TOUCH THE SKY ─ jinsu

𝘁𝘄𝗲𝗹𝘃𝗲 | la historia detrás de un omega

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SEOKJIN TOMÓ una toalla de baño, algo que nunca dejó de hacer después de la vergüenza que pasó cuando YoonGi lo vio desnudo esa primera noche, y salió de la tranquila casa. DongYul estaba en el jardín, cavando y cantando para sí mismo. Tenía una voz decente, un tenor como SeokJin, pero nada como el tono profundo y retumbante de YoonGi que, en ocasiones, había vibrado a través de las tablas del piso desde el ático. SeokJin nunca había vuelto a subir y halagar a YoonGi; YoonGi había dejado en claro que cualquier canto que hacía no era para los oídos de SeokJin.

—¿Vas a nadar? —preguntó DongYul, sentándose sobre los talones en la tierra. Su mejilla tenía un toque de lodo y sus ojos brillaban con energía de principios de verano.

—Pensé que podría aprovechar esta oportunidad.

—¡Disfrútalo! —Aparentemente, quería decir algo más, pero sacudió la cabeza y despidió a SeokJin. DongYul comenzó a cantar de nuevo, volviendo a su trabajo.

SeokJin vaciló, preguntándose si debería ofrecer ayuda, pero concluyó que DongYul lo tenía todo bajo control. Estaba acostumbrado a trabajar solo, y aunque SeokJin podría hacer que todo fuera un poco más rápido, DongYul parecía contento de estar al aire libre y al sol. Era saludable para él.

El camino hacia el lago no parecía tan largo ahora que SeokJin lo había tomado suficientes veces; ya se había familiarizado con sus curvas y saltos. Las hojas verdes se balanceaban arriba y la luz moteada caía a la tierra marrón, iluminando su camino, hasta que salió al otro lado de la pequeña playa de arena junto al lago. El sol brillaba sobre el agua, y SeokJin tuvo que usar su mano para proveerse de algo de sombra y evitar el reflejo.

No muy lejos de las aguas poco profundas, YoonGi flotaba sobre su espalda. No llevaba nada, por lo que SeokJin podía ver. Desde la posición de SeokJin, ligeramente por encima del agua, podía ver la polla y las bolas de YoonGi, sus muslos y su pecho extrañamente hecho subiendo y bajando en el agua. Su estómago redondeado se elevaba sobre el agua, su cabello negro se derramaba sobre y debajo de la superficie, y sus ojos cerrados hacían que sus pestañas oscuras rocen sus pómulos sonrosados por el sol. La imagen hizo que SeokJin se dejara llevar en un estado de relajación que nunca había sentido antes en él.

SeokJin olfateó el aire. No podía distinguirlo claramente, pero creía que debajo del fuerte aroma de los pinos del bosque y el aroma del agua del lago, apenas podía oler esa deliciosa combinación de bayas y almizcle.

Dudó en la arena y la excitación se agitó en él. Se desnudó rápidamente y se dirigió hacia donde flotaba YoonGi, salpicando mucho mientras avanzaba, con la esperanza de no asustarlo. Debió haber funcionado, porque cuando SeokJin finalmente abandonó las aguas poco profundas y comenzó a nadar, YoonGi se enderezó de flotar y comenzó a caminar en el agua con ojos cautelosos al acercarse SeokJin.

—El lago ha estado agradable últimamente. No demasiado cálido, ni demasiado frío —dijo SeokJin mientras avanzaba. La tensión de mantenerse a flote lo hacía sonar sin aliento. El aroma de YoonGi se hizo más fuerte, y sintió una agitación en su polla que trató de ignorar—. ¿Estás disfrutándolo?

YoonGi se aclaró la garganta y su voz, siempre tan profunda y retumbante, hizo que la polla de SeokJin se pusiera aún más dura.

—El agua me relaja. Me quita los dolores.

—¿Dolores? —SeokJin inclinó la cabeza, inmediatamente preocupado, y cualquier excitación desvaneciéndose—. ¿Nuevo dolor?, ¿diferente a los de antes?

—No —dijo YoonGi—. Solo los dolores de crecimiento. El agua aligera el peso de mis caderas. Ayuda.

SeokJin podría haber sugerido que la natación ayudaría si YoonGi alguna vez le hubiera dado la oportunidad de dar su opinión sobre los dolores, pero supuso que todo lo que importaba era que YoonGi lo hubiera descubierto por sí mismo.