulando la distancia, ya no los separan 7661km solo 25cm tenían de distancia justo en ese momento. Colette ha estado en su zona él en la de ella, pero es la segunda vez que nadie está en territorio de nadie es un espacio suyo.

La cosa es que a mitad de la noche ya no estaban en sus camas estaban parados frente a frente. Colette tenía los nervios de puntas y recordar el beso justo en este momento no era buena idea.

Ethan con el torso descubierto sonriendo con galantería tampoco le ayudaba al pobre corazón de Colette.

Ambos se quedaron mirándose a los ojos por unos segundos porque la química que emanaba de ellos era algo que ni ellos mismo podían obviar.

Pero no podían solo dejárselo a la química tenían que saber que era lo que estaba pasando con ellos y mientras más fácil se resuelva estaría bien para Colette. No sé qué están esperando en ese momento es claro que ambos están inquietos por volver a tocarse, pero no podían solo tocarse y dejar las preguntas en el aire.

― ¿Qué somos? ― habló Colette con un hilo de voz, algo que emocionó a Ethan porque era genial si podían hablar, pero Ethan quería una cosa a la vez y buscarla era lo primero luego le pondría asunto a lo que eran.

― ¿Quién eres? ― preguntó mirando a la chica quien no era capaz de mirarlo a los ojos.

Al principio lo vio directamente a los ojos, ¿Ahora por qué lo obviaba en cada encuentro? ¿Qué tiene que ver una mirada genuina? ¿Qué habrá pasado que ya no lo hace?

Ethan esperaba por una respuesta, pero Colette tenían la misma pregunta.

― ¿Quién eres tú? ― pudo preguntar, los nervios apenas la dejaron hacer la pregunta.

― Supongo que el chico de tus sueños, "literal".

Solo eso vasto para provocar los latidos del corazón de la chica y alegrar la vida de Ethan.

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