27. The refuge.

479 49 5
                                    

El refugio.

Tenía en frente a Minho sonriéndome con suficiencia esperando a que dijera algo. Yo estaba intentando recuperar el aliento por correr más rápido de lo que debía.

- No te atrevas a decir que tenías razón.- dije con dificultad y el sonrió aún más.

Sus ojos se achinaron haciéndolo ver adorable, y haciéndome mirarlo de una forma que hace tiempo no hacía. Sigue siendo raro. De repente su sonrisa se borro de su rostro y comenzó a detonar preocupación.

- ¿Qué te hizo ese garlopo?

- No es nada.- le respondí intentando creerlo.- Estoy bien.

No se veía muy convencido de esto, hasta que tome su muñeca y la apreté demostrándole una sonrisa.

- Estoy bien.- volví a repetir.- Solo... me hizo recordar algunas cosas. Después tendremos tiempo de hablarlo.

Para su sorpresa y tal vez la de todos los habitantes me tire en sus brazos. Pase los míos por su cintura y puse mi cabeza en su pecho, sonriendo completamente e ignorando que el todavía ni me haya tocado. Lo sentía tenso, como siempre, hasta que tomó aire y se relajo. Al segundo sentí sus brazos rodear mi espalda alta brevemente, para luego palmearla y soltarme. Nos miramos a los ojos unos segundos hasta que vi a Newt sentado detrás de algunos chicos.

- ¡Hola a todos!- salude con felicidad mientras iba esquivando a mis amigos para llegar a donde estaba Newt.

- Hermano.- dije antes de despeinar su cabello y tirarme encima de él.

El aceptó mi abrazo enseguida y estuvimos abrazados en el suelo un rato, hasta que escuchamos a Minho hablar.

-¡Qué holgazanes! ¡Ya era hora de que nos alcanzaran! -les gritó Minho a él trío que había llegado.

Thomas se detuvo justo frente a él. Se agachó unos segundos para recuperar el aliento y luego se enderezó.

- Pensé que habrían estado peleándose a brazo partido con esas chicas después de lo que nos hicieron. Al menos, a mí.

A penas escucho su voz, Newt se levantó para ir hacia ellos, y yo lo seguí. Mientras, Minho le respondía:

- Bueno, antes que nada, ellas tenían armas más peligrosas que las nuestras, por no mencionar los arcos y las flechas. Además, una chica llamada Harriet nos explicó todo. Nosotros somos los que deberíamos estar asombrados de que todavía estés con ellos.- le echó una mirada desagradable a Teresa y luego a Aris- Nunca confié en ninguno de esos dos traidores mierteros.

- Minho.- lo aprehendí casi en voz baja.

- Están de nuestro lado. Confía en mi.- replicó Thomas.

Minho se rio con amargura. Miro a Teresa un segundo pero luego sus ojos vagaron hacia Aris. Su mirada era distinta, más dura.

- Me imaginé que dirías algo así. Déjame adivinar: ¿es una larga historia?

- Sí, muy larga.- contestó Thomas y se dirigió a Newt.

Le dedico una sonrisa que fue devuelta por el castaño y los dos se fundieron en un hermoso abrazado, disimulado con unas palmaditas.

- Oigan, ¿por qué se detuvieron aquí?- pregunté de la nada.- Si están descansando les sugiero que movamos los traseros.

Minho se hizo a un lado mientras extendía el brazo detrás de él.

- Échenle ustedes mismos una mirada.- exclamó, y enseguida les gritó a los dos grupos.- ¡Chicos, abran paso!

Varios Habitantes y algunas chicas giraron la cabeza y luego se movieron despacio a un costado hasta que se abrió un sendero estrecho entre la muchedumbre. Allí se podía ver una vara plantada en el suelo que tenía una cinta anaranjada ondeando en el viento. Tenía unas letras impresas:

2| Red Desert | Gally | The Maze RunnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora