-Sophia- la voz de la señora Weasley se deslizó escaleras arriba, la joven bruja que acomodaba su baúl se acercó al pasillo- ¿Puedes bajar por favor?
-Si, señora Weasley- contestó ella bajando.-
-Bill esta de guardia hoy y no vendrá a almorzar- comentó la señora desde la cocina, los ojos de la chica se entristecieron y la señora sonrió al notarlo- me preguntaba si podrías llevarle la comida hasta Gringotts- ella asintió con una sonrisa enorme antes de correr escaleras arriba para cambiarse de ropa, diez minutos después bajo vestida con una falda blanca arriba de las rodillas, una blusa con pequeñas flores rojas y unas sandalias planas, la señora la vió y le gustó la elección- la oficina de él esta justo frente a la chimenea que esta conectada a esta casa, su secretaria se llama Lucy.- dijo entregándole el paquete que contenía el almuerzo de Bill. Ella se veía encantadoramente feliz, extrañaba mucho a Bill, aunque no quería asediarlo constantemente por miedo a cansarlo. En unos días más ella empezaría con la academia de medimagos y el tiempo juntos de seguro también se vería afectado. Con una sonrisa entro a la red flu
-Banco de Gringotts- dijo y unas llamas verdes la envolvieron.-
Bill estaba molesto, cada vez que se le ocurría poner las narices fuera de su oficina se encontraba con Fleur y eso estaba empezando a hartarlo, sabía además que había intentado entrar con varias excusas a la oficina pero su secretaria no se lo había permitido, decidió que le daría un bono de navidad generoso por eso. En ese momento volvía de los túneles con paso presuroso, ese día tenía guardia y debía esperar hasta la noche para volver a ver a Sophie, ya habían pasado dos semanas desde la fiesta en casa de sus padres y la relación con ella no podía ir mejor, esa chica tenía la facultad de tranquilizarlo, de darle paz, la paz que Fleur se empeñaba en quitarle.-
-Bill- la voz nasal que tanto empezaba a detestar se escucho tras él- vine a invitarte a almorzar.-
-Estoy de guardia, Fleur- respondió él con tono osco- será en otra vida.-
-Vamos, Bill- dijo ella tomándolo de la mano para evitar que se fuera- no puedes eternamente evitarme, tu y yo tenemos que hablar.-
-¿William?- Bill se puso automáticamente tenso, esa voz la reconocería donde sea, pero jamás lo había llamado por su nombre completo, instintivamente soltó su mano del agarre de Fleur antes de girarse.-
-Sophie, que sorpresa- dijo yendo hasta ella para darle un beso.-
-Tu madre te envió el almuerzo- dijo con la vista fija en Fleur, quien le devolvía la mirada con aires de superioridad.-
-Que bueno que lo haya enviado contigo, tenia muchas ganas de verte- repuso cruzando un brazo sobre la cintura de la chica- Fleur Delacour te presento a Sophia Carter, mi novia- la joven bruja extendió la mano pero la rubia la ignoró totalmente.-
-¿Sales con una niña?- preguntó con fastidio mirando de arriba abajo a Sophie mientras cruzaba los brazos sobre el pecho, Sophie bajó la mano sin dejar de mirarla.-
-No sabes lo que dices- afirmó Bill mirándola con desden- Sophie es tan mujer y tiene tanto valor como para quedarse mientras otros huían- tomo la mano de la joven y la arrastró hacia su oficina- Lucy- dijo llamando la atención de la secretaria- mira bien a Sophia, si ella me busca, siempre estoy.-
-Si, señor Weasley- dijo ella con un brillo de risa contenida en los ojos. Bill entró cerrando la puerta tras ellos y miró a Sophie, quien llegó hasta el escritorio para dejar el paquete que traía en las manos, con gesto distraído paseó la mirada por toda la dependencia haciendo que los nervios de Bill escalaran todavía mas alto
-¿Sophia?- dijo él tanteando el suelo que pisaba, ellos no habían discutido nunca pero sabía que tenía un carácter bastante explosivo- Amor, dime algo.- ella se volteó para mirarlo con un semblante sereno que no hizo más que alterarlo, pensó seriamente en conjurar un muffliato para evitar que todos afuera escucharan lo que ella tenía para reclamar.-
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La esperanza
FanficEl perdió la fe en la vida desde antes de la guerra. Ella perdió gran parte de su vida en la ultima batalla. Ambos se necesitaban sin saberlo. El destino tiene sus tiempos y sus estrategias y ellos se seguirían encontrando hasta que al fin se pudie...