Capítulo 26

27.6K 2.5K 1K
                                    

Los aplausos a nuestro alrededor estallaron junto a los silbidos.

Rodrigo rompió nuestra conexión, sonriendo al público. Soltó mi pierna, bajando nuestras manos, pero sin soltarla una de ellas. Hizo una reverencia, señalándome para que hiciera lo mismo. Colorada, jadeante y algo avergonzada. Habíamos dado el cante de verdad.

Rodrigo cogió mi mano y le dio un beso muy elegante, guiñándome un ojo. Me eché a reír, apartándome el pelo de la cara. Tuve que abanicarme en busca de aire fresco.

-Aún te acuerdas-Celebró con alegria-¿Has estado practicando?

Negué con la cabeza.

-En solitario en casa. No hay profesor que se compare a ti.

Su sonrisa se amplió, tirando de mi mano para ir hacia la barra.

-Vamos a por algo de agua y a la terraza ¿te parece?

Asentí, claro que asentí.

Nadie le decía que no a alguien como Rodrigo.

Pedimos un par de botellas, saliendo a la terraza con vistas al rio y la basílica. Se estaba bien fuera y podía tomar el fresco después del desenfrenado baile. Había perdido bastante práctica, pero no le había pisado ni una sola vez.

Rodrigo se apoyó en la barandilla, sacando su paquete de cigarrillos. Aún fumaba Chester. Me ofreció el paquete, como hacía siempre que se echaba uno cuando estábamos juntos.

Dudé porque hacia mucho que no fumaba.

-¿Lo has dejado?-Preguntó con sorpresa.

Cogí el paquete y saqué un cigarrillo.

-Nunca llegué a fumar-Le recordé cogiendo su mechero para encenderlo-¿Donde has estado metido todo este tiempo? Vi que fuiste a Francia, luego a Grecia y te instalaste en Las Palmas.

No se hizo el sorprendido, ya que nos seguíamos en Instagram y yo le daba a me gusta o comentaba en sus historias.

Le dio una calada al cigarro, soltando el humo, apartándose los rizos de la frente.

Su perfil delgado, las caderas finas y los hombros estrechos, siempre me iban a parecer muy atractivos. Era bailarín profesional, notándose en toda su complexión.

Miró hacia la discoteca al contestarme.

-Bailando, en academias, de profesor. No ha habido mucha novedad-Admitió con aburrimiento-Me cansé pronto de todos los sitios a los que iba y de pelear en un mundo tan difícil.

-Y volviste aquí-Dije señalando la ciudad al otro lado del río -¿Tanto te gusta este sitio? Siempre pensé que irías a Madrid.

Rodrigo me miro de reojo y sonrió. Nuestros hombros casi se rozaban, pero cada uno estaba mirando al lado contrario. Él hacía la discoteca, yo hacía la ciudad.

-Aquí empecé, puede que aquí tenga que terminar.

Eché el humo del cigarro en un bufido.

-Tienes treinta y dos años, no estás a las puertas de la muerte.

Se giró para apoyar sus codos en la barandilla. Nuestros hombros entraron en contacto y su sonrisa tímida no se perdió.

-Podría morirme mañana, cariño. Prefiero morirme en mi casa-Bromeó.

Le di con el puño en el brazo.

-¡No bromees con eso!-Protesté con enfado-No quiero que te mueras.

Sonrió con cierto sarcasmo.

-¡Pero si llevamos más de un año sin vernos! Si me hubiera muerto...

Alcanzando el cielo #1 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora