La parrillada

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 Bill llegó al atardecer por la red flu y encontró a la Madriguera en un torbellino de actividad, todos hacían algo por orden de su madre, entre las personas que iban de un lado a otro no se encontraba la dueña de sus pensamientos, giró la cabeza hacia todos lados y no la vio, seguro estaba arriba intentando inútilmente ponerse bella, por que a los ojos de Bill ella era perfecta, o en el patio ultimando detalles.-

-Bill- dijo la matriarca llamando su atención- que bueno que llegaste, lleva esto hasta la parrilla- dijo entregándole una enorme bandeja con cortes de carme, hamburguesas y verduras- Bill beso a su madre en la mejilla antes de dirigirse al patio, donde lo primero que vio fue a Hermione, Alana, Ginny y Sophie iluminando y adornando para la cena. La joven bruja lo vio venir mientras decoraba un arbusto con una tira de luces mágicas que salían de su varita, se llevó los dedos a la boca y le lanzo un beso antes de seguir con su tarea. Bill sonrió y un agradable calor le recorrió el pecho mientras dirigía sus pasos hacia la parrilla, donde el señor Weasley y Draco intentaban encender el fuego al estilo muggle.-

-Papá, Draco- dijo a modo de saludo mientras dejaba la bandeja sobre una mesa, ambos hombres le devolvieron el saludo sin dejar de hacer su tarea- ¿Por qué no usan las varitas?- preguntó con curiosidad mientras los veía consultar en un libro muggle sobre acampar.-

-Los muggles no tienen magia y pueden hacerlo, de seguro nosotros también, además aquí lo explica todo- dijo el señor mostrando el libro, Bill se encogió de hombros ante la muestra de la obsesión por los muggles que caracterizaba a su padre, miró a Draco frotar una rama contra o otra, sepa Merlín para que, eso a todas luces iba para largo, decidió sentarse para poder observar de lejos a su Lobita, que ahora colgaba unas luces sobre lo que seria la mesa, la chica estaba sencillamente hermosa, con un vestido de verano en colores claros de finos breteles en los hombros y largo hasta los tobillos, ella cambió el peso del cuerpo de un pie al otro y su pierna se dejó ver a través de una abertura que empezaba a la mitad del muslo, Bill se deleitó con la vista, las piernas de la chica tenían un brillo satinado que la hacían ver muy atractiva, levantó la vista y la descubrió viéndolo, no pudo evitar sonreír al verse descubierto, ella sonrió y le dedicó un guiño de ojos antes de terminar de elevar las luces con magia.-

-Sophie- dijo Draco llamando la atención de la morena- ¿Estas segura de lo que hiciste?

-¿Lo que hice?- preguntó ella yendo a sentarse al lado de Bill.-

-Si, lo que hiciste al obligar a Theo a traer a Cassiopea, mi prima te odia.- dijo él sin levantar la vista

-Me odia por que cree que entre Theo y yo hay algo, tantas mas razones para que venga.- dijo ella acomodándose en los brazos de Bill y aceptando un corto beso.-

-Wow, wow, wow me importa poco si ya blanquearon su relación, quiero manos y bocas donde pueda verlas.-

-Vamos Draco- dijo ella riendo- no seas aguafiestas, además estábamos hablando de Cassiopea y Theo. Ella esta enamorada de Theo y él debe dejar de ser un energúmeno. Fin del comunicado.

-¿Cómo sabes que ella está enamorada de Theo?

-Me lo dijo Luna y bien sabes que ella es la observadora del grupo.- respondió mientras jugaba con los dedos de Bill.-

-Si Luna lo dijo, entonces es cierto- sentenció Draco con una sonrisa sincera- mi chica tiene un sexto sentido para esas cosas.- Draco volvió a concentrarse en la tarea mientras el señor Weasley entraba a la casa acudiendo a una llamada de la señora Weasley, Sophie acomodó las piernas sobre las de Bill y se dedicó a saborear el momento.-

-¿Cuánto crees que tarde en usar su varita?- preguntó Bill refiriéndose a Draco.-

-Es testarudo, así que si alguien no interviene, estaremos aquí hasta la primera nevada.-

La esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora