Bianca
Querida Bianca:
Vaya forma tan horrible de empezar. Sin embargo, voy a seguir. He roto tantos papeles ya, que empiezo a sentirme responsable de lo que le pase al Amazonas, así que disculpa si esto queda un poco incomprensible. No soy capaz de expresarme mejor, porque escribir esto es lo más duro que he hecho jamás.
He intentado contártelo mil veces... Año tras año, cuando más claro tenía que mi peor error me había traído la mejor consecuencia del mundo, necesité decírtelo. Sin embargo, cada vez que me miras con tus enormes y preciosos ojos azules, pierdo el valor. Por lo que he decidido escribírtelo. No soy tan cobarde en realidad, así que ahora mismo estaré mirándote con una sonrisa triste mientras lees esto, esperando que, en el fondo de tu corazón, haya hueco para perdonar mis mentiras.
Lo primero de todo, déjame hablarte de tu regalo brevemente. Seguro que ya me has mirado como si estuviera loca. ¿Un vestido? ¡Ofensivo para mi pequeña! Tranquila que habrá más regalos, quizá ciertos libros, ya veremos... No es un vestido cualquiera, es el que yo llevé a mi baile de instituto. Lo he arreglado y está como nuevo, no sufras. Sin embargo, mi vida empezó de verdad tras ese baile y pensé que quizá quisieras llevarlo. Tal vez te dé suerte. Es posible que encuentres al chico perfecto en el baile.
Lo siento, quizá la esté liando y es demasiado pronto, pero sé que Tim no es Él. Si seguís juntos, sáltate este párrafo y vuelve más adelante. Veo cómo le miras y cómo te mira él y no veo más que un inmenso cariño entre vosotros. No amor, no esa chispa que a los dieciséis debe abrasarte entera. Encontrarás a alguien y lo entenderás. Entenderás que Tim solo es un hermano para ti. Si te preguntas por qué no te lo he dicho antes... Bueno, son tus errores y tienes que cometerlos. A mí equivocarme me llevó hasta ti, así que, ya ves, ni soy nadie para hablar de moral, ni te impediría equivocarte.
Estoy pensando en el baile de fin de curso. Me encantaría poder hacerte una foto junto a tu chico de verdad, con mi vestido... Pero si no llega, tampoco te agobies, eres perfecta y lo encontrarás algún día...
¿Por dónde iba? ¿Se nota que estoy retrasando el momento doloroso? Vale, allá vamos. Perdóname, por favor.
Yo tenía dieciocho cuando entré a trabajar a tiempo parcial como secretaria en la empresa farmacéutica de los Müller. Por aquel entonces, la llevaba el padre de Johann. Era un hombre amable, divertido incluso. Yo quería aprender a llevar un negocio y él me lo enseñó todo al respecto. Tenía un socio llamado Bill, pero él nunca estaba por allí. Se limitaba a dar órdenes y poner gran parte del dinero.
Con el tiempo su hijo, Johann, adquirió el mando del negocio y me enamoré de él. Me enamoré tan profundamente que pensé que me moriría si lo nuestro no salía bien. Y, durante un tiempo, fue muy bien. Nos casamos, fuimos muy felices. Luego, cuando el viejo Müller dejó la empresa a causa de su mala salud, Bill apareció por allí y empezó a hacer cambios. Incluso metió una nueva secretaria que actuaba como la dueña y que era muy desagradable conmigo. Ella tenía más experiencia y se creía superior a todos. Sé que hice mal por dejarme apartar por ella, pero cada vez me atrevía menos a ir a trabajar, porque no sabía nunca que bronca o problema habría.
Su nombre era Hilda, seguro que te suena.
Supongo que mi ausencia por la oficina les dio la oportunidad. Nunca quise escuchar las explicaciones de Johann, dolía demasiado, porque yo lo amaba con toda mi alma, Bianca. De una forma egoísta, espero que nunca sientas un amor así, porque cuando desaparece es insoportable. Un día, fui a la oficina, aunque yo ya había dejado el trabajo, y los oí discutir porque Hilda estaba embarazada, de Johann.
![](https://img.wattpad.com/cover/239603765-288-k50407.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Cuando muerdas la manzana - *COMPLETA* ☑️
Teen FictionLa vida de Bianca Winter da un brusco cambio de sentido cuando pierde a su madre en un accidente de tráfico y acaba viviendo con su padre, al que apenas conoce, su madrastra y ocho hermanos, con los que nunca ha tratado, en la casa Müller. Jens Mül...