GANAS NO INDICADAS +18

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Abro mis ojos, y me siento en la ¿camilla? ¡¿Dónde cojones estoy?! No puedo pensar nada más ya que me empieza a doler la cabeza demasiado. Al tocarme con mi mano la frente me noto una venda y tiritas sobre partes de mi cara, alguien me ha curado.

- ¡Has despertado! - aparece una mujer con una bata y sombrero blancos en el que pone una cruz roja, debe ser la enfermera.

- Disculpa, pero... ¿cómo he llegado aquí? - pregunto con un poco de nervios. - Sólo recuerdo que estaba escapando de algo en el bosque.

La mujer iba a explicarme lo que había pasado, hasta que apareció un hombre alto y mayor con una enorme barba blanca que le llegaba hasta la barriga. Llevaba puesto como una túnica larguísima de color celeste con adornitos en algunas partes de enfrente que arrastraba por el suelo de piedra al estar caminando hacia mi sitio. Parece amable ya que se pone de pie al lado mío con una mirada de preocupación pero de seriedad a la vez.

- Buenos días señorita..., bueno, mi nombre es Dumbledore y soy el director de esta escuela, Hogwarts, por casualidad ¿se acuerda de por qué corría por el "Bosque Prohibido"?

- Soy t/n t/a, y disculpe por las molestias... - no sabía qué pasaba.

- No es ninguna molestia, pero debería de tener cuidado por donde camina.

- ¿Usted cree que corría allí por diversión? - el último comentario me molesto, ¿de verdad piensa de que iba a correr por aquel lugar tan feliz de la vida? - creo que está equivocado conmigo, pero para que lo sepa estaba corriendo para salvar mi vida.

- Veo de que tiene carácter, pero exactamente, ¿de qué estaba corriendo? - alzó la ceja.

- Emm... en realidad, no sé que era esa cosa, parecía como un fantasma pero no lo era, parecía difuminado por la noche y gritaba de alegría al saber y verme aterrorizada mientras enseñaba unos dientes finos y largos mientras intentaba atraparme con esas largas y huesudas manos más pálidas que la nieve - al describir y a la vez estar recordando poco a poco lo que pasó, sentía que unas cuantas pero pocas lágrimas caían por mi mejilla mientras miraba fijamente el brillante suelo.

Aún seguía la enfermera en aquel sitio, se le notaba el miedo en su rostro al estar escuchando mi historia... Dumbledore no expresaba mucho en su cara pero en el fondo, en su mirada, se le notaba que me miraba con pena.

- T/n, me gustaría que supiera de que ha pasado unos cuantos días inconsciente pero que le quedé claro de que Hogwarts es un lugar seguro y no le volverá a pasar nada.

Me lancé a abrazarlo, tenia la necesidad de hacerlo, sus palabras las escuché tan sinceras que me emocioné y necesitaba apoyo ahora mismo. Me correspondió el abrazo, hasta que se separó después de unos cuantos segundos y me limpió las lágrimas restantes sobre mi cara.

- Veo de que no tiene a donde ir en estos momentos y me gustaría proponerle una cosa, ¿le gustaría estudiar en Hogwarts? - mis ojos se iluminaron de alegría.

- Si por favor, muchas gracias director - respondí con una sonrisa.

- Llámeme Dumbledore, sin etiquetas por favor señorita t/n - dijo con una sonrisa - por favor Mary, avise a Hagrid de que venga a las puertas de la escuela.

- Sí señor - la mujer se alejó.

- Para su información, necesita vestirse y en aquella camilla le hemos dejado ropa, espero que le guste, nos vemos luego - fue lo último que dijo y me dejo en aquella sala.

Me levanté y agarre mi ropa, era muy bonita, una sudadera negra ancha con unas palabras por la espalda en color blanco y un dibujo de color plateado que ocupaba toda la espalda, con unos pantalones también anchos de color blanco en el que tenía un cinturón negro que tenía que dejar colgarse un poco porque quedaba mejor para mí, y al final de todo, unas zapatillas blancas enteras con unos fuegos horizontales sobre los laterales. Me observé de cómo estaba en el reflejo de la enorme ventana donde se veía que era un día cálido aunque con unas cuantas nubes, me dejé el pelo suelto ya que observé que en donde estaba la entrada me estaban esperando Dumbledore y un tipo que le doblaba la altura al director...