Capítulo 8

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El lunes Jin estaba más emocionado que de costumbre, había pasado el fin de semana completo deseando que llegara nuevamente el inicio de semana y no precisamente porque amara trabajar, solo quería ver al niño castaño que daba los mejores besos en el mundo.

Recordaba vagamente la única vez que se había sentido asi. Fue cuando aún iba a la escuela y se dió cuenta que el fin de semana estaba deseando ir a la escuela para ver a su mejor amigo. Así se dió cuenta de que le gustaban los chicos, lamentablemente nunca fue capaz de confesarse por miedo y cuando al fin tomó el valor para hacerlo, Yoongi le presentó a Hoseok y descubrió que su mejor amigo se comportaba distinto con ese chico, poco a poco sus sospechas se hicieron realidad cuando emocionados con sus manos entrelazadas le contaron que estaban saliendo.

Así es, Yoongi fue su primer amor.  Por su puesto Jin después lo olvidó e incluso tuvo algunos novios y amores casuales, dejando al más bajo como un crush olvidado.

Y ahora estaba experimentando las mismas sensaciones, el cosquilleo en el estómago, las ganas de verlo, de robar miradas cómplices a escondidas. No sabía si era amor, tal vez solo era la emoción de lo prohibido, pero le estaba gustando demasiado.

Cuando llegó la hora en que le tocaba dirigirse al aula del castaño, puso especial empeño en su presentación personal, peinándose y aplicando algo de bálsamo en los labios.

Empezó su clase normalmente fingiendo que estaba tranquilo y que su corazón no estaba golpeando fuertemente su pecho cada vez que su mirada se enfocaba en aquel chico de 17 años con preciosos hoyuelos.

En el momento que fue a tomar el borrador, encontró debajo de este un pequeño chocolate como cada día y le fue imposible contener su sonrisa. Namjoon lo estaba haciendo caer demasiado rápido, pero ¿se sentiría él de la misma forma?, después de todo para Seokjin, el castaño seguía siendo un niño y probablemente solo buscaba algo de emoción.

Aún así no se negó cuando al terminar las clases, buscó al menor unas cuadras más allá de la escuela y juntos fueron hasta su departamento.

El pequeño hogar poco a poco comenzó a volverse su refugio, dónde cada día se encerraban en su pequeña burbuja escondidos del mundo. Solo veían alguna serie o se besaban hasta que sus labios estaban hinchados y adoloridos, sin embargo Seokjin estaba cumpliendo con su palabra y no tuvo ningún tipo de contacto íntimo con Namjoon.

Y es ahí donde se encontraban dos semanas después, con el único ruido de sus lenguas chocando entre sí. En la televisión, la película que estaban viendo había terminado hace rato, dejando en la pantalla el menú principal de la aplicación. Ni siquiera sabían que habían visto, el prender la televisión era solo una excusa para poco a poco acercarse hasta terminar pegados con la boca encima del otro.

-mmm Namjoon, detente

Hablaba Jin entre beso y beso, pero sin ninguna intención verdadera de alejar al menor, quien iba metiendo una mano traviesa por debajo de su camisa.

Se sentían tan bien las caricias que subían y bajaban por su abdomen y que se detenían a veces en su cintura, haciendo suaves movimientos circulares que lograban estremecerlo. Cuando las caricias fueron bajando, colándose por la cintura de su pantalón, decidió que era momento de detenerse y separó a Namjoon.

-Lo siento, pero debemos detenernos, lo sabes.

Namjoon asintió y lo besó castamente para después buscar algo en la televisión. 

-¿Seokjin y si hoy pedimos pizza? No es necesario que cocines siempre.

-Pero a ti te gusta mi comida

Enséñame lo prohibido [NAMJIN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora