|CAPÍTULO 24

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¿Dónde has visto que el amor pide permiso para entrar a tu corazón?

Ethan Smith.

Ethan

Tuvimos una comida tranquilla mientras molestaba a Kiara y mamá comentaba acerca de cómo había reaccionado el doctor cuando Kiara ya había recordado, diciendo que aún había que tratarla con delicadeza, luego mamá decidió irse junto a Kiara a comprar comida, porque según ella está contenta y ya que papá no sabe que Kiara ha recordado dice que tendremos una cena y que invite a los chicos para darle la noticia, cosa que veo complicada, porque después de lo qué pasó hoy no creo que vengan, además no me siento del todo bien para hacerlo.

El anochecer empieza a llegar y no he vuelto a saber nada más de la intrusa, mamá llegó de hacer las compras y me tiene bastante ocupado en la cocina.

― Ethan, necesito que tomes las manzanas de allá y las lleves a la trituradora ― ordena mamá mientras rebana la carne y Kiara prepara la mesa. Siento que debería estar un poco más feliz de lo que ya estoy, pero me falta algo o bueno dos cosas, los chicos y la intrusa.

Me muevo al otro lado de la isla con las manzanas en mano, pero me detengo en medio. Hora de molestar un poco.

― Mamá, Kiara tiene más especialidad que yo en esto de las manzanas, ¿por qué no lo hace ella? ― digo totalmente serio, mamá me mira confundida y Kiara con una mirada asesina.

― ¿Me dejas partirle la cara al idiota de mi hermano? ― grita con mirada asesina.

Mamá va a hablar, pero una voz gruesa nos interrumpe todos nos dirigimos a ese punto.

― ¿Quién le partirá la cara a quién? Y ¿A quién voy a castigar por hacerlo? ― llega papá a la cocina.

Kiara suelta lo que tiene en la mano y brinca a los brazos de papá, quien nos mira confusos, pero alegre al mismo tiempo envolviéndola en un abrazo.

― Tu pequeña Ki ha vuelto, papá ― susurra en su pecho y a mamá se les llenan los ojos, se separa de él ― y a quien tendrás que castigar es a Ethan por idiota...

― Ki, las palabrotas ― papá frunce el ceño, pero ni así es capaz de quitar la gran sonrisa de su rostro.

― Pero si tú eres la que me ha amenazado ― la mofo.

Papá se queda sin avanzar como si aún no ha procesado todo.

― Venga aquí todos ― nos acercamos a un abrazo grupal, y mi corazón se agrieta al recordar que mi abuelo era fan de los abrazos familiares y mis padres lo alejaron de eso, pero entiendo a mis padres y también a él, porque una explicación no bastaría para lo que le sucedió y ahora más que nada lo entiendo.

― ¿Por qué nadie me dijo nada? ― papá aparta el abrazo y cada uno tiene una sonrisa en el rostro.

― Ya sabes tu esposa quería que fuera sorpresa ― me encojo de hombros divertido.

― Y vaya que me han sorprendido ― comenta desordenando el cabello de Kiara acercándose a mamá dándole un beso en los labios.

― Genial ya estamos todos, vamos a cenar ― mamá se separa y todos vamos a la mesa llevando lo que falta.

― Los quiero a todos ― habla Kiara ya en la mesa.

― ¿Un brindis con jugo de manzana? ― propongo.

― Jódete ― se enoja Kiara.

― Pero si hace un rato me querías.

― Chicos ― interviene mamá.

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