*Capitulo 3*

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Bien.

Su hermano, Jin y Hoseok, se habían ido hace no más de un minuto. Dejaron al joven en la esquina del pasillo donde se hallaba su habitación.

Jimin se había despedido de él con un beso en su coronilla, lo que ocasionó un ligero rubor en las mejillas del menor y un chillido de ternura de parte de los otros dos.

Una vez fue dejado solo, caminó hasta casi el final del pasillo, específicamente dos puertas antes del final.

Se detuvo ahí un par de minutos analizando la puerta, miró la madera que parecía pintada no hace mucho, pues el barniz se veía brillante como debe ser. Observó igual que en medio, con números blancos, yacía pintado la cifra marcada en su hoja.

Su atención se vio llamada cuando miró a un costado de la puerta, pues ahí se lograba ver un pequeño tablero donde estaban escritos los apellidos de quienes habitaban en la habitación.

Jungkook observó curioso el "Kim" ahí escrito, pues esto podía aludir que se trataba de un solo compañero o dos si tenían el mismo apellido; miró por debajo de éste como "Park" yacía igual ahí.

El de ojos verdes soltó un suspiro.

Supuso que no podía quedarse mas tiempo como un tonto nada mas ahí frente a la puerta. Tomó la manija color plata perteneciente a la puerta y procedió a abrirla.

Un pequeño chirrido acompañó a su acción y pronto pudo ver el interior de la habitación que sería su hogar por el momento.

Sus curiosos ojos escanearon todos los rincones de ahí, pudo ver en primera instancia, que el cuarto sólo contaba con dos camas ubicadas frente a frente y de esquina a esquina donde yacía una ventana.

Soltó un suspiro satisfecho, al menos solo una persona mas estaría con él.

De ahí su vista se posó en la mitad de habitación que parecía ocupada, pues miró como la cama estaba vestida con un conjunto de sabanas cremas casi blancas, junto con las almohadas rojas pasión y cabezera blanca alcolchada. Elegante, pensó Jungkook.

De ahí miró la felpuda alfombra a los pies de la cama y una mesita de luz color blanca con manijas en dorado. Vio igual un armario de tamaño exacto para un persona universitaria y junto a éste una puerta del color de la principal, supuso que sería el baño.

La mitad que era de su compañero de habitación, tenía un aire de elegancia hacia donde mires, pues pudo también apreciar detalles como el de cuadros con figuras abstractas colgadas por varias partes de esa mitad.

Mientras que su mitad era lo más triste en comparación del de su compañero. Pues su cama solo tenía las sabanas dobladas y colocadas sobre la misma, almohadas blancas y una mesita de luz café por el barniz. Nada más que eso y el armario en la esquina contraria.

Jungkook tenía que ir de compras con su hermano si no quería sentir tan frío su lado de la habitación como se veía.

—¿Piensas entrar?— una voz profunda se oyó por detrás de él.

El de ojos verdes juró sentir su piel erizarse ante tan grave voz, pues en su vida había escuchado algo similar.

Con un poco de vergüenza bañando sus sentidos, se colocó a un lado de la puerta. Debía de parecer un tonto por estar ahí nada mas parado.

—Y-Yo.... Si... S-Solo miraba la habitación. — jungkook quería darse una bofetada mental, pues debió sonar como un torpe.

—Bueno, no creo que debas quedarte parado en la puerta para mirarla. —el de ojos verdes en ningún momento había levantado la vista del suelo, por lo que solo podía ver los zapatos negros junto con el pantalón de tela crema del que supuso era su compañero.

°Te Llevo En El Corazón° [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora