|CAPÍTULO 3

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No hace falta recurrir a trucos para hacer fotos, no tienes que posar a nadie ante la cámara, las fotos están ahí esperando a que las haga. La verdad es la mejor fotografía, la mejor propaganda.

Robert Capa.

Bienvenue en France
Ciudad de Lyon

Colette

La fría brisa de la calle juega con mi cabello, mientras que yo intento tomarle una foto a mi conejo travieso Motomoto, mi padre me lo dio de regalo cuando tenía 10 es mi asistente y modelo personal, aunque aún lo educo para que se comporte, porque se come mis fotos y es muy imperativo a la hora de tomarle una foto, pero le tengo mucho cariño, mi hermano se fue el otro año a la universidad y Motomoto ha sido mi compañero y aliado.

Estoy parada en los arbustos sosteniendo una cámara, un bolso colgando de mi hombro y una zanahoria en la mano, (ya saben para los chantajes), aunque a mi igual me gustan, llevo puesto un vestido holgado color naranja, con unas botas negras y mi cabello trenzado.

Motomoto ahora está caminando hacía a mí luego que se cansó de evaluar el hermoso parque que habita en esta ciudad.

Mi teléfono comienza a vibrar en mi bolso, rápidamente coloco la cámara en una banca, abro mi bolso saco el teléfono y contesto, (es mamá).

― ¿Sí mamá? ― le respondo muy tranquila, ojalá y no sea nada grave.

― Tu prima ya está aquí, te pedí que no salieras y es lo primero que haces, y más te vale que cuando llegues la trates bien ― me dice en tono mandón como siempre me dice cuando Rose está aquí, ella sabe que me cae pesado es muy empalagosa, egocéntrica y siempre quiere meterse con mis cosas incluyendo las fotografías que he tomado, hasta Motomoto le tiene miedo y es enserio.

― Claro mamá, estoy en el parque en 20 minutos estoy allá ― le respondo guardando el teléfono y girando mis ojos de mala manera, odio cada que mi prima viene, algunas veces viene con mis tíos y su muy buen hermano, pero esta vez vino solo con su hermano (me cae mejor que ella), son de Normandía y cuando sus padres deben salir del país para hacer negocios se quedan con nosotros, en este caso por unas semanas que parecen una eternidad de parte de Rose.

Tomo mi conejo y marco el teléfono para pedir un taxi, tomo la cámara y empiezo a caminar. Mientras esperamos les iré hablando de mi vida y mi familia.

Somos un total de cuatro, mi padre, que tiene una empresa de Champagne (es familiar), de echo mi hermano y yo nos preparamos para estar a cargo en cuanto terminemos la universidad, no somos de esos hijos obligados a seguir con el legado familiar, pero mi hermano quiere hacerlo por eso está estudiando administración empresarial, y a mí me gusta mucho la fotografía creo que ya se dieron cuenta de eso, pero puedo hacer ambas, la Champagne me gusta mucho y; ¿qué  es mejor que hacer algo y disfrutarlo? Por otro lado, mi madre sin duda es la mejor de todas, y adicta al orden.

El taxi llega, abro la puerta trasera y entro soltando a Motomoto que pesa un montón. El trayecto es silencioso y coloco mi rostro en el marco de la ventanilla observando el paisaje.

Veinte minutos después el taxi se detiene justo en frente de mi casa. Hay una enorme puerta de hierro que tiene el apellido enmarcado en el centro de ella: Dominique. Pago y me bajo con mis pertenencias empezando mi pequeño recorrido ya que después de esta puerta tienes que caminar unos cinco minutos.

Las enormes paredes se alzan frente a mí y me adentro en casa con rumbo a mí habitación.

Suelto a Moto para que se acomode en su pequeña cama en el espacio de la ventana hacia dentro, suelto mi bolso y me acerco al cuarto oscuro donde paso mis fotos por agua y luego las cuelgo hasta que estén secas y colocarlas en un álbum o en otro lugar, cuando salgo de la habitación cerrando la puerta detrás de mi Rose está parada en la puerta. Trato de no hacer ningún gesto incómodo que le haga sentir mal así que trato de controlarme.

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