Sophie entro con paso cansado a su departamento esa noche, realmente estaba muy, muy cansada, la suerte que la mañana siguiente fuera sábado y no tuviera ni clases ni prácticas, se sentó unos segundos antes de mirar el reloj mágico que la señora Weasley le había regalado, una copia casi exacta de la que tenían en casa de ellos, solo que la de ella solo llevaba dos manecillas, la de Sophie y la de Bill, el mago todavía estaba en su casa, pero eso no garantizaba nada ya que podía llegar de un momento a otro por aparición. Ahogando un bostezo se puso de pié para dirigirse al baño, por suerte la señora Weasley le solucionaba el tema de las comidas de todos los días, sobre todo después de verla tras un mes de ausencia y regañar a su hijo diciendo que su novia estaba muy delgada, Bill había sonreído sabiendo que ella casi todos los días se saltaba el almuerzo, pero no iba a confesar eso o Sophie estaría castigada en la madriguera de nuevo y quien sabe por cuanto tiempo, la joven bruja sonrió ante el recuerdo mientras tomaba una ducha rápida y se secó con un toque de varita, entre su ropa eligió unos jeans holgados y una camiseta de algodón grueso con cuello alto se aplicó un poco de perfume antes de calzarse unas botas de de piel de dragón muy abrigadoras, salió a la sala y miró el reloj, Bill se había movido, ya estaba en camino, se dio una ultima mirada al espejo y decidió que esa noche llevaría el cabello con mechas mas claras, con un toque de varita también formó unos bucles en las puntas, terminó justo a tiempo antes de escuchar un sonido de aparición.-
-Amor- dijo Sophie a modo de saludo yendo a su encuentro, sin limitarse esta vez se colgó a su cuello para besarlo.
-¿Me extrañaste?- preguntó Bill con una sonrisa, los arrebatos de su novia le encantaban.-
-Siempre- dijo ella sin dudar volviendo a besarlo, él dejó la bolsa de Galleons sobre una mesa cercana antes de apretarla entre sus brazos.
-Encarámate- dijo él y ella rió, por alguna razón a Bill le gustaba que ella hiciera esto cada vez que estaban juntos, sin pensarlo dos veces subió las piernas para rodear la cintura del mago- Hoy te vienes conmigo, hay un lugar que quiero que conozcas- ella asintió y se aferró a su cuello, con una sonrisa en los labios Bill los desapareció.
Aparecieron en un prado, estaba oscuro y se escuchaba ruidos de agua, cerca había una playa o algo por el estilo, Sophie bajo las piernas mirando a su alrededor, Bill la observaba expectante, a la izquierda de ellos se levantaba una hermosa cabaña de dos plantas.
-¿Dónde estamos?- preguntó la bruja intuyendo la respuesta.-
-En El Refugio- dijo él apretando el abrazo- esta es mi casa.- ella lo miró sorprendida, había escuchado de la casa que la tía Muriel le había heredado a Bill pero jamás había estado allí
-Es hermosa, Bill- dijo ella con sinceridad.-
-Ven para que la veas por dentro- dijo el mago tomándola de la mano- la casa tiene un encantamiento Fidelio, puedes verla porque vienes conmigo y yo soy el guardián del secreto, la pusimos durante la guerra cuando pasó a ser casa de seguridad para los miembros de la orden y algún que otro defensor- dijo mirándola con suspicacia, ella rió antes de abrazarlo- decidí dejarlo mientras todavía haya mortífagos prófugos
-Así que casa de seguridad- dijo la chica apoyando la mejilla en el pecho del hombre mientras aspiraba el aroma que tanto le gustaba- en mi defensa solo una vez pisé una casa de seguridad y fue en la Madriguera, el resto del año me porté juiciosa.-
-Creería que después de montar un animal mágico que no puedes ver te portarías juiciosa- dijo él guiándola hasta la puerta de la cabaña- pero supe que no fue así, señorita "bajo sola a la cámara de los secretos"- ella volvió a reír sin poder evitarlo, parecía que esa aventura en particular la perseguiría hasta el final de sus días.
-Eso fue necesario y urgente- aseguró ella con falso tono de reproche- teníamos un horrocrux que destruir y teníamos que hacerlo pronto y no sabíamos si Harry y los chicos no traerían otros. Pero no te preocupes amor- dijo ella cruzando los dedos sobre el pecho- juro que no volveré a bajar a la cámara en lo que me queda de vida.-
-Puedes estar segura de que no lo harás- sentenció Bill abriendo la puerta para dejarla pasar, la sala conformada por muebles rústicos y sillones con almohadones que claramente habían sido confeccionados por la señora Weasley le dieron la bienvenida, una chimenea encendida crepitaba dando una agradable calor al ambiente, mas allá se podía ver una cocina parecida a la de la madriguera pero más pequeña, ella entró y recorrió los espacios con lentitud antes de voltearse a ver a Bill.-
-¿Hace cuanto vives aquí?
-Desde que volví de Egipto- dijo él acercándose a ella- me acostumbre a vivir solo estando allá y sabía que iba a costarme mucho acostumbrarme al ritmo de la Madriguera otra vez. Estaba bastante derruida cuando me mudé pero la fui recomponiendo de a poco.- él la miró con los dedos guardados en los bolsillos de sus jeans- ¿Te gusta?
-Mucho- confirmó ella con sinceridad- ¿Estamos cerca de una playa?
-Si- dijo él tomándola de la cintura- a unos metros. Quizás no sea a lo que estas acostumbrada pero...
-¿Por qué lo dices?
-No lo sé, Sophie- dudó él bajando la mirada- tus padres parecían de una posición social alta, los vi pocas veces pero irradiaban status.-
-Mis padres eran aurores sangre limpia y si, puede que no hayan perdido el porte, pero ambos fueron excluidos de sus familias cuando se negaron a contraer compromisos con otros sangre puras asignados y cuando mi papá fue mordido... nos sacaron del tapiz del linaje- ella le estaba contando algo que casi nadie sabía- nosotros solo teníamos el porte que de nada nos sirvió a la hora de la verdad. Demás esta decirte que mis abuelos eran partidarios de Voldemort.-
-Tu padre era Carter- dijo él mirándola a los ojos, agradecido de que ella compartiera con él esa parte de su historia- ¿Tu madre?
-Yaxley- dijo ella y él ahogo un jadeo- no me reconocen y no me importa. Para prueba de que no le tentó el corazón a uno de mis amorosos tíos, tengo esto- ella se levanto la camiseta y le mostró una cicatriz arriba de la cadera- Durante la batalla de la torre de astronomía mi amoroso tío mortífagos me lanzo un maldición cortante- Bill maldijo por lo bajo antes de pasar sus dedos por la cicatriz- Muy pronto comprendí que el status de sangre y las bóvedas de Gringotts no garantizan nada. Todo el dinero que tengo en bóveda es gracias al esfuerzo de mis padres y sobre la cabaña...- ella esperó a que él la mirara para proseguir- yo crecí en una ya que mi padre prefería estar en un lugar apartado por sus transformaciones. Mi padrino iba cada luna llena cuando no estaba en Hogwarts y ambos salían al anochecer y volvían a la mañana siguiente, no tengo recuerdos de vivir en otro lugar que en la cabaña de mis padres y por supuesto en el colegio.-
-No sabía nada de eso.- comento el apesadumbrado.-
-Lo se- dijo ella acariciando la mejilla de Bill- por eso te lo cuento.-
-Tu tío esta en Azkabán – dijo Bill en un susurro
-De seguro tiene una celda encantadora- Sophie suspiró- sus cuentas están congeladas y su esposa e hijos viven de lo que el ministerio les da. No me gusta lo que están pasando pero me lleva a pensar ¿de que les sirvió toda esa educación purista?
-¿Tu no la recibiste?- preguntó él mirándola con una media sonrisa, ella rió y ese sonido alegró los sentidos de Bill.-
-Mi madre lo intentó, pero a la larga se acostumbró a la idea de que yo prefería un estilo más salvaje- ella se puso de puntillas y frotó su mejilla contra la de él- ¿Pensabas que era una pomposa aristócrata? ¿En serio? ¿Después de verme correr detrás de tus hermanos? Ay Bill, en que fallé contigo- dijo ella riendo, él también rió ante el recuerdo de ella hechizando y atando a un árbol a sus hermanos gemelos, ese día en que empezó a enamorarse de ella como un loco.

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La esperanza
FanfictionEl perdió la fe en la vida desde antes de la guerra. Ella perdió gran parte de su vida en la ultima batalla. Ambos se necesitaban sin saberlo. El destino tiene sus tiempos y sus estrategias y ellos se seguirían encontrando hasta que al fin se pudie...