Maratón 2/3
Narradora.
A la mañana siguiente Ayano se despertó con una rara sensación en sus labios más no le dio importancia, su mente seguía con la imagen del niño de ojos rojos, exigía saber quién era o por lo menos si existía.
Se vistió como de costumbre y bajó a la cocina donde ya su madre se encontraba haciendo el desayuno. Siempre podías ver a Ryoba levantada desde muy temprano haciendo las cosas del hogar, quería mantener a su esposo feliz aunque supiera que el solo fingía felicidad.
El señor Aishi siempre mantenía un semblante dulce y cariñoso ante su esposa, le aterraba que pasaría si no le demostraba amor como ella lo hacía... Anhelaba volver a tener todo lo que la matriarca le robó, la odiaba con todo su corazón pero no podía hacer nada por su bien, ni por el bien de sus hijos. Le convenía mantenerla cerca y claro, feliz.
— Mamá —la llamó nerviosa. Ante él llamado la matriarca miro a su pequeña hija por encima del hombro esperando a que siguiera hablando.— Tengo una duda, me dijiste que siempre viviste acá y quería saber si...
— ¿Si? —alzó una ceja molesta, aún así no perdía su dulce y engañoso tono de voz.
— ¿Recuerdas haber visto a algún niño de ojos rojos, piel pálida y cabello negro? —preguntó esperanzada de que dijera que sí.
Ryoba pareció pensarlo un poco hasta que asintió y volteó a ver a su hija:— Claro que lo recuerdo, cariño, pero... ¿Por qué preguntas?
— Curiosidad —contestó feliz, su curiosidad había crecido más y más, ansiaba saber más del niño.— Cuéntame de él, por favor —se sentó y espero pacientemente.
La mayor no le vio ningún problema y comenzó a contar.
— Jugabas siempre con él, la única persona a la que él se acercaba era a ti. Te tenía mucho cariño porque fuiste la única niña que no lo vio como un bicho raro, aunque algunas vez un niño algo molesto de cabello naranja se juntaba con ustedes —acarició su barbilla pensando en que más contarle.— Solo sé que tenía una hermana menor y a su madre, era algo extraña. Esas dos no socializaban con nadie —dijo y corto unas zanahorias, se le veía entretenida cocinando mientras contaba.— Y bueno, luego del accidente al parecer ya no lo recordabas y él tampoco venía a casa para preguntar por ti, días después se mudaron. Es lo único que sé —dio por finalizado y continuó con su trabajo.
La azabache asintió procesando todo... Le preguntaría a su madre si tenía alguna foto pero sabía que la haría enojar por hacerla desconcentrar, se tragó sus palabras y espero a que el desayuno estuviera listo para comerlo e irse a la escuela.
El reloj marcaba las seis y veintidós, no había ningún apuro.
***
La vida del chico de ojos rojos siempre fue muy dura desde pequeño. Su padre los repudió y los abandonó cuando apenas él tenía 5 años y su hermana menor 2 años, luego de eso su madre los comenzó a maltratar psicológicamente, sobre todo al mayor, él hacía lo posible por recibir los golpes, no quería que su hermanita fuera afectada.
Pero de por si ya lo estaba, tenía un gran vacío por culpa de su padre y el amor que les brindaba su madre era realmente escaso. Era raro escucharla decir un "te amo" o "cuidado cariño, te puedes lastimar" y si lo decía, parecía mentira.
Aún no se ha podido olvidar de algo que dijo su hermana, le dolía cada vez que lo recordaba.
FLASHBACK.
Se encontraban en la parada de buses los tres, necesitaban ir con urgencia al centro comercial a satisfacer la avaricia de su madre, nunca fue una buena administradora de dinero. Cuando lo tenía solo se encargaba de comprarse ropa cara hasta estallar olvidándose de que debía pagar servicios, renta, colegiatura y llenar el estomago de sus pobres hijos.
A su lado estaba un señor bien vestido con una sonrisa afable, alguien de buen corazón que transmitía sentimientos tan puros.
La menor jaló suavemente el brazo de su madre para llamar su atención.
— Mami, mami —dijo con emoción.— quiero un papá, cómprame uno, por favor —habló con tanta ternura que encogió el corazón del hombre.— Quiero un papá como él, cómpramelo —sonrió y señaló al hombre.
Su madre llena de furia abofeteó a la menor y la sacó de ahí junto a su hermano. Sentía tanta vergüenza, el hombre anonadado deseo seguirlos más no pudo, el bus había llegado y necesitaba entrar, tenía una reunión muy importante.
— Niña tonta —intentó abofetearla hasta que su hijo mayor detuvo su mano.— ¿Qué crees que haces, mocoso?
— No la golpees, házmelo a mi —habló con dolor. Atrás, su hermanita lloraba desconsoladamente.
FIN DEL FLASHBACK.
Todo rastro de un niño tierno y tímido se habían esfumado. Ahora podías verlo con un semblante serio o de prepotencia, caminando con seguridad, intimidando a cualquiera que se le pusiera en el camino.
Su economía había mejorado desde que se separó de esa mujer que se hacía llamar su madre. Escapó junto a su hermanita cuando tenía catorce años y vivieron en un refugio por un tiempo, donde los maltrataban e intentaron abusar de ellos. Sus vidas parecían ir de mal en peor, tragedia, tras tragedia. Lágrimas derramadas por parte de su hermana pero aún así era mejor esto para ellos que seguir aguantando los desprecios de su madre.
Cuando creyeron que su vida seguiría empeorando, llegó un hombre con gran poder. Les brindo un hogar, comida, dinero y ropa. Todo parecía ser feliz, su hermana sonreía más, se mantenía positiva y la familia del hombre los trataba con amor menos su hijo mayor, los utilizaba como criados, aún así lo soportaron porque por lo menos tenían un techo donde vivir.
El chico de ojos rojos ya no era el mismo de antes, cuando lo descuidabas un segundos ya estaba haciendo estragos, matando a pobres animales e incluso intimidando a niños. El señor vio gran potencial en él, así que decidió convertirlo en su sicario a cambio de todo el dinero y poder que deseara. Acepto gustoso.
Él hombre nunca supo el nombre del chico así que lo apodo Nemesis-kun, le quedaba realmente bien.
Su hijo mayor no estaba tan de acuerdo de esto, sin embargo, que fuera su sicario lo beneficiaba mucho así que no dio ninguna objeción.
Primero, segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto, séptimo... Innumerables asesinatos cometidos por el chico, era todo un experto en su trabajo y le encantaba tanto. Siempre estaría en deuda con aquel señor, con Ichirou Saikou.
Continuará.
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¡ELLA ES MÍA! [Ayano x Harem]
Random- ¡Buenos días! - saludó con alegría. Su dulce voz me tranquilizó, sus hermosos ojos grises me llevaron a un mundo diferente y su encantadora sonrisa me enamoró. Solo la deseo para mí, ella es la chica de mis sueños, mi perdición, mi luz en la oscur...