Capítulo 8

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Una llamada a la puerta me hizo levantar la vista del ordenador por primera vez en horas.

Me dolía la cabeza y los ovarios. Ya no hablemos de mis tetas, que estaban ultrasensibles.

-Adelante-Dije alzando la voz.

Nicolás se asomó con una sonrisa cariñosa.

-Buenos días. ¿Como estas?

-Empantanada-Admití con un suspiro-¿Qué te trae aquí un lunes por la mañana? Solo apareces si hay problemas y yo no te he llamado...

Nicolás pasó y se sentó en la silla en frente de mi escritorio.

-No solo vengo por las malas noticias. También para verte a ti-Alcé una ceja con incredulidad. Se echó a reír-Vengo a llevarte a comer y que descanses un rato. Seguro que no te has levantado de aquí en toda la mañana...

-He ido al baño y un café-Le tranquilicé con diversión-¿Pagas tu?

-Por supuesto-Contestó sonriendo-¿Vamos ya?

Cerré el portátil y cogí mis cosas. Dejé un mensaje a Isa que estaba en su descanso y me fui con mi padre a comer por ahí.

-¡Damon!-Dijo Nicolás deteniéndose de camino al ascensor-¿Qué tal todo?

Se dieron la mano y yo reprimí las ganas de acercarme para cerrarle los botones de la camisa. Hoy no llevaba corbata, cosa que debería de ser delito. Que guapo estaba.

-Todo bien, con un montón de trabajo organizando los festivales. Pero Ara hace que estemos al día-Se giró para sonreírme, con dientes y todo.

Me costó reaccionar unos segundos, sumergiéndome en esos ojos castaños tan bonitos.

-Esto... si, si. Los festivales-Traté de centrarme un poco y no pensar en mis mejillas ruborizadas-Te mande el informe el viernes, ¿verdad, papá?

B.S se encargaba de la seguridad de los festivales que montábamos todos los años en las zonas de costa. Un festival al mes de tres días cada uno. Este año me había asegurado de que la seguridad se reforzara el doble a la del año pasado. Que pusieran más de una carpa de socorro y hubiera seguridad junto a las tiendas de campaña y la zona donde se realizaban los conciertos.

Ser responsable de este tipo de eventos te dejaba una gran carga de conciencia, sobretodo cuando sabias que habría chicas en torno a mi edad con alcohol y drogas de por medio. Inseguras a ojos de cualquier desalmado que estuviera cazando en este tipo de sitios. Por no hablar de que en verano la gente salía más de fiesta y las discotecas estaban a reventar.

La mejoría que habíamos conseguido haciéndonos socios de los Blake, era incalculable.

-Seguro que si-Dijo papá con una sonrisa complacida-Pensábamos escaparnos para comer ¿te apuntas?

Mire con incredulidad a Nicolás.

No podía creerme que estuviera ofreciéndole comer con nosotros. Espera... ¿Esto era una encerrona?

Vi que Damon estaba igual de sorprendido y nervioso con la proposición. Me miró como pidiendo permiso y decidí que esto sería tan serio como quisiéramos ponerlo.

-Si no tienes nada que hacer...-Le pedí con una pequeña sonrisa.

Damon sonrió más tranquilo.

-Me encantaría.

Y los tres fuimos a comer juntos.

Fue prácticamente una reunión de trabajo, porque no hablamos de otra cosa.

Alcanzando el cielo #1 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora