|CAPÍTULO 16

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Ethan

Despierto sintiéndome la persona más feliz del mundo, aún tengo momentos agradables de Kaylee que aún que me haya hecho lo que hizo no se van a borrar de la noche a la mañana, aún que en estos momentos no es que importen mucho a decir verdad durante todo el tiempo juntos nunca forjamos un lazo fuerte o algún vínculo, pero con Colette con ella todo fue muy diferente, porque antes de que me agradara su físico, su voz ya me había alarmado y ahora que lo pienso siento cosas raras por ella y a la vez tengo algo de miedo, porque aunque le haya propuesto que disfrutáramos de lo que nos sucede no sé porque nos sucede esto, mucho menos que tipo de personas somos, solo sé que cada visita de sueños o despiertos que hemos tenido comienza a sentirse más que agradable, es más bien deleitoso y como lo que pasa es fuera de lo común la palabra correcta sería un grado más alto de agradable que ninguno de sus sinónimos pueden servirme para llamarlo.

Puede que tengas muchas personas a tu alrededor durante mucho tiempo, pero no sientes nada especial y otros llegan un día a tu vida marcando una diferencia.

Y pensar que por esto llamaron a mi abuelo vesánico, a mí que me llamen como quieran, pero sí que lo voy a disfrutar.

Hoy lunes de escuela. Aburrido, pero ya que.

Me meto a la ducha con mi cabeza llena de ella, sus palabras, el movimiento delicado de sus labios, y la misma acción se repite una y otra vez mientras me cambio, termino de cambiarme y la intriga de saber cuándo voy a volver a verla me está matando. Este es el único problema el no saber cuándo su presencia estará frente a mí, todo va teniendo sentido, el agobio de mi abuelo ahora es explicable, el desespero por tenerla, todo va tomando forma.

Miro el teléfono y aun es algo temprano para partir.

¿Qué demonios tendré que hacer para tenerla? Estaré dispuesto a hacer lo que sea. Sacudo la cabeza y me pongo de pie para ir a la cocina.

Me acerco al tomo de la puerta para abrirla, los tonos que se ven frente a la puerta son rojo oscuro, (ha de ser el amanecer) sin pensarlo mucho, cruzo el umbral, quedando estupefacto. Esto literalmente es de locos, porque es demasiado grato.

No estoy en los pasillos de mi casa, estoy dentro de una habitación de una chica supongo, por los tonos rojos y la decoración, ningún heterosexual tendría pantuflas de Dora.

Doy vueltas en la habitación observando cada detalle, sin dejar de pasar nada desapercibido, mis ojos se quedan en frente del librero, me acerco a observar los libros, quedándome sorprendido esta chica es una lectora obsesiva de vampiros y cosas sobrenaturales, aunque hay unos cuantos libros de romance que pasan desapercibidos.

Extiendo mi mano, tomando uno de los libros, tiene un título prometedor y que también he oído hablar a mi hermana: "The vampire diares." Abro el libro al mismo tiempo que doy la vuelta fijando los ojos en el mismo, una puerta se abre dándole paso a alguien haciendo que aparte los ojos para mirar semejante obra de arte, (tenía que ser la intrusa). Está envuelta en una toalla blanca con su cabello mojado suelto. Enarco las cejas mirándola fijamente, ya que se ha quedado perpleja con ambas manos sosteniendo su toalla, cierro el libro mostrándole una sonrisa ladina.

― Buen día intrusa, o ¿debo preguntar si es de mañana en donde sea que estés? ― ella sigue algo perpleja al parecer no quiere aceptarlo.

― Es de mañana idiota, ¿ahora vendrás en las mañanas no te basta con las noches? ― pregunta molesta permaneciendo en la misma posición.

No tengo idea de estas cosas que están pasando, pero como les he dicho antes soy muy observador, estaba pensando en ella y sucedió, no perderé nada si me atrevo a preguntarle.

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