30

692 31 0
                                        


Hestia no estaba en el cuarto, encendí las luces. Me puse mi camisón negro y abrí la ventana dejando mis pequeños tirabuzones libres, me sentía calmada con la fría brisa, dentro de poco será Navidad y no estoy muy ilusionada para ser sinceros.

Aún seguía sentada en la ventana cuando aparecieron destellos por debajo, no sabía que estaba pasando, me asomé para ver si lograba visualizar algo.

- ¡AAA! ¿¡CÓMO APARECÉIS ASÍ DE LA NADA!? - puse mi mano en el pecho cuando salieron de su escondite montados en escobas - casi muero del susto por vuestra culpa, fotocopias.

- Entonces el plan ha salido a la perfección, Fred - chocaron los cinco.

- ¿Qué queréis? Estaba tranquila y ese es mi plan de esta noche - me crucé de brazos mientras fruncía el ceño.

- Alguien está de malhumor, por eso hemos venido. Tenemos una buena noticia, aquí están las bebidas - sacaron una bolsa.

- ¡Por fin! Muchas gracias - abracé la bolsa y lo dejé a un lado - podéis pasar.

- Hemos traído algo que te relajará un montón, no pensábamos traerlo pero realmente lo necesitas jovencita - recalcó Fred mientras sacaba una caja roja.

- ¿En serio? - dentro había hierba - no sé por qué no me extraña, estáis muy mal - reí por lo bajo.

- Toma, tenemos práctica en esto - hizo George un cigarro a la vez que lo encendía.

Cogí aquella cosa con un poco de preocupación, obviamente no sé cómo fumar, no me gusta aunque nunca lo he probado, no tengo la necesidad pero si estos dos dicen que relaja lo probaré, creo que no moriré por intoxicación si es la primera vez que hago esto, o eso espero.

Posé el cigarrillo sobre mi boca, inhale el humo lo suficiente para intentar que no pase por mi garganta. Cogí suficiente humo y exhale mientras lo sujetaba en mi mano derecha, ellos dos se miraron entre sí y sonrieron.

- ¿Qué? ¿He hecho algo mal? - pregunté.

- Eres una experta, ¿estás segura que no has fumado antes? - explicó Fred.

- No lo necesitaba, hasta ahora, me duele un poco la cabeza pero por primera vez en la vida tenéis razón.

- Eso es normal - rieron los dos.

Pasaron como dos horas y no habíamos asistido a la cena tampoco, en vez de eso seguíamos riéndonos de tonterías que seguramente a la gente normal no les haría gracia, pero a nosotros sí debido a que estábamos un poco colocados con tanta hierba. 

Nuestra amistad iba a durar mucho, acabamos de fundar un club en el que una vez al mes vendrán a mi cuarto cuando sientan que estoy mal y nos pondremos a fumar, despreocupados, el nombre de nuestro grupo sería "Fumadores", muy original a pesar de que no estábamos muy conscientes.

- Una pena que se hayan gastado - exhale el último humo por mi boca - mis compañeros vendrán dentro de poco y no quiero que monten rollos raros.

- A nosotros nos encantaría - reímos mientras agarraban su escoba.

- Estamos muy colocados, buenas noches pequeña - y se alejaron.

Estaba feliz, consecuencias de fumar... Pero a la mierda todo, por una vez que me lo pase bien no pasa nada. Abrieron la puerta de mi cuarto junto con un portazo y apareció la persona que menos querría ver y sobre todo, tampoco me gustaba la idea de que me vea colocada.

- ¿¡Qué coño te pasa!? - le grité a la vez que cerraba la puerta - ¡te lo dejé muy claro todo! Además, ¿no te enseñaron a llamar a la puerta?

- No me hubieras abierto - espetó Draco - joder, que peste, ¿has estado fumando?

- No debería ni de importarte y si sabes la respuesta para qué preguntas - le dí la espalda.

- A mí nadie me habla de esa manera - me agarró del brazo haciendo que gire sobre mí para mirarle a los ojos - me vas a responder, ¿con quién quedaste esta tarde? ¿Ahora te llevas bien con Riddle o qué? y, ¿quién cojones te dió la hierba?

- No te importa, no te importa y no te importa - sonreí en forma de burla.

- Me quedaré aquí toda la noche hasta que te quites esa actitud de mierda, no haré nada porque una cualquiera como tú ni merece que le hablen.

- ¿Por qué me hablas entonces? Deja tu puto orgullo a un lado hurón y salte de mi cuarto, no tiene el derecho ni de quedarte aquí, prefiero tirarme por la ventana antes que inhalar tu asqueroso oxígeno.

- Querrás decir, tu asquerosa hierba, con todo lo que te has fumado ya ni piensas con claridad. 

- Vete a la mierda, Malfoy.

- Patética, mírate, necesitas fumar solo para distraerte y ni siquiera por satisfacción, me extraña que alguien hubiera querido compartirla contigo cuando eres una infantil, debes de ser una decepción para tus padres, los estás deshonran... - no le dí tiempo a que terminara de completar la frase cuando le solté un puñetazo en su mejilla derecha.

- ¡Vete! ¡Vete! - exclamaba mientras una lágrima traicionera salía por mi mejilla.

- T/n... Lo siento, de verdad no quería decir eso, solo me dejé llevar - parecía preocupado al verme así.

- ¿¡Te piensas que con eso te perdonaré todo lo que me has hecho!? ¡Lárgate de mi maldito cuarto, estoy harta de ti! - le empujé hacia fuera - solo espera las consecuencias.

Me senté sobre mi cama y dejé escapar el llanto que ya no podía seguir deteniendo, ¿cómo se atreve a mencionar a mis padres? ¡Estaba furiosa! Menos mal que le eché del cuarto porque no habría dudado ni un momento en haberle lanzado un Crucio, ¿¡qué digo de un Crucio!? Un Avada y cada uno con su vida.

¿Por qué me hace sentir así? Odio que me controlen, que sepan cuál es mi punto débil, no puedo permitirlo. Mis emociones revoloteaban por todo mi cuerpo, hasta que apreció una lechuza que no había visto antes, me dejó el pergamino en el suelo y se marchó.

Me acerqué a él sin mucha confianza, lo recogí, no tenía nada por fuera, ni siquiera un sello...

Confundiste sus palabras

-

¿A qué se refería? Mi pulsera me dió un pequeño calambrazo, le dí la vuelta y recordé el símbolo. No, no puede ser, Malfoy no podía ser el heredero de Slytherin, no lo iba a permitir.


GANAS NO INDICADAS +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora