¿Qué harías al darte cuenta que tienes un acosador? Alguien que te sigue luego del trabajo, alguien que te observa en todo momento, alguien completamente desagradable.
Pero;
¿Que pasaría si aparece otro más problemático y peligroso?
...
Mi respiración era irregular, la sensibilidad de mi cuerpo comenzaba a elevarse como signo de mi mal estado, trague en seco con delicadeza; con mi mano derecha hice presión en la reciente herida de mi cuello, comencé a sudar frío mientras observaba como el panorama no era el mejor. Dabi hizo nuevamente de las suyas, y está vez, decidió dejarme un recordatorio más claro de sus amenazas abriendo la cicatriz de mi cuello, la cual le había molestado días antes.
Sentia la calidez de mi sangre deslizarse por el brazo hasta llegar al piso, la situación luego del beso sólo empeoró; lo ataque esperando a que se alejara de mi sin pelear, pero no vaciló ni un poco en lastimarme. Los héroes en lugar de ayudarme decidieron mantener distancia, parecía que la “sutil” marca de territorio por parte de ese imbécil logro funcionar.
Ja, eso sin contar que ahora me encontraba en medio de los Héroes y el resto de la Liga, quienes por alguna razón decidieron unirse a última hora.
— ¡Aizawa-sensei la chic–
Escuché al mocoso peliverde con el que me tope minutos antes de todo este desastre, con atención y cuidado di un vistazo hacia atrás encontrándome con la mirada severa de Ereaser.
— ¡No hagas ningún movimiento!— exclamó— Te he dicho que fuera de Yūei no me llames "Sensei"— se quejo entre suspiros, manteniendo una compostura firme—, no sabemos que relación tienen. Será mejor guardar distancia por los momentos.
Exhale con delicadeza y algo de vacilé, maldito Dabi, parece que realmente suele conseguir lo que quiere. Intenté volver mi atención hacia los villanos, pero en cuanto lo hice; mi visión se tornó borrosa. Comencé a sentir mareos y la poca fuerza que me mantenía de pie se estaba desvaneciendo, aunque esta herida no era tan profunda como la anterior; estaba perdiendo mucha sangre.
Intenté controlar mi respiración y observe a Tomura, quien al parecer no se veía nada satisfecho de lo que estaba ocurriendo, se notaba mientras –quizas– regañaba a Dabi.
Mis piernas flaquearon, pero me apoye sobre mi rodilla antes de poder caer. No podía dejarme caer. No en esta situación, tengo la posibilidad de irme con los héroes y estar segura, pero...
— ¡Se ve muy mal, no podemos solo dejarla ahí!
Aquella voz se hizo lejana así que lo dejé pasar, todo se comenzó a oscurecer mientras un sentimiento agrio pero nostálgico comenzó a aparecer, nunca pensé que me acostumbraría al dolor de aquella habitación. Tanto así, que no me sorprendería si en este momento, estoy a punto de morir.
Creo que ya lo viví las suficientes veces.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
