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T/n's pov

Otra vez aquí, ¿por qué siempre vuelvo a la enfermería? Decidí levantarme aunque fue una mala idea, mis piernas estaban temblando levemente ya que no tenía muchas fuerzas. Abrí las puertas, un montón de alumnos me observaron y empezaron a murmurar entre ellos.

- ¡T/N! - alguien se abalanzó sobre mí.

- Ronald, me estás haciendo un poco de daño - se apartó en seguida al escucharme.

- ¿¡Estás mejor!? ¿Ya puedes salir de la enfermería? ¿Te duele aún algo? - llegó Harry con una sonrisa.

- Ya basta Ron, la estarás agobiando.

- Perdón... - se rascó la nuca.

- No pasa nada, estoy bien pero, ¿por qué la gente nos observa? - susurré mi pregunta para que no me escucharan los demás.

- ¿Te acuerdas de algo sobre la prueba? 

- Sinceramente no.

- ¿Sabes hacer hechizos sin varita? - soltó Ron, el cual se ganó un codazo de su amigo.

- ¿Qué? No, nunca - me sobresalté al principio - ¿podemos irnos? Quiero ir a mi cuarto.

Asintieron y nos dirigimos a mi casa, se despidieron y entré a la sala común, tenía un ligero olor a leña por la chimenea ya que está empezando a refrescar, ahora que lo pienso faltan como dos semanas para Halloween. Me senté enfrente del fuego para coger calor, no había nadie hasta que escuché como alguien se sentaba a mi lado.

- T/n... ¿Estás mejor?

- Me duele el cuerpo pero por lo demás sí - sonreí tímidamente.

- Te tengo que contar una cosa - sonrió apenada.

- Dime Hes, ¿es muy malo?

- He traicionado a una amiga, y dentro de poco lo sabrá.

- ¿Por qué? ¿Te ha hecho algo? - pregunté sorprendida, Hestia es la última persona a la que veo vengándose de alguien.

- En realidad, no lo sé - rió irónicamente - me llevé por mi impulso y no pensé con claridad, además que me comieron la cabeza.

- Tranquila, seguro que podemos hacer algo, sabes que me tienes para todo - la abracé.

- No creo que se pueda hacer nada - susurró con voz quebrada - la he fastidiado, esa persona es alguien magnífica.

- Ya está, tranquila - la abracé aunque me doliera que se apoyara en mí - seguro que te perdonará, a veces nos engañamos por conclusiones imaginarias sacadas en nuestras mentes.

- No sé, creo que nunca podrá perdonarme en serio - se separó con los ojos cristalizados.

No pude decir nada cuando entró de repente Draco junto a su grupo. Al verme, abrieron los ojos como platos, supongo que no se esperaban encontrarme allí. Zabini fue el primero q se acercó a abrazarme y sacó una flor para regalármela.

- No tenías por qué hacerlo - sonreí para darle un beso en la mejilla.

- Esta noche quería visitarte pero cambio de planes - me besó la cabeza - me siento como alguien de tu familia porque me veo en la obligación de protegerte.

GANAS NO INDICADAS +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora