Narra Ayano.
— ¿Entonces vamos al cibercafé, chicas? —preguntó Saki-chan guardando sus libros con apuro, nadie quería estar acá. Los psicólogos que nos habían dado no servían para nada y eso era lo que más frustraba.
Midori negó rápidamente.
— No puedo, chicas, lo lamento. Iré a ver a mi madre, adiós —se despidió y se fue corriendo. Quedamos perplejas, había rechazado una salida donde habían muchos aparatos electrónicos.
— Midori ha estado muy rara estos días —zanjé mirando a la puerta con remordimiento.
— Siempre lo ha sido —contestó Kokona restándole importancia.
— Sí... Pero lo ha estado más de lo normal —sonrió burlona Saki y nos abrazó.— Quizá solo quiere aprovechar todo el tiempo perdido con su madre, es mejor no darle tanta vuelta al asunto. ¡Mejor vamos al cibercafé! —exclamó y nos arrastró hasta la salida con entusiasmo.
La charla hasta el ciber fue tranquila y divertida, gracias a eso pude olvidarme un poco de la montaña Rusa que estaba sufriendo mi corazón. Llegamos cerca de las cinco a nuestro destino ya que nos detuvimos a ver tiendas de ropa y no pudimos evitar comprar una que otra cosita.
Yo solo me conformé comprando una falda tableada roja, ya casi se acercaba el cumpleaños de Yanagi y deseaba estar lo más presentable posible para él, era su día y quería complacerlo en todo. Entramos y la campanita sonó indicando la entrada de un nuevo cliente. La señora Tanaka nos recibió con una sonrisa para luego llevarnos a los lugares que continuamente ocupábamos. Desde muy pequeñas veníamos a este café, la mayoría de personas ya nos conocían y estaban al tanto de nosotras, somos muy queridas dentro de la comunidad, no por todos claramente... Tener dinero y poder trae sus enemigos.
— ¿Qué les parece si después vamos a un karaoke? Oí que abrieron hace poco uno, esta a dos cuadras de aquí —propuso la peli-morada sin despegar la vista de su lectura, ella no es fanática de los videojuegos, así que cuando venimos prefiere buscar algún pdf en google y leer. Al igual que Saki, solo que esta se ponía a jugar son juegos de Papa's Louie para matar el aburrimiento, y a decir verdad es un muy buen juego.
— Uh... No puedo, hoy tengo reunión con el consejo estudiantil en la noche —dije recordando lo que me había dicho Kizano. ¿Qué mierda le pasaba?
— ¡Ay no! —exclamó la menor de nosotras con un puchero.— Desde que estás en el consejo ya casi ni tiempo tienes para nosotras.
— En verdad lo siento, chicas, pero la reunión es muy importante —sentí culpa, era cierto lo que decían sin embargo, amaba estar en ahí a pesar de ser la esclava de Megamo-senpai.— Me quedaré con ustedes hasta las seis y media, luego volveré a la escuela.
Asintieron algo tristes.
— ¿Y no es algo peligroso que vayas, Yan-chan? —preguntó Kokona-chan con leve preocupación.— Por lo que he oído esas reuniones terminan tarde, es muy peligroso que regreses a casa sola.
— ¿Tu crees que Yanagi la va dejar irse sola a casa a altas horas de la noche, Ko? —rió Saki hasta que se atraganto con su jugo.
— Efectivamente mi queridísima amiga y eso te pasa por burlarte, perra —le dije, me sacó la lengua y siguió haciendo los panqueques que le pedían los clientes.
***
— Pasó todo muy rápido —se quejó moviendo sus coletas de un lado al otro, hasta el punto de casi golpearnos, su cabello es muy largo pero no tanto como el de Mai Waifu.— ¿Te acompañamos a la escuela?
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¡ELLA ES MÍA! [Ayano x Harem]
Random- ¡Buenos días! - saludó con alegría. Su dulce voz me tranquilizó, sus hermosos ojos grises me llevaron a un mundo diferente y su encantadora sonrisa me enamoró. Solo la deseo para mí, ella es la chica de mis sueños, mi perdición, mi luz en la oscur...