⁺¹⁸ 𝑫𝑨𝑩𝑰 ─── 𝓐𝓽𝓻𝓪𝓬𝓬𝓲𝓸𝓷 𝓟𝓮𝓵𝓲𝓰𝓻𝓸𝓼𝓪.

𝑳𝒂𝒔𝒕 𝒅𝒓𝒐𝒑

— ¿Ya tienes a Shigaraki?— trague en seco al observar sus intensos ojos mirarme fijamente con seriedad.

Saco de contexto por completo lo que recién había dicho, es un idiota; en una situación así ¿Que le hace pensar que dije eso con otras intenciones? Me bastaba con solo tener a un psicópata en mi cabeza por ahora...

— Sabes— mi voz era torpe. Pero ya no era como antes, ya no sentía miedo, había decidido caer a sus pies. Así sin más—... A lo que me refiero Dabi— me aparte con brusquedad intentando huir de su mirada—, maldita sea— murmuré por lo bajo, comenzaba a sentir como el calor incrementaba en mi rostro.

No dijo nada mas por algunos segundos, el viento soplaba intenso ayudando así a que los árboles ocuparán parte en ese intenso silencio.

— Logras ponerme de mal humor muy rápido— comento irritado

— Si no te gusta puedes irte— replique sin verlo, escuché unos pasos alejarse y al darme cuenta ya no se encontraba a mí lado—, que delicadeza...

Sentí una extraña sensación al permanecer ahí, era tarde por la noche, no pasaba ni un solo auto; las calles estaban desoladas lo cual me permitía observar hasta el detalle más mínimo de la ciudad y sus calles, y entré toda esa solitaria grandeza...

Me encontraba yo, sola.

Suspiré con frustración, nuevamente aquellos recuerdos llegaron a mi mente, era realmente frustrante solo recordar lo malo de mi pasado, o quizás ¿Nunca pase por algo bueno? Quizás realmente merezco todo lo que me está pasando, después de todo, creo que desde el comienzo fui la causante de todo.

Negué frenéticamente con la cabeza, quería sacar esos pensamientos recurrentes que solo me generan más preocupación. Al final, creo que mi madre nunca lo vió de esa manera; aunque mi padre...

— Quiero olvidar todo eso, maldición...—susurre.

Me voltee para seguir mi camino. Pero nunca espere ver a esta persona frente a mi; mi cuerpo solo se tensó quedando estática. No era el momento ni el lugar para encontrarlo, mucho menos después de todo esos recuerdos desagradables y el mal rato que he pasado. Así que recobre la compostura observando lo con seriedad.

— Por lo que veo no le temes a morir ¿No?— comenté irónica.

— ¿También serías capaz de matar a tu padre?— su voz era sarcástica y casi tan irónica como la mía. De manera que su comentario realmente me molestó, después de todo era el menos indicado para decir algo.

— ¿Que quieres?

— Nada en especial ¿No puedo pasar tiempo con mi querida hija?— la ironía y diversión que tenía en su voz me enfermaba. No sé qué es peor, el verlo sobrio o ebrio— Estás conciente de todo lo que te ha pasado te lo buscaste ¿No?

Lo seguí con la mirada mientras hablaba y caminaba a mi alrededor, el estar cerca de el me hacía tener miles sentimientos encontrados; dolor, rabia, decepción, rencor. Ninguno de esos sentimientos era positivo, de solo verlo, de solo tenerlo cerca; me hacía hervir la sangre.

Hacia que mis malos recuerdos de la niñez se hicieran más lucidos, lo odiaba.

— Cierra la boca— me tense— ¿Solo vienes a recordarme lo miserable que es mi vida? Además, mi madre murió por tu culpa, desde siempre has sido un apostador desafortunado. Y el que te volvieras ebrio luego de ella morir fue tu decisión.

— No fui yo quien utilizó su Quirk para asesinarla, yo la amaba— se podía notar el enojo en su voz—, la miserable vida que comencé a tener luego de su muerte, también es tu culpa.