Capítulo 2: Vacaciones De Verano

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Verano del 2548

Los lejanos dominios del señor oscuro Astaroth eran el escenario de una batalla sin igual, cómo nunca se había visto por aquellos lares

Nuestro grupo de héroes, constando de un caballero, una elfa arquera y un hechicero poderoso, marchaban hacia el bastión central del señor oscuro, con un vasto ejército a sus espaldas. 

—Ha sido una guerra cruenta... en caso de que no sobreviva, quiero que sepan que será un honor haber dado mi vida por ustedes, el reino y su majestad— dijo el caballero. Hallándose los tres en fila y con el ejército a sus espaldas, se verían cara a cara con una bestia poderosa, a tan solo unos cientos de metros de su posición y junto con un ejército de Orcos detrás de ella. La tensión se concentraba en este páramo inexplorado por los hombres, elfos o cualquier otra forma de vida pensante— puede que solo tengamos una chance de derrotarlo...pero en tanto exista una esperanza de darle fin, la tomaré incluso si me cuesta la vida— serían las palabras de aquel noble caballero de ojos esmeralda, que se hacía llamar Allen, la Espada del Valor.

El momento había llegado. La bestia de fuego comenzaría lanzando un flamante aliento hacia nuestros héroes. Ali, el hechicero de la Mano Velada, intercedería entre su grupo y el aliento de la bestia con Geomancia, conjurando un muro de tierra de unos metros, con tal de evitar que todos murieran rostizados. 

A los pocos minutos los alrededores volvieron a cambiar; de la poca vegetación que había antes quedaban solo cenizas, y las rocas estaban al rojo vivo, cómo si estuvieran a punto de fundirse.

Un pequeño temblor se haría presente junto con el sonido de pisadas. 

La bestia yacía sobre ellos, asomando su cabeza por la colina creada por Mano Velada, dando inicio un combate con nuestros héroes intentando acabarlo usando todos sus conocimientos y herramientas

Con arco en mano la Novia de la Noche Ester, siendo el nombre de esta chica elfo, cargaría una flecha negra: fabricada por el mejor artesano del reino, diseñada especialmente para penetrar las escamas gruesas de los dragones. No se sabría con exactitud si funcionarían: este armamento se basaba en pura teoría y nunca pudieron hacer una prueba de campo. 

Saliendo disparada desde una distancia relativamente corta, la flecha daría en el blanco, incrustando su punta bajo la barbilla de la bestia y resultando efectiva en lastimarla. Absolutamente nadie había visto sangrar a un dragón hasta ese momento. 

Eran bestias poco comunes, incluso para la época. La sangre caería en pequeñas gotas al suelo, mientras que la moral del ejército que los acompañaba se elevaría por los cielos al tiempo que corrían directo hacia los Orcos con lanzas, espadas y más armas de filo y contundentes. El primer contacto sería de los jinetes empañando la vista de las filas de lanceros que encabezaban el ejército enemigo, dando paso al resto. 

El dragón no caería aún; con una de sus patas tomaría la flecha negra, sacándola de su cabeza y rompiéndola de un pisotón.

El combate cercano dio inicio. Allen estaba preparado para atacar con todo lo que tenía, su paso hasta el dragón herido siendo solamente interrumpido por una proyección física de Astaroth, quien entre sus manos mantendría sujeta un mazo tan pesado que solo él podría levantar. 

Astaroth utilizaba el peso de su mazo en contra de Allen, con movimientos lentos y pesados. Sería cosa fácil si su gran poder y el batallón de Orcos no estuvieran en la ecuación, con el último posicionándose alrededor de ambos en ayuda de su señor oscuro. 

Por un momento, héroe y villano se vieron fijamente con sus rostros cubiertos por cascos. Un golpe directo resultaría fatal para Allen. Con su espada y escudo en manos procedió a lanzar el primer ataque contra Astaroth, sabiendo que nada le afectaba al tener un cuerpo inmortal. 

Leyendas De Gaia 1: El Caballero Soñador  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora