La semana siguiente los días fueron pasando de forma tranquila. Jin dejó de fijarse en Namjoon, lo que le trajo beneficios en muchas maneras ya que pudo prestar atención a sus demás alumnos y ser más justo a la hora de hacerlos participar en clases.
Lo mejor de todo es que hoy era jueves y ya habían pasado los dos días en que le tocaba dar clases al curso de Namjoon.
Terminó con su trabajo en la oficina, concentrándose tanto que ni siquiera se dió cuenta de que se había pasado 20 minutos y probablemente ya todos se habían ido. Al menos los alumnos ya habían salido desde hace una hora.
Suspirando, cerró su casillero con un golpe seco y cogió sus llaves haciéndolas girar en su dedo índice mientras caminaba por los pasillos deshabitados.
Iba tan enfocado en su destino que casi pasa por alto la figura sentada al pie de las escaleras que daban a los laboratorios de ciencias. Le estaba dando la espalda pero ya lo conocía tan bien de tanto mirarlo que podría reconocerlo incluso solo mirándo sus manos.
Namjoon no parecía el perfecto alumno que admiraba todos los días. Tenía el pelo alborotado y cuando le dió unos golpecitos en el hombro para preguntarle que hacía en el colegio tan tarde, pudo verlo de frente, con la camisa por fuera del pantalón, los primeros botones abiertos, sin corbata y los ojos rojos, brillando con la amenaza de lágrimas.
Jin ni siquiera lo pensó, el menor parecía desesperanzado.
-Vamos -demandó Jin en tanto estiraba una mano hacia el menor. Pero Namjoon simplemente se acurrucó un poco más en las escaleras.
Con un poco de fastidio Jin se agachó para quedar a la altura del castaño y poder mirarlo a los ojos.
-Hey solo quiero llevarte a tu casa, ya es tarde ¿Vienes? - le habló con voz suave y volvió a estirar su mano, la cual Namjoon tomó con algo de desconfianza y soltó en cuanto estuvo de pie.
Uno al lado del otro caminaron hacia el estacionamiento dónde subieron al auto de Jin.
-¿Dónde vives?
-Yo no quiero ir a casa ... - susurró Namjoon, abrazando la mochila en sus piernas.
-¿Entonces qué, niño?
-Podria ir dónde Jimin.
El pelinegro negó con la cabeza, quería pasar algo más de tiempo con su alumno, quería poder ayudarlo, saber que le sucedía y esta vez sus intenciones eran puramente las normales de un docente que ve una actitud extraña en un estudiante.
-Apuesto a que tienes hambre, te llevaré a comer algo y después te llevo a dónde quieras.
El camino se hizo en un silencio incómodo. Jin golpeaba rítmicamente el volante con sus dedos en cada semáforo, tratando de calmarse ya que el auto se hacía pequeño con la presencia del castaño en el. Namjoon en tanto sólo miraba por la ventana, aún con la mochila negra en su regazo y los ojos acuosos.
-Llegamos - nada, el menor simplemente seguía ahí, pero su mente estaba en otro universo - hey, niño, ya llegamos - tocó suavemente el hombro de Namjoon logrando traerlo de vuelta al presente.
-¿Y tú chaqueta? Está un poco fresco.
-Yo ... la olvidé en la escuela, no importa.
Namjoon trató de quitarle importancia, pero estaban a mediados de mayo y si bien era primavera, las tardes se ponían algo frías, al menos para la camisa blanca delgada que llevaba puesta el menor. Jin sin mediar palabras fue hasta el maletero dónde sacó una sudadera celeste y se la tendió al menor. Sabía que le quedaría bien ya que aunque Namjoon era un poco más alto y de estructura física fuerte, Jin solía usar la ropa grande en la parte de arriba.
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Enséñame lo prohibido [NAMJIN]
FanfictionUn encuentro de una noche ¿Que podría salir mal? Advertencia ⚠!! Esta historia contiene temas sensibles como abusos, los cuales no se normalizan bajo ningún término pero por favor considerarlo antes de leer. BoyxBoy Pareja principal: Namjoon y Jin...