37 - Odio que tu vida este en peligro, me asusta perderte.

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Narra Ayano.

No...

No...

No... No es posible que esto esté sucediendo.

En un intento de protegerme... Él recibió la bala, caímos al suelo y solo pude ver como su espalda comenzaba a sangrar. Mi hermano no, él no podía estarle pasando esto. Con dolor lo abracé rogándole que no me dejara, llevé mi mano hacia la herida y presioné deteniendo el sangrado, no podía dejarme sola.

Él me lo prometió.

— Te ves tan patética — lo escuché decir, sus pasos se escuchaban cada vez más fuerte. No lo miré ni un solo segundo en lo que hablaba, necesitaba confirmar que mi hermano estuviera bien.

Lo escuché refunfuñar. 

— No me vayas a dejar, ¿Si? Tu siempre has sido muy fuerte y hoy también vas a serlo —sollocé.

Me dolía el pecho, mi garganta estaba muy seca, todo mi cuerpo dolía y estaba muy mareada. Intentaba ser fuerte para Yanagi. 

— Odio que tu vida este en peligro, me asusta perderte.

— Eso debería deci-decirtelo yo, tonta — salió un poco de sangre de su boca.

— ¡¿Qué mierda te pasa?! — Megamo con furia me tomó del cabello y me separó de Yanagi.

— NO, NO. ¡Suéltame, él me necesita! — chillé viendo como el charco de sangre se hacía más grande.

Sus carcajadas me daban miedo, le daba satisfacción ver mi sufrimiento. Me tomó del mentón y me hizo mirarme, su mirada era indescifrable. 

— ¿Qué tengo que hacer para que me quieras? ¿O me mires como miras a Yanagi? — intento utilizar un tono dulce.

¿Mirarlo como Yanagi? Ni reencarnando mil veces sería como mi hermano.

— Hagas lo que hagas, jamás tendrás mi cariño — mi voz tembló, intenté ser firme pero mi mente estaba en otro lado. La sangre, su vida, su corta respiración.

— Me perteneces, y si no puedo tener tu amor prefiero matarte y enterrar tu cuerpo donde nadie jamás pueda encontrarlo que verte aquí sonriéndole a alguien que no soy yo — tragué grueso, mirarlo a los ojos era algo que ya no podía. Me causaba un inmenso terror. 

Llevó el arma a mi sien y me apunto, dejó un beso en mi mejilla sonriente.

— Tu decides, conmigo o muerta.

Mis mejillas completamente mojadas, me daba igual que él me estuviera apuntado, detrás de él estaba el cuerpo de mi hermano casi muerto. 

— Lo quiero a él —sollocé golpeando su pecho.

Narradora.

— Déja... la — Yanagi dijo con todas sus fuerzas mientras agonizaba. Él hacía lo posible por acercarse a ellos y salvarla.

Vamos, ¿Cómo podría hacerlo? Seamos sinceros, ya perdió mucho sangre y estaba casi a desmayarse, apenas y podía hablar... Oh pobre Yanagi, hiciste lo que pudiste, ya es hora de irte. 

— ¡NO ME TOQUES! ¡ESA ES LA VOZ DE MI HIJA, NO SOY ESTÚPIDA! — por primera vez Megamo tembló, era la voz de Ryoba y si ella estaba ahí, su padre también. 

Ella entró irrumpiendo la escena y creando más tensión, en sus manos tenía una pistola que haces tan solo unos minutos le había quitado a su enamorado. Bajó las escaleras mirando a Megamo queriendo matarlo, al estar un poco lejos de Ichirou le apunto a la cabeza de Megamo.

¡ELLA ES MÍA! [Ayano x Harem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora