El vestido

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 -¿A dónde vas?-preguntó Bill la tarde del domingo desde la cama.-

-A casa a darme una ducha y cambiarme de ropa, sabes bien que las cenas de los domingos en casa de tu madre son tradición – ella lo miro después de colocarse las botas- deberías hacer lo mismo.-

-Podríamos ducharnos aquí y después ir a tu departamento a que te cambies o bien puedes ir con esa ropa, prácticamente no la has usado- dijo él con una sonrisa cargada de picardía, Sophie se sonrojó violentamente y su cabello cambio de color provocando una risa en Bill.-

-William Weasley no hemos llegado juntos jamás, no empezaremos justo hoy, llamaríamos mucho la atención.-

-Sophia Carter- retrucó Bill empezando a ponerse de pie- mi madre de seguro sabe que pasaste el fin de semana conmigo.-

-¿Qué? ¿Cómo?- preguntó ella sintiéndose mareada de repente.-

-Tu nombre, el de Hermione y el de Alana aparecen en el reloj de la sala- Bill intentó disimular una risita divertida mientras se ponía de pie sin importarle su desnudez.-

-No lo había pensado- admitió Sophie llevándose la mano a la cara- no podré volver a mirar a los ojos a tu madre nunca más- él soltó una carcajada antes de tomarla de la mano para que se pusiera de pie.-

-Mi amor, somos novios y no nos hemos escondido, estoy seguro de que mi madre sabía que tarde o temprano tendríamos sexo- ella levantó la mirada sintiéndose mortificada- No me digas que te arrepientes de haber pasado conmigo el fin de semana.-

-No- respondió ella con seguridad, ese había sido el mejor fin de semana de su vida- lo siento amor, supongo que soy muy inmadura.

-Lo único que mi madre jamás nos perdonaría es que tuviéramos un hijo antes de casarnos- Bill levantó la barbilla de Sophie con dos dedos- eso no pasará esta vez, hicimos todos los hechizos- ella no pudo evitar ruborizarse al pensar en todos los hechizos que había hecho Bill en esos días- dejaremos de hacerlo cuando los dos lo decidamos.-ella frunció el ceño.-

-¿Piensas en tener hijos? – preguntó ella sorprendida, esa idea ni se le había ocurrido.-

-Por ahora no- respondió Bill- una vez que termines tus estudios hablaremos de futuro. Ahora – con un movimiento de muñeca volvió a desvestirla- a la ducha.- ella rió mientra él la tomaba en brazos, ese hombre hacía con su voluntad lo que quería.-

-Te amo, Bill- dijo ella mientra él la colocaba bajo el chorro de agua caliente, él la observó sintiéndose realmente enamorado por primera vez en mucho tiempo, esa mujer tenía ese poder sobre él, todos los días lo enamoraba un poco más, se metió en la ducha con ella atrayéndola en una abrazo, esa bruja entre sus brazos era suya, no por que él se lo hubiera exigido, si no por que ella se había entregado a él sin miramientos, sin pedir nada a cambio, si Merlín era bueno, estarían juntos siempre, este era solo un inicio, solo el principio de algo infinitamente mejor.

-Sophie, pensé que te vería ayer en la tienda- comentó Hermione varias horas mas tarde cuando charlaban sentados en los sofás de la sala de los Weasley. Sophie la miró sin entender, no recordaba haber dejado algo sin hacer, aunque a decir verdad durante casi todo el sábado no recordó ni su nombre.-

-Ayer, Alana, Luna y yo fuimos a la prueba del vestido. Ann Clare me preguntó por ti- Sophie se atoró con un trago de té.-

-Yo hable con ella hace unos días y le dije que iría el lunes, tengo un hueco de dos horas entre las clases y mis prácticas en San Mungo.-

-Ah bueno, la verdad es que no creo que necesite hacer ningún ajuste, los nuestros quedaron perfectos. Yo ya me llevé el mío a mi departamento.

La esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora