Jens
Las siguientes semanas fueron perfectas.
Lo primero que hicimos fue robarle un poco de saliva a mi padre. Peter nos había dado el sobre con la dirección del laboratorio, así que decidimos hacerlo por nuestra cuenta.
Acordamos, tras descubrir que yo era hijo de Johann Müller y que Bianca no lo era, esperar hasta verano y entonces, cuando tuviéramos tiempo libre, buscar a su verdadero padre. Me pareció que, de alguna forma, poner una fecha tan lejana era un alivio para ella, porque tenía cierto miedo de encontrarse algo peor.
Así que decidimos disfrutar de la vida. Conseguí que mis padres nos dejasen ir a una excursión a la playa con «amigos» para mi cumpleaños, con la condición de que fuésemos a una cena el jueves con los socios de mi padre con la excusa de mi cumpleaños, como cada año. Y el viernes, cogimos las mochilas con ropa y nos largamos solos a pasar un fin de semana perfecto.
Pasamos mucho tiempo a solas en la habitación y también convencí a Bianca para hacer surf. En realidad, me pasé más tiempo sacándola de debajo del agua que sobre la tabla, pero mereció la pena por verla con un traje de neopreno ajustado. Y, si algo fue perfecto en ese viaje, fue poder pasar tiempo con ella sin tenernos que controlar.
Salimos a cenar, nos tumbamos en la arena, paseamos por toda la ciudad y fuimos de compras y al cine sin miedo. Podíamos besarnos cuando teníamos ganas (que era muy a menudo) y dormir abrazados sin miedo a que alguien nos pillase. Si de mí dependiese, no habríamos vuelto. Pero, por desgracia, el fin de semana acabó demasiado rápido.
Tim y Ellen también empezaron a salir y se convirtieron en nuestros defensores más acérrimos. Ellen se encargó de hacer correr el rumor de que salíamos juntos, para que nadie pensase mal porque Bianca y yo pasásemos tiempo juntos. Y Tim no se quejó por enterarse, de hecho, ni siquiera iba a buscar a su nueva novia a clase por no fastidiarnos. Solía acercarla yo a su casa y allí se encontraba con él.
Entendí lo que veían en Tim cuando le conocí mejor. No era más guapo que yo, eso seguro, pero era mucho mejor persona, ni yo podía negarlo. Si la situación hubiera sido al revés, y yo hubiera tenido que cuidar de mi exnovia como lo hacía él, hubiera mandado a esa chica y a su novio a la mierda, pero él se convirtió en un amigo. Un amigo de verdad. Quizá mi primer amigo.
Jim y Frank no volvieron a hablarme tras dejarlo con Harper. Yo había intentado quedar con ellos varias veces, pero solo nos llevábamos aceptablemente en waterpolo, el resto del tiempo, era como si no nos conociéramos. Y descubrí que me daba igual.
Ahora tenía a Bianca, que sonreía todo el tiempo. Ni siquiera dejaba que le enturbiase su buen humor mi madre, cuando la mangoneaba como si fuera su esclava para que cocinase o cuidase de los niños. Yo discutí una tarde de mediados de marzo con ella muy acaloradamente, para que dejase en paz a Bianca, pero ella llegó, apoyó la mano en mi hombro y me aseguró que no le importaba hacer esas cosas, así que dejé el tema.
A partir de entonces, en lugar de discutir con mi madre para que tratase mejor a Bianca, me decidí a ayudarla con las tareas abusivas que mi madre imponía. Y mi pequeño hobbit parecía valorar mucho más la ayuda que el tiempo libre. Aprendí a hacer tartas, más o menos.
Bianca empezó a salir conmigo a correr antes de las clases, porque, según ella, nos estaba cebando con tanta comida deliciosa. Yo no me quejé, antes de estar con ella lo hacía casi a diario, desde entonces estaba muy vago, así que, aprovechando la llegada del buen tiempo, empezamos a hacer ejercicio juntos.
Ellen también se hizo pasar por mi novia delante de mis padres, por idea de Bianca, en realidad. Y pareció tranquilizarles un poco al ver que salía con una chica «apropiada». Supuse que de verdad empezaba a preocuparles que pareciese pasar mucho tiempo con Bianca. Así que un par de veces a la semana Ellen y Tim venían a casa y fingíamos todos. Al final, empezó a ser divertido.
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Cuando muerdas la manzana - *COMPLETA* ☑️
Novela JuvenilLa vida de Bianca Winter da un brusco cambio de sentido cuando pierde a su madre en un accidente de tráfico y acaba viviendo con su padre, al que apenas conoce, su madrastra y ocho hermanos, con los que nunca ha tratado, en la casa Müller. Jens Mül...