Estando juntos

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 Bill posó la mano en la mejilla de ella y la besó, ella abrió la boca para él y Bill aceptó gustoso la invitación guiándola a un beso con lengua, como los que a ella le encantaban, él la besó con suavidad y ternura, sin prisas, volviendo a la chica gelatina entre sus brazos, despacio Bill la guió hasta uno de los sofás y se sentó, haciendo que ella quedara a horcajadas sobre sus piernas, en esta posición los besos se volvían cada vez más estimulantes, Bill tenía las manos en las caderas de ella, sosteniéndola mientras Sophie rodeaba su cuello con sus brazos. Bill prestó mas atención al labio inferior de la chica provocándole un suspiro de satisfacción, ante esta respuesta, mordisqueó el labio de ella, sonrió al notar que le gustaba. Sophie se sentía llena de extrañas sensaciones que solo aumentaron al sentir que él empezaba a mover sus manos por la espalda baja de la bruja.

-¿Quieres hacer esto?- preguntó él con voz ronca- Yo puedo esperar, Sophie. No quiero que te sientas presionada.-

-Quiero hacerlo- respondió ella mirándolo a los ojos- Te amo, Bill- el hombre sonrió y se puso de pie antes de aparecerlos en la habitación, la expresión de Bill se iluminó y sin previo aviso volvió a besarla, en el transcurso de pocos segundos Sophie se encontró cerca de la cama, con un hechizo silencioso se quitó las botas antes de subir las piernas a la cama y quedar de rodillas frente a él, la ventaja de varios centímetros al estar en esta posición le dio la oportunidad de mirarlo a los ojos sin tener que levantar el mentón, Bill la miró a los ojos antes de enredar los dedos en el cabello de ella, guiada por un impulso, Sophie tomo la camisa del hombre y la sacó de dentro de la cintura de sus jeans, él aceptó el avance y continuó besándola, incluso cuando ella deslizó sus manos temblorosas por el abdomen marcado del hombre, Bill separó las manos de ella para desabrocharse los botones de la camisa, ella quiso demostrar que no era una jovencita ingenua y decidió quitarse la camiseta, disfrutando la expresión de sorpresa de Bill al verla, el hombre deslizo la mirada por el torso semi desnudo de su novia mientras se deshacía de la camisa, que terminó en el suelo antes de volver a tocarla, las manos de ambos eras exploratorias ahora, él llevó las suyas a los costados de sus senos deslizando los pulgares por ellos sobre la tela del sostén, ella correspondió a sus caricias apoyándose en él, el roce de sus pieles desnudas les arrancó un jadeo a ambos. El hombre se subió a la cama y ella lo arrastró sobre su cuerpo, todos sus sentidos estaban alertas y disfrutando de las nuevas sensaciones que él le estaba provocando. Era una sensación maravillosa y más maravillosa se volvió cuando él empezó una lluvia de besos desde su boca hasta su clavícula para finalmente besar la parte superior de sus pechos, ella gimió haciendo que él la mirara.

-¿Estás bien?- preguntó él con voz ronca, Sophie lo miró con la respiración entrecortada, él había llevado la mano a su espalda y tanteaba el broche del sostén de la chica.-

-Si, por Merlín- dijo ella provocando una risita en él, Sophie arqueó la espalda y sus pechos fueron liberados, la boca de Bill cayo sobre uno de sus pezones y ahí fue donde Sophie realmente empezó a gemir, todo en ese encuentro era absolutamente mejor de lo que había imaginado, era increíble lo sexualmente compatibles que eran y todavía no habían tenido sexo propiamente dicho, las manos de Bill se deslizaron por el abdomen de la chica hasta el botón de sus jeans, los desabrochó con rapidez y los bajó junto con su ropa interior, ella se agradeció mentalmente por haberse puesto esos pantalones holgados. Sophie se dio cuanta que la mirada de Bill viajaba desde sus pechos desnudos hasta su centro en la unión de sus piernas, se sintió avergonzada e intentó cerrar sus piernas.

-No te avergüences, amor- dijo Bill mirándola a los ojos- eres hermosa.- las palabras de él le provocaron un escalofrío en la columna.-

-También tú- dijo ella en un susurro, antes de tomarlo por la nuca y volver a juntar sus labios, él quedó sobre ella volviendo a provocar en el cuerpo de la chica un sin fin de sensaciones extrañas, la idea de estar desnuda bajo el cuerpo de su novio le hacía sentir dolorosamente excitada, cuando sintió la erección de Bill contra su muslo sintió la necesidad de frotarse contra él. Bill rió y bajo sus labios de vuelta a sus pezones, chupándolos con avidez, Sophie gimió al sentir la mano de Bill entre sus piernas estimulándola sin dejar de chupar sus pezones, las sensaciones que sacudían el cuerpo de la chica le estaban haciendo perder todo el sentido de la decencia, dentro de un corto espacio de tiempo ella jadeaba y arqueaba la espalda lascivamente hacia él.-

-Amor- dijo él con un gruñido- estas muy mojada.-

-¿Eso es malo?- preguntó ella con timidez

-No, es terriblemente bueno- la respiración de él se estaba volviendo errática- me estas volviendo loco Sophia- él empezó a mover la mano en el centro de la chica arrancándole gemidos de placer hasta que ella gritó su nombre y se dejó caer sobre las almohadas con los ojos cerrados. Bill se puso de pie para sacarse los pantalones y ella se dio la oportunidad de mirarlo, cuando el hombre se deshizo de los boxer dejando su miembro en libertad las dudas la invadieron, él era mas grande de lo que podría haberse imaginado y no sabía como eso no iba a hacerle daño. Bill se movió de nuevo hasta quedar sobre ella, Sophie lo tomo por la nuca y lo besó, la anticipación la estaba volviendo loca, sintió la erección de Bill en su vientre y jadeó, él tomó un pecho con una mano y con la otra volvió a estimularla.- ¿Estas lista, amor?- preguntó con un hilo de voz

-Si- respondió ella colocando las manos el los hombros de él- estoy lista- él sonrió y llevó la mano que tenía en el centro de ella hasta su erección para guiarla hasta la entrada de Sophie.-

-Relájate, mi amor- dijo antes de penetrarla, ella hundió los dedos en los hombros de él antes de gritar de dolor- Merlín, Sophie ¿Eres virgen?

-Ya no- dijo ella con un susurro apretando los ojos transida de dolor, ella respiró profundo varias veces mientras él se mantenía quieto, luego de unos segundos el dolor pasó- Ya pasó, Bill- anunció ella y él empezó a moverse, lento primero para que ella se acostumbrara a la invasión, pronto, demasiado pronto ella empezó a sentir pequeñas descargas de placer mientras él se mecía en su interior. Bill continuó embistiéndola mientras besaba el cuello de Sophie instándola a acompañarlo en el movimiento, ella levanto las piernas y rodeó la cintura de Bill enganchando los tobillos, él entendió la indirecta y se hundió completamente en ella embistiéndola con más rapidez. Los dos estaban muy excitados y Sophie podía sentir como poco a poco se iba construyendo un nuevo orgasmo. El placer le permitió experimentar una serie de orgasmos a pulso y con un par de estocadas más Sophie volvió a gritar el nombre de Bill, el hombre gruño el nombre de ella y se vino en su interior. Después de un momento bastante largo en el que ambos intentaron normalizar sus respiraciones, Bill salió de ella y se acostó a su lado en la cama.

-¿Te lastimé?- preguntó él después de un rato.-

-No- respondió ella mientras miraba el techo- sabía que iba a doler.-

-¿Por qué no me dijiste que eras virgen?- preguntó él apoyándose en un codo para mirarla a los ojos.-

-¿Por qué supusiste que no lo era?- retrucó ella empezando a molestarse.

-Por que estuviste de novia en la escuela- soltó él y ella frunció el ceño antes de reír.-

-Te lo dijo Ginny- aseguró ella aun riendo- Seguro olvidó decirte que yo era la novia trofeo de Oliver- la chica se volteó para poder mirarlo a los ojos- la gente no se acuesta con sus novias trofeo- Bill la miró sin entender, a él le había costado horrores mantener las manos lejos de ella todos esos meses- Yo solo servía para ir a sus partidos- confió ella bajando la mirada, Bill apretó los puños queriendo quebrar el tabique de Wood por hacer que ella se sintiera como se estaba sintiendo.-

-Tu ex era un idiota- dijo colocando los dedos debajo de la barbilla de ella y obligándolo a mirarlo- pero hace mi trabajo mucho mas sencillo ya que no dejó nada bueno con lo que puedas compararme- él volvió a besarla antes de tomar su varita de sobre la mesa de noche, apunto al vientre de Sophie y lanzo un hechizo anticonceptivo- Te amo, Sophia y estoy feliz de ser el primer hombre en tu vida.-

-Yo estoy feliz de que hayas sido tú- confesó ella dejándose abrazar. Bill convocó una manta y los cubrió con ella, poco a poco fueron quedándose dormidos.

La esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora