OCHO.

210 23 3
                                    

Mire la hora en mi teléfono. Eran las 17:00 pm. Me metí al baño y me bañe. Tarde unos 20 minutos. Una vez que termine me seque el cuerpo. Me cambie y luego peine. Me maquille naturalmente y me puse perfume.

 Me maquille naturalmente y me puse perfume

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Agarre mi bolso. Guarde mis cosas. Y baje al living. Me senté en el sillón. A esperar a Seoho. Me había terminado de preparar realmente rápido. Creo que tengo un nuevo récord. Miré mi celular. Tenía mensaje de Jihyo. Lo pensé mucho. Iba a responder. Pero sonó el timbre. Me levante del sillón. Me acerqué a la puerta. Y abrí esta. Allí estaba Seoho.

Sh: debo admitir que tienes buen gusto para vestir -dijo él y reímos.

- gracias -hice una pose diva.

Sh: ¿vamos? -dijo extendiéndome su mano.

- vamos -cogí su mano.

Cerré la puerta con llave y subimos a su auto. Me puse el cinturón de seguridad. Seoho encendió el auto y comenzó a conducir.

- y...¿A donde iremos? -pregunté intrigada.

Sh: lo verás cuando lleguemos -soltó una pequeña risilla.

- por lo menos me dirás el por qué de esta invitación tan repentins -dije mirándolo.

Sh: simplemente me pareció que necesitabas despejarte un poco -dijo mirando hacia el frente.

- ¿Despejarme un poco? -pregunté algo confundida.

Sh: por lo de Jihyo -respondió y me miro.

- ah...bueno...creo que no me vendría nada mal ahora que lo mencionas -reí.

Después de eso. Ninguno dijo nada. El viaje no fue muy largo. La noche en Seúl era tranquila. Le preste atención a las calles. Eran muy bonitas. No lo podía creer. Tanto tiempo viviendo en esta ciudad. Sin embargo. Nunca la admiré.

Sh: llegamos -dijo apagando el motor del auto.

Baje algo ansiosa. Al ver el lugar. Quede boquiabierta. Era realmente hermoso. El paisaje era arte para mis ojos.

- Seoho esto es bellísimo -dije sonriendo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Seoho esto es bellísimo -dije sonriendo.

Sh: sabía que te iba a gustar -rio.

Comenzamos a caminar. Iba observando todo. Aunque no me crean. No conocía ese lugar. No estaba acostumbraba a salir mucho. Y si lo hacía. Siempre era a los mismos lugares. Si. Pareciera como si fuera una prisionera. Ahora puedo darme cuenta de eso. Seoho y yo. Íbamos en silencio. Hasta que rompí el hielo.

- tengo curiosidad por saber de ti....-dije mirándolo.

Sh: ¿Como que quieres saber? -pregunto y luego me miro.

- dime algo sobre tu circulo o de tu familia...por quienes esta compuesta por ejemplo -sonreí.

Sh: bueno solamente son mis abuelos y mi padre...-dijo restándole importancia.

- y...¿Por qué decidiste estudiar arquitectura? -pregunté interesada.

Sh: no fue mi decisión, mi padre quería que estudiara arquitectura y no me quedó de otra -desvió la mirada.

- ¿Que te hubiera gustado estudiar? -pregunté aún sin apartar mi mirada de él.

Sh: artes -me miro mientras sonreía. 

- interesante -dije analizando su respuesta.

Sh: ¿Y tú? ¿Por qué decidiste estudiar arquitectura? -volvió su vista hacia adelante.

- mi padre desde chica me ha dicho que es una muy buena carrera para mi...crecí con esa idea, así que decidí estudiar eso -le sonreí.

Seoho me volvió a mirar. En ese momento. Hicimos contacto visual. No sabría decir si unos segundos. Unos minutos. O cuanto tiempo. Fue como si nos perdiéramos en los ojos del otro. Fue como si solo existiéramos nosotros dos. Fue algo raro. Sus ojos. Reflejaban confianza. Me hacían sentir confianza. Se podría decir que. Se sentía como si fuéramos amigos de la infancia. Esos amigos que valen la pena. Esos amigos que no te juzgan. Que están para reír. Y para llorar. Esos a los que quieres con el alma. Que temes perder. Y te aferras a ellos por más que sabes que no esta bien.

Salí de mis pensamientos al ver cómo me sonrío. Cálidamente. Una sonrisa que era peculiar de él. Una sonrisa que lo hacía ver cómo un bebé. Nadie. Absolutamente nadie. Podría pensar que dentro de él pudiera haber una pisca de maldad. Ni siquiera la persona más desconfiada de este mundo. Lo podría rechazar. Era simplemente él. Y eso hacia que pareciera perfecto.

Aparte la vista al darme cuenta de mis pensamientos. No entiendo que está pasando exactamente. Ni tampoco sabría explicarlo.

Sh: ¿En que tanto piensas? -dijó robando mi atención.

- en nada importante, la tarde noche esta muy bonita ¿No crees? -cambié de tema.

Sh: tienes razón -sonrió.

Debería enfocarme en eso. En la bonita vista que tengo en estos momentos. Pensar demasiado las cosas nunca me sale bien. Y esta no es la excepción. Debería relajarme y tomar esta noche como un pequeño viaje fuera de la burbuja en la que vivo.

- eso no estaría mal -pensé en voz alta.

Sh: ¿Qué no estaría mal? -me miro confundido.

- tener un pequeño vuelo fuera de mis preocupaciones, despejar mi mente y no pensar en nada que pueda alterar mi paz mental -sonreí.

Sh: es una muy buena idea, en ese caso te ayudare en todo lo que pueda -

Mi sonrisa se hizo aún más grande. Su optimismo y amabilidad me dan una felicidad inexplicable. Es raro. No sé cuántas veces lo he pensado. Pero es raro. No me sentí tan cómoda con nadie jamas. Tan solo llevamos una semana de conocernos pero sin embargo tiene mi confianza. Es como si supiera lo que me gusta y lo que no. Que necesito y que no. Es como si supiera todo de mi vida. Como si me hubiera estudiado al igual que se hace con los libros y se lo hubiera aprendido de memoria.

𝐒𝐔 𝐂𝐀𝐋𝐈𝐃𝐀 𝐒𝐎𝐍𝐑𝐈𝐒𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora