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Me levanté temprano sin despertar a Hestia, tenía que devolver la capa a Harry y la sudadera a Oliver. Me vestí con el uniforme de ayer, me puse una pinza plateada en el pelo, cogí mi mochila y ya estaba lista. Encontré a mis Gryffindor en el patio de Hogwarts, estaban leyendo el libro de anoche.

- Buenos días, vengo a devolver vuestras cosas - Her tapó el libro con su mochila, muy poco disimulada pero hagamos de que no he visto nada.

- Gracias t/n - respondieron al unísono el ojiazul y el capitán de Quidditch.

- ¿Quieres que te acompañemos a la clase de Moody? - preguntó Ron.

- No me importaría - sonreí mientras se levantaban del suelo.

Nos despedimos de Oliver, ya que es mayor que nosotros y no nos toca en las mismas clases, una lástima, pero al menos el Trío de oro coincidía con mi horario, junto a Hes, obviamente. Estábamos hablando sobre aquel torneo y se dieron cuenta de que Ojoloco bebía algo no muy usual.

- Apartar sangres sucias - venía de atrás la voz pero no era muy difícil distinguirlo.

- Cállate Malfoy - Harry se dió la vuelta para ir frontalmente hacia él.

- Aquí viene nuestro querido Potter, tan valiente como siempre - se burló junto a Crabbe y Goyle.

- Al menos tiene los huevos que te faltan princesa rubia - solté.

Agarré al ojiazul de la mano para ir directamente a clase, no tenía tiempo para las tonterías de Draco. Llegamos y me senté en segunda fila con Hestia, delante nuestra estaban Hermione y Ron. Entró el profesor de Defensa contra las Artes Oscuras, con paso rápido y escribió en la pizarra: < Los Maleficios Imperdonables >

- Antes de todo, ¿quién puede decirme cuántos Maleficios Imperdonables existen? - gritó haciendo que nos asustemos.

- Tres, señor - respondió Her en voz baja, no puede evitar saber todo lo que preguntan los profesores.

- ¿Y por qué se llaman así? - se acercó hacia nuestro sitio.

- Porque son imperdonables. Si un mago los usara... - susurró Hermione.

- Se ganaría un boleto directo a Azkaban, ¡correcto! El Ministerio dice que son muy jóvenes para ver sus efectos, pero yo opino lo contrario ¡Necesitan saber a qué se enfrentan y necesitan estar preparados! - alzando sus brazos al aire, ¿este hombre está bien de la cabeza? - ¡decirme la primera maldición y su función!

- Maldición Imperius, hace que la víctima realice todas las ordenes del brujo o bruja, que conjuró la maldición, sin cuestionar - respondió otra vez Hermione.

De repente, cogió un bote donde habitaba una araña enorme y peluda, y se puso a levitarla por todo el salón hasta que la puso encima de Ron, sé que le tiene miedo a las arañas y su rostro lo decía todo. Luego la lanzó contra otro alumno y la clase se puso a reír a carcajadas, la cara de la gente lo decía todo. Draco se burlaba de los demás y Alastor Moody se la puso en medio de toda su cara, ¡eso si fue gracioso! Duró unos segundos hasta que al animal sobre un cubo de agua, ¿iba a ahogarla?

- ¡WINGARDIUM LEVIOSA! - hice el hechizo porque no me fiaba de este profesor, puse a la araña sobre la mesa de Moody.

- Controla muy bien los hechizos por lo que veo señorita t/a - se fue acercando a mí - espero que se le dé igual de bien como decirme la segunda maldición con su otra función.

- La maldición Cruciatus, también pronunciado como Crucio, genera un dolor insoportable y torturador a la víctima, requiere el conjuro verbal y el uso de una . Los efectos de esta maldición dependen de los deseos y emociones de la persona; para producir el dolor insoportable insinuado por su nombre; uno, se debe desear causar dolor únicamente para su propio placer. El dolor extremo generado por la maldición la hace únicamente como una forma de tortura, y fue usado con regularidad por los mortífagos - respondí sin ningún problema para hablar, ya que gracias a estar con Hestia en la biblioteca he aprendido mucho sobre estas cosas.

- Muy bien... Neville Longbottom venga aquí - el chico obedeció - me han dicho de que te gusta mucho la "Herbología", ¡crucio! - le lanzó el hechizo a la araña.

El pobre animal gritaba agudamente por el dolor que le ha dado por todo el cuerpo, y Neville también sufría por la araña, no podía verla así, entrecerraba los ojos. 

- ¡BASTA! - grité enfadada - ¿no ve qué lo está pasando mal?

El profesor Moody paró el conjuro y Longbottom se relajó al no ver a la araña sufrir mientras que el maldito de Ojoloco me cogió del brazo y me puso al lado del otro chico, enfrente de toda la clase.

- Dígame la última y tercera maldición - apretaba los dientes al decirlo.

- La maldición asesina - tragué duro mi saliva - "Avada Kedavra", causa una muerte instantánea e indolora a la víctima.

- Lance el hechizo a la araña - ordenó.

- ¿Disculpa? - estaba sorprendida, de todas las cosas que creía que me hubiera hecho, desde luego, esta no me la esperaba.

- Ya lo ha escuchado - me miraba fijamente - o lo hace usted... o lo hace su compañero Neville Longbottom.

Miré preocupada al muchacho, tenía una carita de pena y me miraba diciendo de que no hacía falta de que lo haga, pero él tampoco quería hacerlo. Saqué de la manga de mi túnica mi varita, definitivamente, este profesor es un hijo de puta.

- ¡Avada Kedavra! - solamente ví como a la araña le dejaban de brillar sus negros ojos.

No me podía quedar ahora mismo en esta sala, cogí mis cosas y las guardé en mi mochila para después irme al patio, he encontrado un sitio donde no hay gente y se está tranquilo, justo lo que necesito yo. Me senté a los pies del árbol en los que había una cálida sombra, hasta que de repente, vino un pensamiento a mi mente, se puso todo lo que veía en blanco junto a una niebla en la cual a lo lejos se observaba una luz, intenté acercarme pero mi impresión era que cuanto más intento cogerla más se aleja.

- No dejes que las primeras impresiones te engañen... - ¿de quién era esa voz?

- Si esto es una broma te puedes ir preparando - ¡genial!, ahora hablo sola.

- No dejes que las primeras impresiones te engañen... - y repitió exactamente la misma frase que antes.

Volví a la realidad, no sabía lo que había pasado, estuve pensando en lo que me había dicho aquella extraña luz. Volví a ver mi pulsera la cuál en el color de ojos se había vuelto violeta, sé que suena raro pero y si esta serpiente expresara mis emociones así. Voy a mirarla delicadamente como me indicó la voz, me la quité y ví que debajo de la cabeza tenía un signo, de un Sol y de una Luna juntos, no creo que sea casualidad.

- Perdón, pensaba que no había nadie aquí - ¿Draco?

- Yo ya me iba - me levanté y cogí mi mochila - espera, ¿cómo conoces este sitio?

- Estaba paseando por Hogwarts y lo hallé, era tranquilo y pues muchas veces necesitas tener tranquilidad - suspiró - ¿estás mejor después de la clase con Moody?

- No, por eso vine aquí - me abracé a mí misma - pero gracias por preguntar, adiós.

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Muchas gracias por estar leyendo, he tenido que volver a subir los capítulos 6 y 7 debido a que no sé por qué, hubo un error con el quinto cap. y nadie lo leía, si aún no lo podéis leer, avisarme por los comentarios por favor.

Byee!! <3




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