Capítulo 33

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Me miran esperando una explicación, pero yo no se que decir.

-Ricky - Les digo.

-¿Porque no me lo pasaste? - Dice Victoria - Tengo muchas ganas de verlo ¿Cuando viene?

-No habré mucho con el - Miento - Además casi no se escuchaba.

La puerta suena & abro. Un chico guapísimo cabello castaño, ojos grises, labios grandes carnosos, una barba perfecta, con la camisa tan ajustada que puedo ver sus abdominales.

¡Las cosas que hace Dios cuando esta contento!

-Hola - Esboza una sonrisa cautivadora.

Yo me quedo sin palabras, realmente es muy apuesto.

-Aquí tienes - Le doy el dinero & lo toma acariciando mi mano & yo me estremesco - Gracias.

-Gracias a ti - Me guiña el ojo - Provecho.

Yo sonrió & Cierro la puerta pero el la detiene.

-Disculpa mi imprudencia - Dice - Me puedes dar tu número.

Mi corazón comienza a acelerarse. Como le daré mi número, no lo puedo hacer, o sí, quizás me arrepienta de no dárselo, podemos ser amigos, si claro, se lo daré, sin miedo.

-Claro - Digo sonriendo.

El suelta una carcajada.

-Que simpática - Sigue con su sonrisa en el rostro - Le decía a el - Señala a Jonna.

Jonna se levanta & le tiende un papel con su número apuntado, el se marcha & Jonna se sienta de nuevo, yo sólo me quedo parada en la puerta, juraba que me lo pedía a mi, Victoria se burla de mi, pongo la pizza en la mesa & me siento.

-¿Me vi muy obvia? - Preguntó apenada.

No paran de reír & con eso contestaron mi pregunta.

Llegamos a la casa & Jonna se fue a su habitación para seguir platicando con su amigo el guapo repartidor, sólo de acordarme me pongo roja de la vergüenza. Yo en cambió decido escribir un poco, pero no puedo, no tengo inspiración, siento como si algo me faltara, no estoy ni feliz, ni triste, odio sentirme así.

-Hola amor - Me saluda dándome un beso en los labios - ¿Que haces?

-Escribiendo - Contestó.

-Pero esa hoja esta en blanco - Dice confundido.

-Tengo aquí media hora aquí esperando que algo venga a mente pero no.

-Que raro - Expresa riéndo.

Me recuesto en su hombro & el me acaricia el rostro, provocando que me relaje.

-¿Que pasa? - Pregunta.

-Nada ¿Porque?

-Te siento distante, callada, nisiquiera me hablas, llegó del trabajo & nunca estas - Me reprocha - ¿Así va a hacer siempre? Ya no me cuentas tus cosas, ni cómo te sientes, ni me marcas, nada.

-No, es sólo que - Vamos Marisela, cuentale lo que a pasado - La boda me tiene un poco frustrada.

-¿Frustrada ó nerviosa? - Pregunta.

-Frustrada, nerviosa, asustada, feliz, emocionada, cansada incluso - No puedo decirle lo que ha pasado - Desesperada, ansiosa.

-A mi igual - Me confiesa sonriendo - Ya quiero que seas mi mujer, quiero tenér muchos hijos contigo & dormir a tu lado, despertar a tu lado.

-Pero eso ya lo hacemos - Digo riendo.

-Pero no es lo mismo.

-Te amo - Le digo con una enorme sonrisa - Enserio no se como agradecerte por estar a mi lado, soy la mujer más feliz del mundo, te quiero en mi vida para siempre.

-Yo te amo, mil veces más - Me confiesa - No creo que tu me Ames más de lo que yo te amo a ti, después de ti no habrá nadie, porque prefiero morir antes que separarme de ti, quiero que seas mía, sólo mía, que tus besos sólo sean para mi, que tus ojos sólo me miren a mi, que tus manos sólo conozcan mi cuerpo, que tus oídos sólo escuchen mis palabras porque te prometo, te prometo, que tus oídos se desgastaran porque no cansaré de decirte te amo & si terminó afónico, entonces te lo escribiré & ahí mis palabras quedarán eternamente.

-Eso es imposible - De mis ojos corren lágrimas de felicidad.

-¿Porque?

-No eres el único al que le daré todo eso que me pides para ti.

Su semblante cambió por completo, que es casi imposible describir su rostro.

-Nuestros hijos necesitarán más atención que tu - Ahora muestra cara de alivio, realmente lo asuste - Me estoy volviendo vieja, no quiero esperar mucho tiempo para tener un hijo.

-Pero eso no es problema - Se ríe conmigo - Vamos escribiendole una cartita a la cigüeña.

-Sebastián - Mi risa aumenta - Me has mentido, dijiste que los bebés nacen como las plantas.

-Ok - Arquea una ceja - Entonces déjame sembrar mi semillita en ti.

Comienza a hacerme cosquillas & yo comienzo a patearlo para defenderme, se detiene, me mira & me besa tan apasionadamente como nunca lo hace, un beso que me hace perder los estribos, mi piel se eriza, mi vientre se contrae provocado una sensación exquisita, & por mi mente no pasa nada más que el & yo.

VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora