¿Qué harías al darte cuenta que tienes un acosador? Alguien que te sigue luego del trabajo, alguien que te observa en todo momento, alguien completamente desagradable.
Pero;
¿Que pasaría si aparece otro más problemático y peligroso?
...
Habían pasado tan solo unos días desde mi mudanza obligatoria, me estaba tomando más tiempo del que esperaba poder adaptarme a ese enorme lugar. Comparado a mi antiguo departamento esto era demasiado. Por las noches la cama solía ser tan cómoda que me dificultaba dormir, el hecho de vivir en un piso tan alto hacia que el ruido de la ciudad pasará desapercibido así que tanto silencio solía ser agobiante.
Solía salir por las madrugadas de insomnio a leer un poco de los libros que Hawks mantiene en algunas repisas de la sala principal, intentaba distraer mi mente y relajarme un poco de la presión que constantemente me solía molestar.
— Pareces muy cómoda...— mi cuerpo no tardó en tensarce, conocía a la perfección la voz a mis espaldas.
Por motivos de seguridad Hawks me obligaba a llevar el llavero conmigo en todo momento aunque él estuviera en el departamento, incluso para cosas tan pequeñas como ir a tomar una ducha o cocinar; debía cargar conmigo aquella pequeña pluma. Este momento no era la excepción, así que extendí mi mano rápidamente hacia la mesita dónde reposaban unos cuantos libros y junto a ellos; el llavero.
Pero no logré alcanzarlo.
Antes de siquiera poder tomarlos unas vividas llamas azules lo habían vuelto cenizas. Y no solo eso, no entendí en qué momento ocurrió pero, todo el lugar estaba en llamas.
— ¿Así que también quieres refugiarte detrás del héroe de segunda? ¿Cuando aprenderás a afrontar las cosas por ti misma?— vaciló. Escuché sus pasos acercarse por detrás.
Intenté moverme aunque fue en vano, estaba completamente petrificada como si hubiera perdido el completo control de mi cuerpo. Tragué en seco ante la frustración que comenzaba a sentir, por el rabillo de mis ojos observé pasar a Dabi mientras llevaba a arrastras algo a su lado. Detuvo su paso frente a mi y finalmente logré moverme, sentí como si fuese liberada de aquellas cadenas invisibles que me mantenían estática.
Alcé la vista hacia el notando como me observaba con superioridad y recelo, quise articular algunas palabras pero tampoco pude hacerlo, en cambio, baje la mirada notando lo que segundos antes llevaba a arrastras y mis ojos se abrieron con sorpresa.
Era Hawks.
Sus alas ya no sé encontraban y su cuerpo estaba lleno de quemaduras, parecía inconsciente o quizás...
Sin vida.
— (T/n)
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— ¡(T/N)! ¡Oye!
El grito que había escuchado a lo lejos de un momento a otro se hizo presente y mucho más fuerte, lo cual me sorprendió lo suficiente para reincorporarme rápidamente y sentir como mi frente chocaba con algo delante de mi, quien claramente no era nada más ni nada menos que Hawks. Hice una pequeña mueca de dolor sin prestar atención al rubio que se retorcía en el suelo debido al golpe, observé a los lados frenéticamente notando como todo lo de hace segundos había sido solo un molesto sueño.
