40 - ¿Te gusta el árbol de Sakura?

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Narra Ayano.

Ya habían pasado varios días y este sería mi último día con ellos, había una parte de mí que me pedía quedarme, se habían colado a mi corazón y ahora parecían desgarrarlo, implorando que no me fuera... Sin embargo, necesitaba irme, desaparecer y empezar de nuevo.

Nunca iba a olvidarlos, ellos ya eran parte de mi triste vida, sabía que me dolería dejarlos y quizás mis chicos se sentirían traicionados por dejarlos sin despedirme, sin decir un adiós.

En este momento, estaba con Aso en mi silla de ruedas caminando por un parque, que en ese momento no había nadie a excepción de nosotros, había una infinidad de árboles de sakuras tan hermosos y atrayentes, caían constantemente sus pétalos, incluso algunos terminaban por acabar en mi falda.

En algún momento llegué a verme como un árbol de Sakura, porque era o quizás sigo siendo igual de hermosa y atrayente para la gente, en algún momento fui delicada y robaba la atención, esa fue mi perdición.

— ¿Te gusta el árbol de Sakura? — preguntó el rubio parando para ponerse frente a mí y colocarse de cunclillas manteniendo una dulce sonrisa.

Su sonrisa me debilitada y por un momento me hacía olvidar todo lo que había sufrido.

— No lo sé.

— ¿Por qué, Yan-chan? — llevó su mano a mi mejilla, dónde acarició con suavidad para luego depositar un beso.

No hagas eso, haces que replantee mi idea de irme.

— Tampoco lo sé, es complicado.

Él se limitó a asentir, me comprendía así que solo volvió a dirigir mi silla hasta regresar a casa, dónde me esperaba Hanako, que andaba haciendo el almuerzo para mí mientras hablaba animadamente con mi padre. Una tenue sonrisa apareció finalmente, hace tiempo que no lo había visto divertirse un poco.

— Debo irme, tengo que ir a practicar pero prometo volver mañana, ¿Vale? — dijo con entusiasmo ayudándome a sentar en el sofá.

Una punzada fue directo a mi corazón, tragando mis lágrimas asentí, siendo capaz de mentirle de forma tan cruel.

— ¡Hasta luego, señor Aishi!

Mi padre se despidió, manteniendo una pizca de tristeza en su voz porque sería triste también para él tener que irse.

— Yan-chan - habló animadamente Hanako acercándose a abrazarme — ¡Hice onigiris! Sé que te gustan.

Me gustan los que hacía Yanagi...

— Que rico, estoy ansiosa por probar — respondí tratando de sonar entusiasmada y que mi dolor no ganara.

Cuando fue hora del almorzar, el pequeño y mi padre intentaron sacarme plática y que yo dejara mi semblante triste, porque era demasiado difícil fingir ahora.

— Iré a dormir, estoy muy cansada — informé levantándome despacio — es mejor que vayas a casa, tus padres deben de estar esperando por ti.

A pesar de que hizo un berrinche finalmente aceptó y se fue no sin antes darme un abrazo y también prometer que vendría mañana a prepararme un almuerzo muy rico.

* * *

Al llegar a mi habitación observé las medicinas, medicinas que me había enviado aquel torpe enfermero. Lo extrañaba mucho, había tenido que regresar, ya que su abuela había empeorado y debía estar cerca de ella; eso no le impidió enviarme mensajes recordando cuando debía tomar mis pastillas como ahora.

¡ELLA ES MÍA! [Ayano x Harem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora