°Te Llevo En El Corazón° [YoonMin]

*Capítulo 11*

—Te veo en la tarde Hyung— el de ojos azules se despidió de Seokjin con una bonita sonrisa antes de cerrar la puerta de su habitación.

Bien, el momento había llegado, eran exactamente la 1:45pm, tenía 15 minutos exactos para llegar a la habitación que Yoongi le había indicado desde la mañana.

¿Estaba nervioso?

Mucho, demasiado diría el de cabellos platas, sin embargo, estaba dispuesto a tratar de iniciar una conversación con el mayor y buscar una solución a ese problema que la maestra Hyun-ah les dijo.

El de ojos azules dio vuelta a un pasillo que llevaba a unas escaleras, si no se equivocaba, la recámara del mayor debía de estar dos plantas abajo del suyo.

O eso le dijo Seokjin.

Hablando del mayor, la conversación que había mantenido Jimin hace tan solo una hora atrás con el mencionado, era por mucho la mas interesante y satisfactoria que hubo tenido en su vida.

Jimin aún no puede expresar en palabras la felicidad que le hizo saber tantas cosas acerca del don de Seokjin, porque hasta ahora, el de ojos azules solo conocía unos pocos quienes poseían uno. Y esos solo eran el de su hermano y el suyo.

Pero ahora, una persona mas se sumaba a su lista, y Jimin estaba ansioso de contárselo a su hermanito, pues ellos mismos fueron los únicos en tratar de entender esa aura mágica que los rodeaba.

¿Habían aprendido? A duras penas, pues ni sus padres ni ellos nacieron con las habilidades aprendidas al 100% o con el conocimiento de algo similar, resultó muy difícil adaptarse.

Sin embargo, entre la conversación que tuvo con Seokjin, se enteró de varias cosas que el mayor había estado estudiando para entender todo.

Una de ellas era la intensidad y limitaciones que tiene cada don, era impactante saberlo, pues Jimin nunca tuvo la oportunidad de experimentar cual era su límite. Ni él y tampoco su hermanito Kookie.

Por eso, había tomado la decisión con Seokjin de "entrenar" cada semana en domingo, para tratar de entender entre los tres todo este extraño entorno que los rodeaba.

Solo faltaba buscar un lugar que estuviese muy apartado de la población, pues lo último que querían era llamar la atención hacia ellos.

El de cabello plata, alzó su vista del suelo, se había perdido en sus pensamientos mientras caminaba. Muy pronto, se dio cuenta que estaba cerca de su destino, pues ya se encontraba en el pasillo correspondiente al de su compañero de baile.

Miró su teléfono para asegurarse de la hora, 1:56pm marcaba en letras blancas sobre su fondo de pantalla donde salían él y su familia.

¿Era mejor esperar que sean las dos en punto o tocar de una vez la puerta?

Jimin lo reflexionó, solo eran menos de 4 minutos, que mal puede hacer. Quizá así pueda mostrarle a su mayor lo puntual que era.

Caminó un par de metros antes de detenerse en la puerta con los números "116 B" en medio. Miró a un lado del mismo para ver si Min compartía habitación con alguien, enseguida se percató que en la pizarra solo yacía el apellido del mayor.

Se sintió mas nervioso de momento, pues presentía que iba a invadir un espacio privado del mayor, y también del hecho de saber que iban a estar completamente solos encerrados en cuatro paredes.

Aunque, si lo pensaba un poco mejor Jimin, no debía de ser muy diferente a cuando ellos practicaban. Siempre habían estado solos durante sus arduas horas dentro del salón.