—Vengo a unirme al club.
— ¡Genial! —exclamó sonriente y tomó mi mano para acariciarla, no pude evitar sonrojarme.—siempre he querido que estés en mi club, Aishi-san.
— Pu-puedes decirme Aya-chan—tartamudeé nerviosa, ¿Quién no se ponía nervioso con un chico guapo en frente de ti y dándote mimos?
— Esta bien Aya-chan —dijo dulcemente.—ya quiero hacer un pastel contigo.
Sonreí y salí de ahí, de seguro estaba muy sonrojada. Me acerqué al baño y enjuagué mi rostro, ya no estaba tan sonrojada como antes luego de despejar mi mente un rato. Sonreí y salí del baño, en eso entraba Osana, se veía enojada y frustrada, me lanzó una mirada de muerte y entro a un cubículo.
Suspiré y fui a la azotea, necesitaba aire fresco urgente. Me acerque a una de las barandas y me apoyé en ella viendo a algunos estudiantes ir a el gimnasio, a la piscina y como siempre los delincuentes yendo a su lugar de encuentro.
—¿Aishi-san?—volteé cuando me llamo.—soy Taro Yamada—se presentó sonriente.
—Hola—dije un poco incomoda.
—Me contaron que eres buena en literatura y bueno—se rasco la nuca nervioso.—quería pedirte que, si me podías ayudar con mi examen, esta a la vuelta de la esquina y necesito pasarlo, ayúdame por favor—junto sus manos en forma de suplica.
—Claro—ni siquiera pensé, salió solo de mi boca.—después de que acaben los clubes, vamos a mi casa e iniciamos—sonreí y el me miro agradecido.
—¡Aquí estás, baka!—gritó Osana y se acercó a nosotros mirándome realmente enojada, al parecer no me quería cerca de Taro.—no te puedo dejar ni un segundo porque te desapareces—se quejó y comenzó a tirar de su brazo para llevárselo.
—Lo siento, Osana-chan—dijo incomodo y me miro.—¡Adiós, Aishi-san!—se despidió antes bajar las escaleras junto a la pelinaranja.
Reí en voz baja por la actitud de la pelinaranja, se notaba mucho que estaba enamorada de Yamada-kun pero el no se da cuenta. Volví a mirar a mi alrededor disfrutando de como el aire golpeaba con suavidad mi rostro, por un momento cerré mis ojos pero los volví a abrir cuando escuché mi nombre.
—¡Aishi-san!—me llamó alegre Odayaka-kun.—traje unos pastelitos que quiero que pruebes—dijo cuando llego a mí.
Traía en su mano una pequeña caja con dos pastelitos de fresa y chocolate.
—Claro—acepté porque era una amante de lo dulce.
—Espero que te gusten, los hice pensando en ti—dijo y se sonrojo un poco cuando se dio cuenta de lo que dijo.
Amao era un chico muy guapo y tierno, ya veo porque se atrae a tantas chicas. Me entrego el pastelito de chocolate y le di un mordisco, era una delicia, tenía un toque delicado y dulce, perfecto.
—Esto esta riquísimo—comenté y le di otra mordida al pastelito.—quisiera cocinar como...tú—me puse nerviosa cuando paso su pulgar por mi labio limpiando el residuo de el chocolate.
Me había vuelto a sonrojar.
「✧✦✧」
Ya era la hora del inicio de los clubes, me paseé por los pasillos de la escuela hasta llegar al club de cocina y entre emocionada. Los demás ya se encontraban ahí, Amao me sonrió y me entrego un delantal rosa pastel con unos bordes azules pastel también. Me lo coloqué y me presente ante ellos, se veían muy amigables.
—Es lindo tenerte por aquí, Aya-chan—comentó Ajia.
—¿Aya-chan?—preguntó Akanashi-kun.
—Es el apodo de Ayano—dijo Saki.
—¿Podemos decirte así, Aishi-san?—volvió a preguntar.
Asentí mientras les daba una sonrisa de boca cerrada.
—¡Genial, llámanos por nuestros nombres!—dijo enérgicamente Kenko.
Reí por su energía y volví ha asentir. El club de cocina comenzó con sus actividades normales, los chicos hacían un pastel y Amao-senpai me estaba ayudando a hacer cheesecake de oreo. Tendríamos una actividad iniciación al ser la nueva miembro. Trituré las galletas y las puse en una taza, él ojiverde se mantenía preparando la mezcla, fijé mi vista en como batía la mezcla con tanta facilidad, si lo hubiera hecho yo, el contenido del bol estaría esparcido por las paredes, reí mentalmente y me acerqué a Amao-senpai.
—¿Puedo terminar de batirla?—señalé el bol, tímida.
—Claro—dijo amablemente y me lo paso con el globo.
Un rato después ya todo estaba listo. Corte el pastel de frambuesa y lo serví en los pequeños platos que se encontraban es la mesa, Saki y Seiyo estaban sirviendo el refresco mientras que Amao, Ajia y Kenko arreglaban la cocina. Nos sentamos y comenzamos a comer escuchando los chistes de Kenko. Llevé una porción del cheesecake a mi boca y saboreé como se deshacía en mi boca. Me atraganté cuando vi la hora, ¡Demonios! El tiempo de los clubes ya había terminado y tenía que ir con Yamada-kun a ayudarle con literatura.
Amao me pasó su vaso con refresco y lo tomé despacio, agradecí y puse de nuevo el vaso sobre la mesa.
—Disculpen pero me tengo que ir—hice una reverencia y salí corriendo de ahí con mi mochila rápidamente.—¡Taro!—lo llamé cuando lo vi cerca de la salida, él me sonrió y me acerqué.
—Creí que no vendrías je, je, je—se rascó la nuca.
—Disculpa, no había visto la hora—me disculpé.—va-
Fui interrumpida por la voz de Amao, venía corriendo hacia nosotros con mi libro de química, seguramente se me cayó cuando venía corriendo.
—¡Aya-chan!
corrió hasta a mi con una sonrisa y me entregó el libro gustoso.—hola Taro.
Agradecí y Taro le devolvió el saludo.
—¿A dónde van?—preguntó curioso.
—A mí casa, le daré unas clases a Taro—respondí y arreglé unos mechones salvajes de mi cabello.
—Ah—dijo y rasco su nuca.—los dejo, linda tarde—se despidió desanimado y volvió a la entrada de la escuela.
Ladeé la cabeza confundida ante su acto.
—¿Vamos?
Asentí y caminé junto a él, no decíamos nada, el silencio era incómodo. Decidí hablar para cortar aquel silencio.
—¿Y Najimi-san?
—Se fue con su hermano menor, le molesto un poco que no le acompañara—rió y me miro.—¿Qué hay de Yanagi?—olvidé que él y mi hermano son buenos amigos.
—Supongo que se fue hace rato a su casa—sonreí mientras contestaba su pregunta.
—Tienes una linda sonrisa.
Me sonrojé ante su comentario y le agradecí aun sonrojada. Caminamos a mi casa entre risas y jugueteos pero de vez en cuando volteaba a mirar.
Me sentía observada.
Continuará.
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¡ELLA ES MÍA! [Ayano x Harem]
Random- ¡Buenos días! - saludó con alegría. Su dulce voz me tranquilizó, sus hermosos ojos grises me llevaron a un mundo diferente y su encantadora sonrisa me enamoró. Solo la deseo para mí, ella es la chica de mis sueños, mi perdición, mi luz en la oscur...