Epilogo

2.3K 278 52
                                    


-Seokjin, amor, ¡apúrate! Ya están en línea.

Los pasos apresurados del mayor se escucharon por el pasillo e ingresó corriendo en la habitación, tan rápido que incluso derrapó al entrar y cayó de costado, consiguiendo así hacer reír a carcajadas a su pareja y a los hombres que movían las manos detrás de la pantalla.

-¡Hey! No se rían, nada me impide ir a golpearlos hasta Bruselas.

-Entonces seguiré riendo - respondió Hoseok mientras Yoongi más atrás volteaba y levantaba el pulgar en afirmación.

-¿Que está haciendo Yoongi? - preguntó Namjoon extrañado al ver al hombre de espaldas haciendo algo frente a un mueble que le llegaba a la cintura.

Hoseok sonrió misterioso y esperó hasta que Yoongi le dio el ok para hacerse a un lado moviendo las manos y diciendo - "Ta daaa"

Yoongi se había volteado y enseñaba una pequeña cosita en sus brazos, una bebe que vestía de rosado.

-Dios, esa es la bebe ¡No puedo creerlo! - chilló Seokjin al borde de las lágrimas - Jamás pensé que llegaría el día en que Yoongi estaría cambiando pañales, te ves tan tierno.

Yoongi sonrió tímidamente y se acercó a la cámara tomando a la bebe debajo de sus bracitos para enseñarla mejor - Ella es Min  Jiyoon, nuestra hija.

-Hyung es hermosa - comentó Namjoon después de alcanzarle unos pañuelos a Seokjin que no había aguantado mucho más las lágrimas - ¿Cuanto tiene?

-8 meses, está con nosotros hace sólo tres semanas -  respondió Hoseok con orgullo.

Después de eso la conversación continuó solo por algunos minutos más ya que la niña había comenzado a llorar y debían alimentarla y dormirla, aún les costaba adaptarse a la rutina con un bebé, a través de la pantalla pudieron observar las ojeras bajo sus ojos y sus rostros cansados sin embargo sus sonrisas permanecían intactas.

Yoongi y Hoseok se habían ido a Bélgica hace poco más de un año, el mayor había conseguido un trabajo allá y no dudaron en aceptarlo, ya que soñaban con casarse legalmente y no solo como una ceremonia simbólica, también querían adoptar y vivir sin estar rodeados de tanto prejuicio.

A Taehyung y Jungkook igual les estaba yendo bien, se habían separado por un año, no por falta de amor, sino por ceder a las palabras de los demás que decían que quedarse con el primer amor era un error, que después querrían conocer y  disfrutar la vida pero estarían amarrados a alguien que habían comenzado a amar sin saber ni siquiera lo que significaba la palabra.

Taehyung se había ido de viaje por el mundo, aprovechando que había terminado su carrera. Conoció chicos y chicas, probó comidas y disfruto del arte y la idiosincrasia de distintas culturas, pero todo se veía opacado cuando pensaba en el menor y reconocía que con él a un lado estaría riendo sinceramente.

Jungkook en tanto se había quedado terminando su carrera, tuvo un amorío corto con un compañero con el que se llevaba bien, se la pasaban jugando videojuegos mientras comían comida chatarra, eran tan parecidos que llegó a ser aburrido, extrañaba discutir con Taehyung porque hacía trampa, extrañaba que lo arrastrara a museos y que cuidara de su salud.

Un año más tarde se reencontraron y no tardaron ni dos horas en reconciliarse al admitirse que ese tiempo separados les había servido para sentirse miserables y extrañarse, al menos ahora llevaban tres años juntos nuevamente y sabían valorarse, su amor era tan fuerte como el acero.

Ahora vivían en el piso número 21 de un edificio en el centro de Seúl, Jungkook trabajaba desde casa como programador de videojuegos y Taehyung le había hecho caso a su papá estudiando economía, sin embargo en cuanto terminó su carrera se perdió de la vida del señor, probablemente el hombre lo odiaba porque se marchó cuando ya lo había exprimido, sacándole el dinero para pagar sus estudios, sin embargo Tae lo tomaba solo como una compensación por lo miserable que hizo su niñez y juventud.

Jimin había terminado la carrera de medicina en Daegu y se reencontró con Ken el amigo de Seokjin y con quien había tenido una aventura en la boda de Yoongi y Hoseok. 

Había entrado a trabajar como médico interno en el hospital general de Seúl, cuando justo un día complicado en que estaba cumpliendo una guardia de 48 horas, fue llamado a urgencias para atender a un chico que había tenido un accidente en moto.

El chico resultó ser Ken, quien después de recuperarse siguió yendo constantemente al hospital para llevarle regalos a Jimin, hasta que lo convenció para tener una cita y otra más.

Ya estaban por cumplir un año de relación y aunque no vivían juntos había planes para hacerlo en el futuro.

Namjoon y Seokjin también se habían mudado hace poco a Seúl, para volver a vivir en la casa que por derecho le pertenecía al menor.  Del padre de este lo único que sabían es que estaba saliendo con una mujer viuda de un hombre millonario, por lo tanto con una gran herencia y a Namjoon no le importaba, lo único que deseaba es que la mujer ya no pudiera embarazarse porque ningún niño merecía pasar lo qué pasó él, menos un hermano suyo.

Últimamente había hablado bastante con Jin acerca de el matrimonio y una familia, sobre todo tomando en cuenta que el profesor tenía 32 años y probablemente ya quería tener todo eso que la gente llamaba como los pasos naturales de la vida.

Sin embargo para ellos no era tan fácil irse a vivir afuera ya que Namjoon era abogado y para ejercer en otro país tendría que volver a estudiar la constitución de dicho país y Seokjin para enseñar tenía que saber bien el idioma. Podían adoptar fuera y volver con el niño o niña a vivir a Corea, pero obligarían a un ser inocente a vivir entre juicios de valor y discriminación.

Después de haber barajado todas sus cartas en realidad se dieron cuenta que ninguno pensaba tener una familia como un sueño propio, si no más bien era seguir lo que la sociedad había estipulado como correcto, pero ellos estaban bien juntos como pareja, teniéndose el uno al otro.

Algunas veces organizaban cenas e invitaban a sus amigos, otras veces salían a comer fuera y volvían de madrugada. Habían fines de semana en que se sentían aburridos de la rutina y compraban un boleto a algún lugar al azar. Podían hacer el amor en la cocina o en la mesa del comedor, los domingos dormían hasta tarde, comían pizza y veían películas.

Se tenían uno al otro y eso era suficiente. Vivían un día a la vez, procurando volverse a enamorar cada mañana, teniendo pequeños detalles y también dándose espacio cuando era necesario.

No necesitaban un contrato que los obligara a pasar una vida juntos y tampoco lo era tener pequeños niños revoloteando por la casa, quizás en el futuro si lo fuera y en ese momento buscarían una solución. Pero no ahora, llevaban 7 años así siendo felices y se sentían como meses.

Además cuando se vieron con la responsabilidad suficiente para hacerse cargo de otra vida, adoptaron un perro.

Namjoon y Seokjin. Seokjin y Namjoon. Profesor y alumno, no importaba ya, habían recorrido un camino a su manera y lo seguirían haciendo.

Enséñame lo prohibido [NAMJIN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora