Capítulo 15

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No se a donde voy, ni donde estoy, pero se que estoy en buenas manos, se que nada me puede pasar, porque el esta a mi lado & jamás dejaría que me ocurriera algo.

Me descubre los ojos, dándome el mejor regalo que nadie me a dado nunca. Una habitación llena de flores, dulces, corazones & globos donde cuelgan fotos de los dos, en medió un camino de pétalos que lleva a un gran globo de corazón donde cuelga una canasta, nos acercamos & puedo ver un anillo en ella.

¿Quieres ser mi mujer? - Dice Sebastián arrodillado ante mi.

No logró decir ni una sola palabra, lo único que se, es que quiero pasar el resto de mi vida a su lado.

Lo abrazó & lo beso, mis lágrimas caen & las de el también. Hoy empieza la vida que tanto soñé.

Los recuerdos de Sebastián me nublan la mente & me impiden seguir. Rápidamente me levanto.

-Lárgate - Le digo.

-¿Que? - Pregunta Christian confundido.

-No estas escuchando - Comienzo a llorar - ¡QUE TE VAYAS! - Le gritó.

-¿Porque?

-No te quiero ver, no quiero saber de ti.

Miento... miento, quiero tenerlo aquí a mi lado, besarlo, tocarlo, abrazarlo, quiero que jamás se vaya, ya lo perdí una vez, no quiero que vuelva a ocurrir.

-No te creo - Me responde - ¿Sabes por que no? Porque a mi nunca me has podido mentir, porque al igual que antes puedo ver en tus ojos todo lo que sientes.

-Así - Lo interrumpo - ¿Puedes ver el odio que te tengo?

El semblante de su rostro cambió por completo & no pudo contestar.

-Tus besos me decían otra cosa - Se viste & abre la puerta.

No te vayas.

-¿Le puedes marcar a un taxi? - Me pide.

-No - Mi corazón se apachurra. No puedo dejarlo irse así - Yo te llevo.

Tomo las llaves, me pongo la bata & subimos al auto.

-¿De verdad me odias tanto? - Me pregunta.

-No - Contestó - No te odio.

-¿Entonces?

Encojo mis hombros, sin poder mirarlo.

-Te esperan - Digo señalando su casa - Ella si te necesita.

-¿Tu no?

-No, yo no - Contesto - Yo ya tengo todo lo que necesito.

Abre la puerta, pero se detiene, me observa & pone sus labios en los mios, sin besarme, sólo rozando labio con labio.

-No me beses por favor - Le suplicó llorando.

-Te necesito.

Sus palabras me confunden, pero me llenan el alma, tanto deseé este momento que el día en que ocurre no se que decir. Será que ya no siento nada o sera que aún sienta todo, lo peor es el miedo a averiguarlo, por que sólo hay una forma de saberlo & es entregandome de nuevo a el. Me estremece sólo imaginar.

VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora