𝑺𝒆𝒆𝒅.

2.6K 207 55
                                    


No sabía cuánto tiempo había estado ahí, pero parecían meses. Los mismos meses que pasaban en aquellos recuerdos, parecía algo interminable. Todos los días era lo mismo, matar, entrenar y disfrutar una falsa vida "normal", sentía pena, desgana, lastima y una parte dentro de mi comenzaba a cambiar; parecía que poco a poco comenzaba a recuperar lo que tanto sentía perdido.

Y eso era una parte de mi...

— (T/n) querida, ven a cenar— mi madre me llamo con dulzura. Esa noche nos habíamos quedado en nuestra casa. Aquel hombre nos había dado unos días de descanso para luego volver al lugar donde solía "entrenar".

Atendí el llamado de mi madre en aquel entonces, entre con desgana al lugar donde se encontraba la mesa con los platos servidos. Recordé lo poco que me gustaba estar en ese lugar y era realmente poco lo que recordaba de esa casa además de la muerte de mi madre. Observé cada detalle llenandome de una nostalgia poco agradable, incómoda y un tanto dolorosa.

Ese sitio quisiera o no era nuestro hogar, el único lugar donde mi madre podía obtener un poco de paz y descanso de tanta sangre y muertes, todas ocasionadas por mi, su pequeña niña.

En ese momento recordé las palabras del doctor y lleve una mano instintivamente a mi vientre.

¿Que habría hecho si estuviera en su lugar?

¿Soportaría ver a mi hija convertirse en una máquina de matar?

Mordí mi labio inferior intentando suprimir las lágrimas con un poco de dolor, no era el momento de desequilibrar mis sentimientos. Debía resolver una cosa a la vez.

Estaba agotada y un poco perdida, cuando ví esa pequeña imagen de mi... Me di cuenta que nunca he dejado de estarlo, me ví desanimada, despreciando el hogar donde mi madre solía descansar.

No la entendía, era una niña ignorante y egoísta que no veía lo mucho que su madre sufría. Pero, no me culpo, ni a ella. Realmente ya no sabía a quién culpar, solo buscaba un culpable a quién hacerle recaer el peso de mi dolor y cansancio, pero ya no sabía contra quién arremeter. Mucho menos ahora que he visto todo el daño que causé, aquellas personas a las que asesinaba tenian familia, incluso habían jóvenes entre ellos.

Puedo recordar cómo me sentía en ese momento; sola, aburrida y sin ningún propósito. Había nacido para servir a aquel hombre y quién sería su discípulo, solo sabía matar, no conocía nada más, no me motivaba nada más.

— (T/n) Cariño ¿Que ocurre?— ella lo sabía perfectamente, aún así fingió ignorancia para ocultar su dolor e intentar apaciguar el mío.

— ¿Cuando volveremos con el maestro?— pregunté con la vista fija al jarrón de la entrada. Quería salir de ahí— No se que hacer.

— ¿Por qué no intentas jugar un poco?— agrego con esperanza.

— No hay nadie con quién pueda hacerlo— reproché en ese momento. Suspiré al verme tan inmadura y desesperante.

Mi madre también comenzaba a desesperarse, después de todo estaríamos un largo tiempo en ese lugar pues algo había ocurrido que aquellos hombres tenían su prioridad en algo más. Además de eso, teníamos prohibido salir y éramos custodiadas por un hombre que estaba bajo las órdenes del "maestro", el único que podía salir y entrar con libertad era mi padre pues no tenía nada que perder.

Mientras más tiempo pasaba ahí, más comenzaba a inquietarme, algo pensaba hacer...

Mientras más tiempo pasaba ahí, más comenzaba a inquietarme, algo pensaba hacer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
   ⁺¹⁸    𝑫𝑨𝑩𝑰  ─── 𝓐𝓽𝓻𝓪𝓬𝓬𝓲𝓸𝓷 𝓟𝓮𝓵𝓲𝓰𝓻𝓸𝓼𝓪.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora