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- Cariño, no te preocupes... - susurraba la misma voz que la última vez.

- ¿¡Qué quieres!? - grité cuando todo se convirtió en negro y apareció una espeluznante niebla alrededor.

- No te dolerá...

No me dió tiempo a responder cuando estalló algo a mis espaldas con luces verdes siniestras formando un símbolo enorme donde salían personas con máscaras tapadas. Empecé a correr pero sentía que no podía moverme del sitio, se estaban acercando y no podía hacer nada. 

Aparecieron unas cadenas del suelo que se engancharon a mis cuatro extremidades, lloraba por impotencia, rabia, estaba asustada y no sabía cómo había llegado aquí. Los hombres encapuchados formaron un círculo a mi alrededor y dejaron pasar al jefe, al estar cara a cara se quitó la capucha la cuál enterraba su rostro.

- Bu - soltó cuando ví a Voldemort quien se reía de una forma muy tenebrosa hasta que se acercó y posicionó dos dedos sobre mi frente haciendo sentir uno de los dolores que jamás olvidaré...

- ¡T/N! - me despertó Draco.

- Y-yo no pod-día hac-cer n-ada - tartamudeaba mientras lloraba desconsoladamente.

- Tranquila, estoy aquí, no te va a pasar nada - me abrazó mientras me acariciaba el pelo.

- ¿Dónde estamos? ¿Qué hora es? ¿Qué hago aquí contigo? - no paraba de hacerme preguntas.

- Ya está, contrólate, ¿vale? - me hizo mirarle a los ojos - estamos en la Torre de Astronomía, son como las tres de la mañana y acabo de llegar, se ve que estabas sola.

- Gracias pero ni una palabra a nadie sobre esto, por favor - rogué - hace tiempo que no venía aquí y ni me acordaba.

- Lo he notado, yo intentó venir aquí muchas veces - me dedicó una sonrisa de nostalgia, al verla solo sentía una cosa, ternura. Desvié mi mirada cuando encontré una mini-librería de madera donde estaban colocados unos cuantos libros, inconscientemente me acercaba a ella.

- ¿Te gusta? Lo he hecho yo cuando venía aquí por las noches a pensar y eso... - se acercó a mí.

- No sabía que fueras un manitas - reímos por lo bajo los dos - no sabía que te gustaba leer, solo sé que te gusta comer manzanas verdes.

Rió - es tradición pero me encanta leer, desde pequeño, es como un portal que tu imaginación hace para llevarte a un paraíso...

- ...donde puedes ser tú mismo sin ser juzgado por la gente - finalice su frase.

- Exacto... - agarró un libro y se sentó al suelo, repetí su acción - este es mi libro favorito, la leyenda sobre el amor imposible de "La Luna y El Sol".

- ¿Me lo puedes leer? - giramos nuestras cabezas para encontrarnos a unos pocos centímetros.

- Érase una vez...

Una historia trágica, la Tierra no existía en ese entonces, la Luna y el Sol se encontraron una vez cuando navegaban por el espacio, se hicieron al instante muy buenos amigos y decidieron pasar su vida juntos.

Pasaron los años cuando comenzaron una relación, su amor era correspondido y eran felices teniéndose el uno al otro... No sabían que los rumores corrían por todos los astros y llegaron a oídos de Dioses, uno de ellos era la Diosa de la envidia, Ptono.

Ella deseaba encontrar el amor verdadero algún día como el de nuestros protagonistas, no podía dejar observar todas las risas, caricias y muestras de amor que siempre correspondían, hasta que un día se cansó y con ayuda de otros Dioses que no apoyaban su relación o sentían celos crearon el planeta Tierra.

Decidieron que habría un día, el cual se encargaría el Sol de iluminar; y, del otro, la Luna para formar una tranquila noche. Inmediatamente fueron separados, se sentían incompletos.

La noticia llegó a oídos del Dios del Amor, Eros, que intervino para intentar ayudar a aquellos astros separados solo por haber demostrado que se amaban, hizo lo imposible pero consiguió una recompensa después de su esfuerzo.

Cada año y medio, se produce un eclipse en el que se encuentran el Sol y la Luna, y pueden volver a estar unidos aunque sea temporalmente...

- Que triste, ¿no te parece? - preguntó con la cabeza apoyada en su hombro desde hace tiempo.

- Lamentablemente sí - comenta cuando pasa su brazo alrededor de mis hombros - si necesitas ayuda con la decoración, puedes contar conmigo.

- Para eso tengo a Mattheo, no te lo tomes a mal pero si te llevo tendría que estar pendiente más en vosotros para que no peleéis que en otra cosa - lo miré.

- No pasa nada, ten cuidado que es un mujeriego.

- Menuda plaga hay de eso en Hogwarts, primero estás tú, lue... - no me deja terminar cuando se abalanza a hacerme cosquillas.

- ¿Pero quién te crees para decir eso? - decía en forma de burla.

- Para Draco - intentaba pronunciar entre risas, me hizo caso al terminar la frase.

- Hacía tiempo que no me llamabas por mi nombre - me sonríe complacientemente.

- No es para tanto - rodeé los ojos para corresponder su sonrisa - yo prefiero hurón, sinceramente es mi favorito.

- ¿Por qué no me llamas cariño, por ejemplo? Yo doy ideas.

- No me gusta, creo que ya va a ser hora de irnos porque como nos pillen nos ganaremos un castigo - me levanté.

- Antes de volver quiero hacer una cosa - dejó el libro en el mueble y se acercó a mí.

Lo miré a aquellos ojos grises que me hipnotizaban por completo, no me dió a preguntarle que tenía que hacer cuando estampó sus labios contra los míos, pude volver a notar esa satisfacción dentro de mí a la vez que inhalaba su aroma a menta. Sin manoseos ni nada, un beso tierno y lento, en el cual nuestras lenguas bailaban con un ritmo preciso haciendo disfrutar más ese beso, nos separamos cuando ya no teníamos la suficiente respiración para seguir.

- Somos el Sol y la Luna - susurró Malfoy.

- ¿Por qué piensas eso? - pregunté.

- No debemos estar juntos, no podemos, si te acercas a mí te destruiré t/n - me miró como si no sintiera nada, como si nunca nos hubiéramos besado, neutro, como si nunca me hubiera mostrado cariño, volvió el estúpido mujeriego y caí en su juego de nuevo.

- Ya lo has hecho Malfoy, me he preocupado por ti y siempre me llevo lo mismo, siempre seré un juego para ti, te diviertes solo sexualmente, nunca encontrarás a nadie para que sepa amarte, vivirás solo el resto de tu vida, seguramente ni tendrás amigos, esas personas solo te tendrán miedo e intentarán ganar tu confianza. Nunca debí haberte conocido, esta vez lo digo muy enserio y si vuelves a caerte de la escoba mañana te puedo asegurar que yo no estaré allí para ti, búscate a otra para humillarla pero tú y yo no tendremos ninguna relación, ni te atrevas a mirarme y ni se te ocurra dirigirme la palabra, se acabó, espero no verte en la vida - después de expulsar todo lo que sentía hacía él fui directa a la puerta para correr y llegar lo antes posible a mi cuarto para poder llorar en silencio...

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He llorado al final, me ha costado escribirlo con mis ojos empañados :,(

No sé por qué pero siento que al perder a mi mejor amiga desde la infancia afecta a mi historia, en plan, duele que te reemplacen... Por suerte dejo aquí mis emociones, nunca pensé que al descubrir esta plataforma me permitiría desahogarme de alguna forma que no puedo hacer en la vida real.

Bueno, que me enrollo a veces demasiado, 

byee!!<3

GANAS NO INDICADAS +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora