𝐒𝐔 𝐂𝐀𝐋𝐈𝐃𝐀 𝐒𝐎𝐍𝐑𝐈𝐒𝐀

OCHENTA Y TRES.

Toda la noche mi padre dijo cosas con doble sentido y aun así Seoho respondió con respeto y no se sacó de quicio. Cada vez me demuestra más que es el indicado. Cualquier otro se hubiera levantado e ido. Hasta yo tenía ganas de hacerlo. Pero si lo hacía iba a ser peor para él.

Apesar de que mi padre y yo nos sentamos en una mesa juntos a cenar. No lo he perdonado por lo de mi madre. No me dio respuestas y tuve que buscarlas por mi cuenta. Y lo peor de todo es que me saco de la casa como si fuera una intrusa. Prácticamente me echo de la casa donde pase toda mi infancia y adolescencia. Idiota.

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Jy: ¿Qué dicen si pasamos al patio? Así pueden limpiar mejor la mesa -propuso.

Cada uno se levantó de su asiento. Mis sobinos. Se fueron al living. Mi padre. Mi hermano. Mis hermanas. Seoho y yo. Salimos al patio trasero. Habían unas mesas así que tomamos asiento ahi y sirvieron vino.

Kh: princesa -

- ¿Si? -lo mire con una pequeña sonrisa.

Hace tiempo que mi padre no me dice así. Cada vez que me dice así me siento una niña.

Cuando era pequeña me cuidaba mi madrastra o las mucamas. Mi padre de igual forma intentaba estar presente en mi educación. Aveces yo le pedía que me llevara a algún lado o simplemente que cenara conmigo. Cuando no llegaba al otro día venía y me decía "Princesa" y seguido de eso me daba un regalo. Esa era su forma de disculparse.

Kh: tengo algo para ti -me sonrió y se levantó.

¿Que sería esta vez?. ¿Dinero?. ¿Un oso?. Algo patético seguro. Hace tanto tiempo que no se toma tiempo para hablar conmigo que de seguro ya ni se debe acordar mi color favorito.

Unos minutos después llego mi padre y al lado de él un hombre con una caja grande. Estaba envuelta en un lazo.

Kh: ábrelo -se volvió a sentar.

Me levante. Me acerqué a la caja y desaté el lazo. Algo intrigada levante la tapa. Una sonrisa inmensa se formó en mis labios.

Kh: es bonita ¿Verdad? aún no tiene nombre -dijó tomando un sorbo de vino.

No puedo creerlo. Toda mi vida se lo pedí. No entiendo por que ahora.

- ¿Tu qué dices Seoho? ¿Cómo le ponemos? -la alce y me acerqué a él.

Sh: ¿Ah?...no lo sé...dejame pensar -la acarició.

- Lee ¿Qué? -

Sh: ¿Lee Yongkio? -

- me gusta! papá, la pequeña Yongkio es hermosa, gracias -le sonreí.

Mi sonrisa desapareció al ver la seriedad de mi padre. Sin contestarme se levanto de la mesa y se fue. ¿Qué le habrá molestado?. Confundida mire a mis hermanos. Sus caras eran como si algo trágico hubiera pasado.

De la nada apareció mi madrastra.

Ty: Hyujin!! -se acercó a mi molesta.

Bj: ¿Mamá? -

Una vez que estaba enfrente de mi me pego una cachetada.

Ty: vuelve a decir el nombre de esa mujer y tu padre terminará en el hospital! te prohíbo en nombre de él a nombrarla o sino no volverás a pisar esta casa como su hija -me amenazo.

Yo la miré confundida. Mi mejilla me ardía pero no tanto. La cachetada no fue muy fuerte.

Jy: mamá no puedes culparla, pídele perdón, papá ni siquiera fue capaz de decirle el nombre -mi hermano se levanto y se puso al lado mío.

- ¿Qué mujer? -pregunte especulando miles de cosas.

Jy: Yongkio era el nombre de tú madre -

Sh: ¿Qué? -se levantó de su asiento.

Me di vuelta y lo mire. El estaba impactado.

Sh: ¿Esa tal Kim Yongkio falleció dando a luz un 18 de enero? -al decir eso me sorprendí.

Ty: ¿Tu cómo sabes eso jovencito? -lo miró.

Sh: lo sé por que ella era mi madre...-