TREINTA Y NUEVE.

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Sh: he llegado hace más de veinte minutos y lo único que haz hecho es saludarte y ofrecerme un té, ¿Pasa algo? -

- no -respondí mirando a la nada.

Sh: ¿En que piensas? -

- nada en especial -

Sh: volvamos a empezar porque esto no está funcionando para nada -se sentó a mi lado.- ¿Qué es lo que pasa? -

- en verdad no lo sé, toda la mañana me sentí un poco perdida, y no se porque...se supone que ahora debo buscar otra universidad, lo cual no es un problema, el problema es que estoy confundida, no sé si quiera seguir en la misma carrera -suspire.

Sh: ¿No se te viene a la mente alguna otra carrera que quizá te guste? -

- no -negué con la cabeza.

Sh: tal vez deberías tomarte esto como unas vacaciones, tienes cuatro meses para pensarlo, disfruta de ellos o consigue algo para hacer, como un trabajo, un hobbie o cualquier cosa que te distraiga, de esa manera encontrarás algo que te guste o que te de una idea de que carrera tomar...-sonrió.

Por un momento. Quede en modo estatua. Hace tiempo no veía esa sonrisa. Esa cálida sonrisa. Se puede decir que se me hace muy bonita. Siento que de alguna manera. El me dice. Todo va a estar bien. Y si. Todo va a estar bien.

Desvíe rápidamente la mirada. Me había dado cuenta de que lo estuve mirando por mucho tiempo. Él al darse cuenta de eso. Solo rió.

- ¿Tu que piensas hacer? -pregunté aun sin mirarlo.

Sh: es muy probable que vuelva a mi anterior universidad y siga estudiando artes -

- ¿Entonces no nos podremos ver tanto tiempo? -solté repentinamente y lo miré.

Sh: ¿Como? repítelo -sonrió de lado.

- que si entonces no nos podremos ver tant....-me detuve al darme cuenta de lo que estaba diciendo.

Sh: ¿Eso te preocupa? -elevó una ceja.

- no...yo solo decía...creo que me exprese mal...lo que quise decir...-me mordí el labio inferior.

Sh: ¿Qué es lo que quisiste decir? -me miro fijamente.

- yo...-

Lo mire a los ojos. Por alguna razón. Que no sabría cuál. Me sentí inferior. Nerviosa. Y tímida.

Con este hombre siempre me pasa lo mismo. Por alguna razón siempre se ve genial. Y no solo de apariencia. Sino que también de mentalidad.

Cuando al fin pude reaccionar. Me di cuenta de que estábamos cada vez a menos centímetros. Mi mirada solo se pudieron dirigir a sus labios. Los cuales segundos después chocaron con los míos. No era la primera vez que nos besábamos. Pero si la primera vez que sentía esto. Como si fuera una adicción. Algo que cada vez me hacia querer más.

Sus brazos rodearon mi cintura. Los míos su cuello. Me corazón se acelero tanto que por un momento me dio miedo. Sentía que me iba a volver loca. Quizás él ya me vuelve loca.

𝐒𝐔 𝐂𝐀𝐋𝐈𝐃𝐀 𝐒𝐎𝐍𝐑𝐈𝐒𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora