¡TE ODIO CON TODAS MIS FUERZAS, DRACO LUCIUS MALFOY! Las ganas que tenía de darle un bofetada eran inexplicables, sabía que nunca iba a cambiar. El tema con mis padres es algo complicado y no me gustaba hablar de ello, ni siquiera pensar en ello.
- ¿Qué te ha dicho? - me preguntó Harry.
- Lo mismo de siempre, no te preocupes - sonreí - me voy a la biblioteca, disfruta del día Potter.
Me dí la vuelta y no iba a ir a la biblioteca, obviamente. Tenía que buscar a Hagrid, tendría que haber visto algo anoche, no creo que nadie pueda romper una ventana y que no se escuche nada. Estaba sentado mientras pelaba algo, ¿un tronco?
- ¡Hagrid! - saludé - ¿qué haces?
- He descubierto un nuevo pasatiempo, estoy tallando un tronco para convertirlo en algo, ahora mismo quiero intentar a hacer un dragón - me explicaba a la vez que se quitaba de la barba polvo.
- ¿Te puedo ayudar? - pregunté.
- Claro, si quieres termina el resto, yo me sentaré aquí para descansar un poco - comentó mientras se colocaba apoyado a la pared.
- Por cierto, ¿viste algo extraño ayer? ¿Algo cerca de los dormitorios? - solté mientras me concentraba en la escultura.
- La verdad es que no, ¿por?
- ¿Ni oíste nada?
- Ayer fue una noche tranquila, bueno, escuché unos pasos pero al acercarme se fueron alejando, suponía que era Snape, ya sabes, a veces es tan raro - me susurró la última palabra.
- Si tu lo dices - reí - ayer noté algo raro pero no sé, a lo mejor eran cosas mías o algún animal.
- Seguramente.
Estuvimos hablando de mis clases y lo mucho que se aburría haciendo guardia por las noches, también criticando muchas comidas de esta semana. Todo esto mientras finalizaba los últimos detalles del tronco, no es por presumir pero me esperaba que me quedara peor, hice los últimos detalles y...
- ¡Terminé! - exclamé con entusiasmo.
- Ni yo lo hubiera hecho mejor - se acercó Hagrid - tu a mi no me engañas, tu haces esto también en tu tiempo libre.
- Lo haré de ahora en adelante, nos vemos en el Comedor - me despedí.
Intenté localizar a Astoria pero nada, hace tiempo que no la veía, se me hacía raro. No iba a soportar sola al grupito de Malfoy por lo que me dirigí a la mesa de Gryffindor. Me senté al lado del pelirrojo, el cual ya estaba comiendo un buen muslo de pollo.
- Hola chicos - saludé y me sonrieron todos excepto Hermione, ni me miró - hola Hermione.
- Hola T/n - respondió cortante.
- ¿Qué tal el día?
- Bien.
- ¿Me puedes pasar la sal? - había cogido un poco de ensalada para comer.
- ¿Debería? - me miró de arriba abajo, ¿qué mosca le ha picado ahora?
- Pues supongo que sí, te la acabo de pedir.
- Levántate y cógela, haz algo.
- ¿No puedes mover un poco el brazo o qué? ¿Te has vuelto manca?
- ¿Sabes qué? Creo que necesitas un poco de dulzura para el resto del día - se levantó para coger un bote de azúcar que tiró sobre mi plato, ahora todo el mundo se quedó en silencio observando.
- ¡Qué tierno por tu parte! - dije con ironía mientras cogía la sal - pero me parece que me gusta más el salado que el dulce.
Abrí el pequeño bote y lo tiré sobre su cabeza, las personas empezaron a reírse a la vez que me alejaba de la sala. Mis sospechas no se equivocaban, le pasaba algo conmigo pero ahora mismo no tenía ganas ni saber el por qué, ese lado tan sobrada nunca se lo había visto y ten por seguro que tampoco quería.
Me dirigí hacia las gradas del campo de Quidditch, ¿por qué ahora todo se complica? Sentí cómo alguien se sentó a mi lado cuidadosamente.
- Voy a intentar investigar el motivo por el cuál no tienes una sonrisa - comentó Newt.
- La detective supuestamente era yo - sonreí tristemente.
- El alumno puede superar al maestro, ¿sabes?
- No creo que vaya a ser tu caso - me burlé.
- Podrías intentar animarme, solo es una opción.
- Pero es más divertido molestarte.
- ¿Por qué estás tan en alerta estos días?
- Porque es mi forma de ser.
- No creo que siempre le tires un bote de sal a la gente, tampoco que te vayas siempre sola evadiendo a la gente, tan misteriosa investigando en la biblioteca, preguntando indirectamente cosas que te interesan sin que los demás sospechen y sobre todo, esas excursiones nocturnas.
- ¿Estás intentando ser un detective o un puto acosador? - me sorprendí al escucharlo.
- Simplemente es cosa de observar donde debes.
- Ajá, ¿y eso cómo se hace?
- Así - me observó minuciosamente de arriba a abajo - blanca de piel porque probablemente no salgas mucho de la escuela ni para ver los partidos de Quidditch, piel suave ya que nunca te maquillas para asistir a clases a no ser que vayas a una fiesta, uñas un poco descuidadas, puede ser que te las muerdas en situaciones cuando te sientas nerviosa, zapatos un pelín manchados de tierra por ir a hablar con Hagrid y ojos cansados por tus salidas nocturnas.
- Vale, me das miedo - concreté con los ojos abiertos mientras reía - y ahora pregunto, ¿desde cuándo sabes hacer todo esto?
- Cuando estás solo tienes mucho tiempo para probarte - comentó.
- Estar solo es lo mejor del mundo, no te rayas por nada - miré al suelo.
- Bueno, tampoco, te rayas igualmente ya que quieres buscar una explicación de por qué estás solo - sonrió apenado.
- Te lo prometo, eres un filósofo observador - ví cómo le salía su típica sonrisa tímida - pero cómo ya no estás solo tendrás que aguantar mis rayadas.
- Estoy dispuesto a aguantar este sufrimiento - bromeó.
- Más te vale.
Por primera vez en mi vida decidí contar sobre cómo me he sentido estos días, Newt me escuchaba en cada palabra que saliera de mi boca. Toda la tarde la perdí contando mis cosas y viceversa, me gustó conocer un poco más al filósofo, me sentía en paz al lado suya mientras veíamos el atardecer.
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Cuanto tiempo lmao :0
Ha sido meterme en Wattpad y gritar de la emoción al ver todas las visitas y votaciones que ha logrado mi pequeña historia, nunca me lo hubiera imaginado y de verdad que no tengo palabras, simplemente ha sido mágico todo.
Byee!! <3
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GANAS NO INDICADAS +18
Fiksi UmumTú, una chica desorientada y perdida en esta situación que aparece en Hogwarts sin acordarse de su pasado. Para ello conocerás a diversos personajes en esta mágica escuela... Buenos y malos caminos escogerás, hasta que en un día cualquiera conoces a...