Me acompañó en silencio hasta mi apartamento, mirándome de reojo un par de veces. Pero ni la boca abrió para preguntar.
Abrí la puerta y esperé a que entrara para cerrar.
Como me imaginaba, su primera reacción fue girarse hacia mí para cogerme de la cintura. Me atrajo hacia él para besarme, pero le detuve.
-No-Corté con la voz seria. Sus dedos se tensaron en el bajo de mi espalda-Acompáñame primero.
Dudó, mirándome con recelo. Tuve que poner mi mejor sonrisa seductora para que se dejara llevar y confiara en mí. Le indiqué el sofá para que se sentara.
Me senté a su lado, dejando el bolso entre nosotros.
-¿Por qué no...?
Le cogí del mentón para callarle con un beso húmedo y hambriento que deseaba darle desde que se había quitado la puta camiseta delante de mí.
Soltó un gemido ronco, siguiéndome el beso con ganas. Metió una de sus manos debajo de la blusa, tocando mi pecho desnudo. Le dejé tocarme sin detener el beso, cogiéndole de la nuca con una mano mientras la otra....
Sonó un chasquido cuando la esposa envolvió la muñeca de Eric. Se apartó con un jadeo, mirándome con las pupilas dilatadas.
-Ara...-Murmuró.
Pero ya estaba agarrando la mano en mi pecho para tirar de ella y cerrar la otra esposa en torno a su muñeca. Una sonrisa pervertida apareció en su boca cuando tire el bolso lejos de nosotros.
-Deberías haberme dicho que tenías ganas de jugar...
-Hablas demasiado-Dije molesta, bajándome de su regazo-No te muevas, no me apetece traer las cuerdas de la habitación.
Sus cejas se alzaron con sorpresa.
-¿Cuerdas? ¿En qué...?
Me quité los tacones, arremangándome la falda hasta que alcancé las brasileñas, quitándomelas bajo su atenta mirada.
-Repito. Hablas de demasiado.
Cerró la boca, más obediente que nunca con las manos esposadas medió alzadas a la espera de órdenes. Fui directa, cogiéndole de los hombros para que se tumbara en el sofá. Ni siquiera me moleste en desvestirle. A pesar de la erección que estaba abultando de manera amenazante su pantalón.
Me incliné sobre su rostro aún de pie. Sus ojos estaban llenos de hambre y lujuria, en busca de respuestas para lo que tenía pensado.
-Yo soy tu perdición, pero tú me vuelves loca. Y no en el buen sentido. Estoy hasta los ovarios de tu actitud-Tiré de la falda hasta que cayó a mis pies. Jadeó de manera ronca, observándome con la lengua repasando sus labios-Me gusta mandar, no soporto que me manejen al antojo del nadie.
Su ceño se frunció por la confusión de mis palabras. Le cogí de la barbilla para volver a besarle con mi lengua dominando la suya. Cuando me aparté, estaba tan cachondo y acelerado que sus ojos brillaban al observándome sobre él.
-Si no puedes conmigo...-Mi respiración se entrecorto por la excitación-Si no puedes con lo que quiero hacerte ahora... solo tienes que decirlo.
Se tensó un poco ante mis palabras. Era normal que se asustara o se preocupara, ya que estaba atado de las manos y se iba a encontrar en una situación un tanto... difícil para hablar.
-Por eso llevas las manos al frente. Avísame si...
-Tú solo hazlo-Gruñó con la voz baja, salpicada por la necesidad-Hazme lo que quieras.
ESTÁS LEYENDO
Alcanzando el cielo #1 [Terminada]
RomanceAra López es una mujer fuerte, independiente y trabajadora. Una empresaria de éxito que ha evitado las relaciones estables como la peste. Su único interés ha sido siempre el placer y evitar los dramas sentimentales. Como suele pasar, llega un punto...