Capítulo 4

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-¿Ni un beso sin lengua?

    -No.

    -¿Ni un piquito?

    -No.

    -¿Ni siquiera uno en la mejilla?

Suspiré por quinta vez en esa tarde, después de contarle a Guille mi cita con Damon.

    -No, ni eso. No era el momento.

Valeria resoplo (o más bien relinchó) como un caballo al escuchar mi respuesta.

    -¿Que pasa? ¿Tenias la regla? Porque sino, no me explico que no quisieras darle un buen morreo y llevártelo a la cama hasta reventar el somier. Llevas demasiado tiempo a dos velas, Ara. Y eso no es sano.

Valeria era mi otra mejor amiga. La conocí en la universidad y tardamos poco en convertirnos en grandes amigas. Nos gustaba el mismo tipo de música, de ropa, de series y de libros. Una loca con la mitad de su pelo de color morado y un par de piercing en la nariz. Era presumida, guapa y divertida. Con una personalidad explosiva y un culo inquieto de manual. Últimamente no nos veíamos mucho porque estaba viviendo en Logroño, debido a su trabajo en una empresa distribuidora de vinos bastante importante.

    -No, no tengo la regla. Pero no era el momento del beso y ya está-Sentencié terminándome la cerveza, dispuesta a pedirme otra.

Pero Guille no iba a dejarlo pasar.

    -Si no era el momento, lo creas Ara. ¿Qué te pasa con el americano? ¿Acaso usa otro tipo de señales diferentes a uno de aquí?

Puse los ojos en blanco. Guille es idiota. Pero lo quiero mucho. Al igual que a Val. Aunque ahora los dos me estaban mirando como si hubiera cometido un asesinato de bebés de conejitos en masa. ¡Y todo porque no bese a Damon anoche!

    -No, no usa otro tipo de señales. Solo que no surgió la chispa y no quiero forzar las cosas.

Val y Damon se lanzaron miradas, con una sincronización que daba miedo, ambos se inclinaron hacia mí para crear una pequeña intimidad entre los tres.

No era muy necesario, ya que estábamos sentados en los sofás del fondo, en torno a una pequeña mesa redonda donde se acumulaban nuestros vasos vacíos. Habíamos quedado en nuestro pub favorito, ese que llevábamos visitando desde que los tres nos juntamos y nos hicimos inseparables.

    -¿Cómo que no surgió la chispa? ¡Pero si ese tío crea un puto infierno al entrar a una habitación! Anoche debiste de pasarte de copas.

    -No conduzco si bebo, Guille-Le recordé ofendida. Dos copas de vino es mi límite-No se que paso, simplemente no surgió el momento y me largué. Fue como quedar con un amigo. Supongo que tendré que conocerle un poquito más o aparcar esto y buscarme otro follamigo.

Val arrugó la nariz con el aro de un lado y el aro del septum encogiéndose. Era un gesto gracioso, porque ambos aros plateados se agitaban por el movimiento.

    -Eso no te salió muy bien la última vez-me recordó con pesar.

David, camarero de discoteca, mi último... algo. Estuvimos quedando un par de meses, sin hacer nada oficial debido a mi falta de tiempo y de ganas por complicarme con una pareja. Tuvimos unos cuantos polvos buenos, si. Pero todo lo que tenía de guapo y musculoso, lo tenía de vago en la cama. Muy estándar en cuanto a tamaño y aburrido. Cuando empezó a ponerse pesado con temas de celos y diciendo que él tenía cientos de chicas predispuestas cada noche; Le di un beso en la mejilla, una despedida y le dije que me llamara para tomar café algún día. Mientras tanto, que molestará a otra con sus celos.

Alcanzando el cielo #1 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora