Alcanzando el cielo #1 [Terminada]

Capítulo 21

Tirarme a Eric Blake era una de las mejores decisiones que había tomado en la vida. Estaba de un humor inigualable, tenía el cutis perfecto y mi entrepierna más que saciada. Trabajaba mucho mejor porque me concentraba más ahora.

El jueves me vino a buscar a la hora acordada y me llevo de un lado a otro sin rechistar. Damon nos acompañó a casi todos los sitios, ya que teníamos que seguir revisando las obras y firmando los partes.

-Necesito ir de compras cuando acabe-Dije mirando mi móvil, algo distraída-Antes de ir a entrenar a tu casa.

Eric me miro por el retrovisor, alzando una ceja. Volvió a centrarse en la carretera.

-¿Que necesitas? Puedo acompañarte si quieres-Se ofreció Damon.

-Un bañador nuevo.

Damon se puso colorado y los ojos de Eric volvieron al retrovisor.

-Mejor pasó-Murmuró Damon-No te ayudaría mucho.

Sacudí la mano, despreocupada.

-Tranquilo, aprovecha esta tarde libre sin novia-Dije en tono amable-No sé si Guille estará libre, pero podrías verle si es así.

Eso puso a Damon de buen humor.

Llevábamos estos dos días pasando las tardes juntos, trabajando. Habíamos acabado aborreciendo estar encerrados en su piso y fuimos al Hestia a trabajar en la terraza de la piscina.

Cuanto más nos vieran, mejor.

-Si, eso haré.

Eric paró enfrente de su piso y este se despidió antes de bajar.

-¿A donde vamos?

-Al Women Secrets del centro.

Eric ni se inmutó y se puso en marcha.

Me puse las gafas de sol al salir, él hizo lo propio con unas Ray-Ban, que por supuesto, le quedaban de muerte.

Iba con el uniforme de verano. Un polo negro que marcaba sus brazos tatuados y trabajados, pantalón oscuro y zapatillas negras.

Me siguió de cerca por las calles de la ciudad, como buen guardaespaldas que era. Levantó miradas ahí por donde pasaba, destacando fácilmente. Si pretendía pasar desapercibida, con Eric era imposible.

Al entrar a la tienda de lencería fue un circo que preferí ignorar conforme avanzaba a la zona de bañadores, con Eric siguiéndome. La vista al frente, los brazos cruzados y sin expresión.

Al mirarle de reojo conforme pasaba por la lencería, vi el latir de su yugular acelerarse. Cogí dos modelos, uno a rayas blancas y negras bastante ancho y discreto. Otro negro más pequeño con copas que apretaban los pechos y la braguita brasileña.

-¿Cual te gusta más?

Eric alzó las cejas hacia mí, quitándose las gafas de sol de manera brusca y hosca.

-¿Vas en serio?

Puse un puchero, suspirando y mirando los dos.

-Tendría que haberme traído a Damon...

Eric puso los ojos en blanco y señaló el negro.

-Ese.

Sonreí con diversión, cogiéndolo para meterlo en la cesta.

-¿Pagamos ya?

Le sonreí aún más.

-No.

Me moví por la tienda, tocando los encajes y los conjuntos con dedos curiosos. Podía ver a Eric tensarse a cada uno que tocaba, mirando para otro lado.