|CAPÍTULO 4

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En el arte, como en el amor, el instinto es suficiente.

–Anatole France.

1 de abril de 2021
Pensilvania

Ethan

Estoy sentado en frente de la camilla de mi hermana, por los pequeños rayos de sol que se cuelan por la ventana estoy seguro de que ya son las 8:00, los chicos deben de estar en el partido que teníamos para hoy. Mi hermana no ha despertado desde que ingresamos anoche y tengo una sensación rara recorriendo mi cuerpo, mi cabeza está bastante escandalosa y agradezco que mis padres aún no se enteran, es bueno que Chris no sea un bocón, los doctores aún no me dicen del estado de mi hermana, solo que se dio un gran golpe en la cabeza y al caer al agua y estar varios minutos inconsciente puede que sea algo grave o leve yo espero que sea la segunda.

La puerta la abren abruptamente y veo entrar las anatomías de mis padres, al parecer Chris si les dijo. Bueno era cuestión de tiempo.

― ¿Qué diablos pasó, Ethan? ― mi madre es la primera en entrar denotando enojo hasta por los poros y acercándose bastante preocupada a Kiara, tomándole del brazo, y siento la pesada mirada de mi padre sobre mí, esta sí que me preocupa, aún no respondo la pregunta la verdad no sé qué decirle pues le dije que iríamos a una fiesta pequeña no que iríamos a la playa a reunirnos con un montón de adolescente locos y borrachos.

― Ethan, ¿qué fue lo que pasó? ― pregunta mi padre más calmado con las manos dentro de los bolsillos de su hermoso traje.

― Estábamos en una fiesta y pues me dijo que alguien la hubiera invitado, ese alguien no se acercó y ella me pidió caminar un poco para ver si lo encontraba, luego la perdí de vista, y pues Sasha y Tyler que estaban dentro de la playa la encontraron cerca de una peña ― digo tan preocupado como ellos lo están

― Sabes, Ethan, te deje llevarla solo porque estaba feliz de salir con tu padre, pero estas bastante fuera de sí, debes entender que no puedes ir a la playa y olvidarte de que está contigo tu hermana pequeña ― dice mi madre con lágrimas en los ojos, quitándole la palabra a mi padre, esa parte me hace enojar bastante.

― ¿Quieres decir que es mi culpa? ― pregunto bastante irritado, ella intenta hablar, pero la detengo. ― Tiene quince, mamá casi dieciséis, y solo porque la perdí de vista unos segundos no significa que sea mi culpa, joder ― antes de seguir hablando mi padre intercede.

― Ethan, cuidado como le hablas a tu madre ― dice alzando la voz y mirándome fijamente.

― Mamá, lo siento yo iré a casa y tomaré una ducha, en cuanto Kiara despierte, llámenme ― digo bastante enojado no estoy para que me estén sermoneando con palabras que ya sé, salgo cerrando la puerta detrás de mí.

Al salir subo al jeep que Lion lo dejó anoche luego de estar buen rato conmigo y los demás, doy la vuelta para regresar a casa.

Luego de varios minutos dejo el jeep en el garaje, subo a mi habitación, quito toda mi ropa y me meto a la ducha, dejo que toda el agua recorra mi cuerpo, aún no puedo sacar de mi cabeza el rostro de Kaylee sobre Nico, las veces que gritaba por más estando conmigo, las dijo de nuevo y yo la escuché solo que no fue para mí. Un hombre no derrama lágrimas, pero joder que no somos animales, que tenemos un corazón, tenía ocho meses con ella y me encanta porque no voy a mandarla al carajo de un día para otro, no soy el mejor de todo el mundo y así es como me paga.

Es sencillamente irritante.

Me retiro del baño, tomo una toalla secando mi cabello y me cambio, salgo de mi habitación, bajó las escaleras y en un abrir y cerrar de ojos ya estoy conduciendo mi jeep camino a mi destino.

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