𝘁𝗵𝗶𝗿𝘁𝗲𝗲𝗻 | delirio de feromonas

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TAEKWAN NO ERA un buen hombre.

—No. Él no lo era.

—Todavía no lo es.

—No.

TaeHyung no había estado exagerando cuando se refirió a TaeKwan en su carta; ahora SeokJin entendía lo que implicaban sus palabras.

SeokJin trató de despejar su cabeza de la ira, el asco y la repulsión que lo llenaban ante la idea de YoonGi estando en manos de un hombre así. Tenía preguntas, muchas preguntas, pero no creía que debería hacerle ninguna. Pensó en las palabras de JiMin sobre que nadie podría entender realmente la elección de un omega de abortar a su hijo, y que lo mejor que alguien podía ofrecer era una aceptación incuestionable. Pensó en su primera recuperación, el momento en que TaeHyung lo había cuidado. Recordaba los largos y abiertos silencios. Esta parecía una situación similar, una que requería tener mucho cuidado y usar la menor cantidad de palabras posible.

SeokJin no dijo nada, pero no rompió la mirada ni se alejó de YoonGi.

—¿Y si es como su padre? —susurró YoonGi, interrumpiendo, finalmente, el silencio. Se tocó el estómago con sus largos y hermosos dedos, deslizándolos suavemente sobre el bulto desnudo bajo el agua clara, y luego apartó la mano rápidamente, como si la piel de allí lo quemara—. ¿Cómo voy a amarlo?

Había llegado el momento de las palabras.

SeokJin esperaba no haber dicho las equivocadas.

—¿Y si es como tú? —SeokJin tocó ligeramente la barbilla de YoonGi, sintiendo la suavidad de esa piel en la punta de sus dedos—. Él también está hecho de ti: está siendo llevado en tu matriz y será alimentado en tu pecho.

YoonGi parpadeó hacia él.

SeokJin continuó.

—Eres un hombre fuerte, YoonGi, mucho más fuerte que un alfa que no puede frenar sus deseos. Tu hijo será más como tú que...

YoonGi apartó la barbilla.

—¿Dije algo malo?

—No —YoonGi se golpeó la barbilla con la mano húmeda, como si estuviera tratando de limpiar el toque de SeokJin—, pero no quiero que me toques.

SeokJin se tragó el dolor.

—Discúlpame. Mis amigos siempre han sido libres el uno con el otro, y pensé que nos estábamos haciendo amigos.

—No todos los amigos son cariñosos —dijo YoonGi—. Pero sí, soy tu amigo, o me gustaría serlo. Creo. No lo sé. Yo solo... —Se interrumpió, la vergüenza y la desesperación envidenciándose en su voz—. No puedo ser tocado así en este momento, ¿entiendes?

—Oh —SeokJin respiró lentamente. Un nuevo tipo de comprensión aterrizó en él con fuerza, como una bofetada inesperada en la cara—. Te lastimó.

—Lastimó a mucha gente.

—Lo sé, pero... —SeokJin se atragantó y apenas pudo completar su oración—, pero él te lastimó... físicamente.

—Sí.

—Y más.

—Sexualmente —admitió YoonGi—. Le gustaba que doliera.

SeokJin no sabía si iba a vomitar o rugir de rabia. El mundo que los rodeaba parpadeaba con cada latido de su corazón. Quería golpear a alguien o algo, pero no había nada ni nadie.

YoonGi respiró hondo y lentamente extendió su mano, tocando la mejilla de SeokJin con sus dedos mojados.

—Está bien —dijo, con una aspereza que hizo que SeokJin dudara de sus palabras—. No me lastimó tanto como quiso —Sus dedos se arrastraron, fríos y suaves, sobre la cara ardiente de SeokJin.

TOUCH THE SKY ─ jinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora