𝘁𝘄𝗲𝗻𝘁𝘆 𝗻𝗶𝗻𝗲 | la calma después de la tormenta

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PERO EL NIÑO ES NUESTRO —dijo Yeo, golpeando su puño en la mesa del comedor, sus mejillas tan enrojecidas como su cabello—. Él pertenece, por derecho, a TaeKwan.

La ley era clara sobre algunas cosas: los bebés pertenecían a los alfas, a pesar de que los omegas eran quienes los llevaban en el vientre y los daban a luz, y luego los alimentaban con sus cuerpos. Las leyes sobre un bebé nacido de un alfa encarcelado eran menos claras, y YoonGi deseaba que InYeop estuviera aquí con ellos para dar su opinión sobre las cosas.

—Él no se va de esta casa —dijo SeokJin, siniestramente, su mano firmemente sobre la espalda baja de YoonGi y su puño apretado sobre la mesa.

YoonGi sostuvo al niño más cerca, inclinándose para oler su cabeza. No olía a TaeKwan. No olía a nada malo, en absoluto. No era tan maravilloso como el aroma a madera, pino y limón de SeokJin, pero seguía siendo atractivo y dulce, incluso mejor de lo que olía el bebé de TaeHyung, o el pequeño JaeHo de MyungSoo, aunque los aromas de todos los bebés eran deliciosos, por alguna razón.

—Querías que lo amamantara durante dos años —dijo YoonGi, en voz baja, todavía cansado de su terrible experiencia y sensible por la expulsión de un niño de tan gran tamaño. Esa era una evidencia obvia de que el bebé era como su padre: era grande.

YoonGi trató de no pensar en eso.

—En la ciudad. Con nosotros. Estuviste de acuerdo —Yeo fue el único que habló. KiTae se sentó en la mesa en silencio, una fuerza segura, pero silenciosa. No ofreció sus pensamientos u opiniones, pero dejó que Yeo diera sus argumentos. YoonGi no sabía qué hacer con el silencio del padre de TaeKwan.

—Eso fue antes de que él supiera sobre mí —dijo SeokJin.

—¡Ya te había conocido!

La línea de tiempo alrededor de la llegada de SeokJin y los dos involucrados se había documentado ahora, presentados como una especie de mapa sobre la mesa. Una sola línea, marcando fechas y actividades, el vínculo sexual escrito solo en los eufemismos más flojos o términos técnicos que muestra el comienzo y el final de su tropiezo hacia la comprensión.

—El bebé opacó su olor —NamJoon dijo, repentinamente, inclinándose hacia atrás y cruzando los brazos sobre su estómago. Sonrió tranquilamente, como si no estuvieran todos hirviendo con una tensión apenas contenida alrededor de la mesa.

Los presentes eran YoonGi, SeokJin, DongYul, NamJoon, Yeo y KiTae, y el doctor Choi, por supuesto. Este último asintió con la cabeza ante la declaración de NamJoon y agregó:

—Ha sucedido, pero rara vez. Un omega embarazado con el hijo de su pareja predestinada obviamente tomará un aroma diferente, pero no es de naturaleza opacante, ya que el niño es el hijo de su predestinado. Sin embargo, un omega embarazado con el hijo de otro alfa... Bueno, puede ocultar el aroma lo suficiente como para evitar que se produzca el reconocimiento completo alfa-omega hasta después del nacimiento del bebé. Leí sobre otro hecho de este tipo en la escuela de medicina; sin embargo, es muy raro, muy poco común.

También había unas seis docenas de personas en el jardín delantero de Min's House, todas ellas pacientes de SeokJin y NamJoon. MyungSoo, YoungDo y JaeHo estaban entre ellos, junto con el alfa Soh y sus dos omegas, y otros. Alguien había dado la voz de alarma de que la gente de la ciudad intentaba llevarse al bebé de un omega de la montaña, y que ese omega de la montaña resultó ser el predestinado del hombre conocido por ellos como el doctor Kim SeokJin.

La última vez que YoonGi los miró por las ventanas delanteras, tenían palas, hachas y un aire general de "no nos jodas". Se sintió tranquilizado por eso casi tanto como por la fuerte presencia de SeokJin a su lado. Sospechaba que JiMin había hecho el llamado cuando llegó la nota de NamJoon declarando que YoonGi estaba a salvo, al igual que el bebé, y la sorprendente noticia de que SeokJin y YoonGi eran predestinados. Sin duda, NamJoon también había explicado sobre los suegros que habían venido aquí para causar problemas, y JiMin supo qué hacer a partir de ahí y, sin duda, lo había hecho.

TOUCH THE SKY ─ jinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora