Capítulo 34

26.9K 2.4K 648
                                    




Me desperté con el gruñido de mis tripas exigiendo comida. Abrí los ojos con torpeza, tanteando por la cama hasta alcanzar mi móvil en la mesilla de noche.

Las dos y media de la tarde.

Joder.

Me desperecé con un gruñido, sintiéndome muy rígida y exhausta.

¿Qué coño...?

Me quedé un segundo quieta bocabajo, con el pelo revuelto sobre la cara.

Eric Blake.

Sexo desenfrenado durante horas con mi coño dolorido como resultado.

Mierda. Mierda.

Giré mi cabeza en su busca por la cama, tanteando con los brazos entre las sabanas. Estaba completamente vacía a pesar de que el olor de Eric permanecía en ella.

¿Se había largado?

Me levanté de la cama con torpeza, estirando mis músculos doloridos. Entre las horas de baile y de sexo, estaba más destrozada que si hubiera corrido una puta maratón. Tenía las piernas cargadas de tanto meneo y el bajo de la espalda incómodo. Destensé mis hombros con las manos, buscando la bata por la habitación para salir a desayunar. Después de salir de la ducha esa mañana, me había metido desnuda a la cama. No sabía dónde la había dejado.

Su camisa estaba a los pies de la cama, doblada con aspecto tentador.

¿Con qué ropa se había ido si había dejado la camisa aquí?

Fui a por unas bragas y me puse su camisa, arremangándome los brazos, abrochando casi todos los botones. Olía de muerte y ya solo por eso, merecía la pena llevarla. Cogí el cuello para aspirar ese olor que me volvía loca e ir a desayunar. El ruido de la cocina me alertó que no estaba sola en casa.

Se había quedado a dormir.

Estaba a los fogones con el torso desnudo y un pantalón de pijama. Tardé varios segundos en saber de donde lo había sacado. Llevaba ropa para un par de días y equipo de trabajo en una bolsa en el maletero. Siempre preparado.

Lo observé en silencio, aprovechando que no me había visto todavía.

Si la curva de mi espalda era bonita, la de Eric era de otro universo.

Tenía ganas de lamer cada centímetro de ese cuerpo, que se movía con agilidad por mi cocina, hasta tener agujetas en la lengua. Me toqué la mandíbula dolorida después de habérsela chupado con ganas antes de quedarnos dormidos. Después de una ducha y un cuarto orgasmo, me costó resistirme a terminar de exprimirle. No era de piedra y verle enjabonarse me volvió a calentar y desearlo de nuevo.

Ahora mismo, las ganas estaban volviendo.

-¿Te he despertado?

Dejé de mirar su vientre tonificado para centrarme en sus ojos. Tenía una sonrisa ladeada y perfecta. Contraje los músculos de mi vientre por simple instinto al derretirme con esa sonrisa.

-Me estaba muriendo de hambre-Expliqué bajando los escalones hacia la cocina.

Dejó los platos en la isla, adelantándose para cogerme entre sus brazos y darme un casto beso en los labios. Me estiré de manera automática, envolviendo su cuello para profundizar el beso. En cuanto arrime mi pelvis a la suya, bajo sus manos hasta mis caderas. Me apartó de su entrepierna, deshaciendo el beso.

Le miré confundida por la negativa a seguir.

-¿No tenías hambre? Siéntate, vamos-Me dio un empujón en el trasero para que fuera hacía el taburete.

Alcanzando el cielo #1 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora