Capítulo 25

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Entramos, nos sentamos & me dispongo a contarle todo.

-Pasó lo que temía - Comienzo - Lo volví a ver.

-¿Que sentiste? - Me pregunta.

-No lo se - Digo escogiendo mis hombros - Por una parte siento coraje, impotencia, odio, me hizo sufrir mucho & lo sabes, pero también me hizo muy feliz lo cual hace que sienta alegría, gusto, quizás también amor. Pero por una parte esta mi orgullo, mis principios todo  aquello que tanto me costó recuperar después del daño & sobre todo esta Sebastián, que no me atrevo a hacerle algo.

-Disculpame la expresión yo se que soy una Dama - Dice Jonna - Pero una cosa si te voy a decir, "Ni tan Cula para destrozarle el corazón, ni tan pendeja como para permitir que vuelvan a jugar contigo"

-Exacto - Le doy la razón - ¿No se que pretende? Me busca, me habla, me dice que me necesita, hace unos días estuvimos a punto de hacer el amor, si el recuerdo de cuándo Sebastián me propuso matrimonio no se hubiera atravesado en mi cabeza, ahorita estuviera retractandome de todo.

-Recuerda que el hombre acaricia al caballo...

-Para poder montarlo - Digo terminado el dicho - Si ya se.

-¿Entonces mi reyna? No se porque le sigues el juego. ¿No es eso lo que hacía antes? ¿No se iba & regresaba dos meses después como si nada hubiera pasado? No te hablaba, ni en el mundo te hacía & llegaba cuando se le pegaba la gana diciendote cosas bonita & hay ibas tu de idiota. Discúlpame ¿Pero apoco no es verdad? - Dice disculpandoce - ¿Para que te buscaba?

Duele admitirlo pero tiene razón.

-Si, si tienes razón - Le digo - & también se que sólo me buscaba para alimentar su ego de hombre & para satisfacer sus deseos carnales.

-Claro - Me aplaude - Entonces ya deja de estarte mortificando ¿Para que lo quieres de vuelta? Tienes un hombre a tu lado maravilloso de los que ya no hay.

-Pero necesito escucharlo, nos quedamos de ver ahorita en la noche.

Me pone los ojos en blanco.

-Esta bien Marisela haz lo que tengas que hacer.

Nunca me había dicho Marisela, lo acabo de desespcionar lo se.

-Acuestate con el si necesitas saber que es lo que sientes - Me aconseja - Hazlo sufrir como el a ti, lo que quieras, pero con Sebastián no vas a jugar & cualquier cosa el lo tiene que saber, si no estas dispuesta a hacerlo cancela tu matrimonio & largate con el estúpido aquel, claro si quieres seguir siendo la otra.

Mis ojos se llenan de lágrimas & Jonna me abraza.

-Aquí voy a estar yo para todo - Me mira & me seca las lágrimas - Ni empieces a llorar que te vez nefasta.

Le sonrió & lo llevo a la habitación donde se quedará.

-Ya va a llegar Sebastián - Le avisó - Me debería de ir ya ¿Verdad?

-¿Te piensas ir así? - Me pregunta.

-¿Que hay de malo?

No se que encuentra mal. Pantalones de mezclilla, tenis deportivos, camisa larga & una coleta.

-Todo - Me contesta - Dislculpame pero si yo fuera a reencontrarme con un viejo amor, iría vestida de manera que el viera todo lo que pudo ser suyo & lo desaprovechó. Métete a bañar, yo te ayudo.

Le hago caso & me ducho de nuevo, salgo & ya Jonna tenía listo lo que me pondría.

-¿Vestido? - Le digo - No voy a ir a una fiesta te recuerdo.

-Eres una Dama no lo olvides mi reyna - Me contesta - Te juro que se va a arrepentir.

Jonna me peina con una trenza sólo como el las sabe hacer, me pongo el vestido sin espalda, con mangas largas, que me llega un poco más arriba de las rodillas, de color azul marino & unos tacones plateados, me maquilla, la puerta se abre & entra Sebastián.

-¿Jonna? - Pregunta sorprendido.

-El mismito - Dice saludandolo de beso.

-¿Que no regresabas en dos semanas? - Me besa.

-Se supone, pero Horacio prefirió terminar sus negocios allá & no pensaba esperarlo.

-¿& A donde van?

-Vamos a cenar - Le contesta Jonna - Nos gustaría invitarte, pero es noche de chicas lo siento.

-No, no se preocupen, ¿A que horas regresan?

-Temprano - Dice Jonna - Listo vámonos.

Me despido de Sebastián.

-Te amo hermosa - Me dice basándome.

Salgo & subimos al auto.

-Bueno este es el plan - Le explicó - Te sentaras en la mesa enseguida de donde nos sentaremos nosotros.

-¿Que? - Pregunta - Claro que no, a mi dejame en un antro ahí te espero, cualquier cosa me marcas.

-¿No piensas ir conmigo?

-Yo para que quiero ir - Dice señalando una antro que estaba a unos 6 metros de nosotros - En ese esta bien.

Me detengo & se baja sin decirme nada, nisiquiera me deseó buena suerte, sólo me hizo una señal de que a las dos llegará por el. Miró el celular & tengo dos mensajes de Christian.

No estoy en mi casa.   8:50 PM
Te espero en mi trabajo, aún no salgo.    8:50 PM

Llegó donde nos quedamos de ver, me bajo del auto para salir a buscarlo & alguien se para atras de mi, puedo sentir su respiración en mi oído, me estremece al sentir sus labios rozando mi cuello.

VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora